Prueba Citroën C3 Aircross: el coche que tu hijo querrá robarte. Consume poco, tiene hasta siete plazas y es barato

Citroën no estaba muerta, estaba trabajando… y este 2025 su gama se ha vuelto más que interesante. Si pasas de las “pijadas” que llevan ahora todos los coches y buscas algo práctico, quédate.
Estoy casi segura de que Citroën volverá a estar en los primeros puestos de las listas de ventas. Y lo hará gracias a la gama del nuevo C3.
Como una auténtica revolución, la marca francesa ha sabido escuchar la demanda actual del mercado e incluso hacer frente a la enorme oleada de marcas chinas que ya operan en España.
Para poder competir, precio bajo y una gama muy completa entre la que poder elegir. Existe tanto una versión de gasolina tradicional, como una híbrida de gasolina; además de una 100% eléctrica. Por supuesto, también vuelve el Aircross, que puede albergar hasta a 7 pasajeros en su interior.
Ajustado, que no justo
En un viaje por Sitges y alrededores, hemos podido comprobar si este último coche cumple con las 3B’s (bueno, bonito y barato). Empezando por el exterior, encontramos el nuevo logo de la marca presidiendo el frontal de un coche de 4,39 metros de longitud (23 cm más que el anterior), 1,79 metros de anchura y 1,66 metros de alto. Los guardabarros y las diferentes molduras en los bajos y en los pasos de rueda lo protegen, aunque también suele ser una señal de que el presupuesto está ajustado. Y precisamente esta percepción, es la que existe dentro del habitáculo.
Una pantalla de 10,25 pulgadas, y otra de instrumentación de 7” en un momento donde en la mayoría de marcas prima el más es más -no siempre acertado-. El selector de marchas se encuentra en la consola central del coche y es la misma rueda que llevan otras marcas del grupo Stellantis (Peugeot y Opel, entre otras). Aunque este, es diferente, pues no lleva modos de conducción. La versión probada fue la híbrida gasolina de 136 caballos, una de las motorizaciones más extendidas dentro del grupo y una de las más inteligentes si queremos un coche que no se vaya de precio y que no gaste mucho.
Los materiales del salpicadero y las puertas son principalmente duros, combinados con tela. El volante es bastante achatado en la parte inferior, y algo en la superior, de manera que es muy cómodo para manejar. Eso sí, la dirección es bastante blanda y aunque para maniobrar en las ciudades o parkings se agradece, en carreteras de curvas es cuando se echa de menos esos modos de conducción o el poder personalizar cuestiones como la dirección.
Los asientos son cómodos, aunque para mi gusto no demasiado estéticos, pues combinan tres colores y sobresale una capa de espuma adicional como si de una tableta de chocolate se tratase. Solo por esta espuma adicional esperaba un punto extra de confort… Ahora bien, muy acertados los botones físicos para la climatización, situados debajo de la pantalla central.
Durante la ruta, el consumo se situó en todo momento por debajo de los 6,5 litros/100 km, aunque seguramente pueda bajar más si conducimos de una manera más suave por carreteras menos reviradas. Las suspensiones se hacen notar, en el buen sentido, y es que es raro que siendo un coche muy ajustado en cuanto a precio lleve la suspensión Citroën Advanced Comfort de serie, que absorbe muy bien las “imperfecciones” de la carretera.
Su maletero es de unos 460 litros, una cifra similar a sus competidores, aunque como ya mencionaba; este permite poder llevar hasta 7 pasajeros o abatir todos esos asientos menos los dos delanteros y alcanzar los 1.600 litros de capacidad de carga.
¿Pasa el examen?
Su diseño es bastante llamativo, me gusta. Y ofrece seis colores, con opción de techo bitono (y las manetas de las cuatro puertas de ese color). Aunque como el diseño es totalmente subjetivo, si cumple la B de bonito lo dejo a tu elección. Respecto a si es bueno, evidentemente no se puede comparar con un coche de una categoría superior o con un coche de su categoría pero que tenga un precio mucho más elevado, así que si sacamos la famosa balanza de calidad-precio, podríamos decir que es bueno. Segunda B que confirmamos.
Y ahora llega la alegría (en este caso) o el disgusto, el precio. Este Citroën C3 Aircross parte en 19.290 euros para la versión gasolina, manual y con el acabado más básico. Esta cifra se puede elevar hasta los 30.000 euros en caso de querer la versión eléctrica tope de gama.
Siendo un coche cómodo, muy polivalente y que no gasta mucho, prepárate para escuchar a tu hijo o hija decirte: “¿me dejas tu coche?».
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