Probamos el nuevo Suzuki S-Cross: un SUV práctico y con etiqueta ECO desde 25.000 euros

Para gustos, los colores, que dice el refrán. Y en esto de los coches es muy complicado meterse en cuestiones estéticas. Pero el diseño sigue estando entre los principales argumentos de compra de un coche, especialmente en algunos segmentos como los SUV. Y en este sentido el Suzuki S-Cross no ha sido un coche especialmente “agraciado”, ni en la primera generación lanzada en 2017, ni tras la renovación que experimentó en 2014.

Ahora, en esta nueva actualización, el Suzuki S-Cross mantiene y potencia su principales valores, como son la practicidad, la versatilidad y una favorable relación entre lo que pagas y lo que te llevas. Pero además, me atrevo a decir que la marca ha acertado de pleno con el diseño. Manteniendo las dimensiones exteriores prácticamente inalteradas, su aspecto es ahora mucho más SUV, con un capó más alto y rasgos que recueda al Across. Me atrevería a decir que hay coches que no cambian tanto estéticamente cuando pasan de una generación a otra como lo ha hecho este S-Cross en el que será su último “restyling”.

Gama, precios y descuentos del Suzuki S-Cross

Con sus 4,30 metros de longitud, precios que parten desde 25.000 euros y una única versión mecánica, el 1.4 Boosterjet de gasolina de 129 CV con hibridación ligera Mild Hybrid de 48 voltios, entre sus rivales principales encontramos coches como el Skoda Kamiq, el Hyundai Kona o el Peugeot 2008. La gama ofrece 7 posibilidades, resultado de combinar el motor con el cambio manual o una caja automática CVT de variador continuo, la tracción 4×2 o 4×4 y los tres niveles de acabado. Todos cuentan con la etiqueta ECO de la DGT.

Suzuki ofrece una campaña comercial que incluye un descuento de 3.600 euros en las versiones 4×2 con cambio manual, y de 2.400 euros en los 4×4 y en el 4×2 automático. Con estos descuentos, los precios de venta al público son los siguientes:

• S-Cross 1.4 T S1 MHEV: 24.945 euros
• S-Cross 1.4 T S2 MHEV: 26.145 euros
• S-Cross 1.4 T S3 MHEV: 29.545 euros
• S-Cross 1.4 T S2 4WD MHEV: 28.022 euros
• S-Cross 1.4 T S3 4WD MHEV: 31.295 euros
• S-Cross 1.4 T S3 MHEV Auto: 31.005 euros
• S-Cross 1.4 T S3 4WD MHEV Auto: 35.200 euros

A estos precios puedes descontar otros 1.400 euros adicionales si financias la compra con la marca.

Automático, manual, 4×2, 4×4… ¿qué S-Cross me compro?

Pues la versión S1 de acceso a la gama ya está muy bien, con llantas de 17 pulgadas, volante multifunción, pantalla multimedia de 7 pulgadas, control de crucero adaptativo, 7 airbags, cámara trasera y el paquete de seguridad activa DSBS. Pero mi recomendación es invertir los 1.200 euros más que cuesta el acabado S2. Entre muchas otras cosas te llevas los rieles en el techo, faros antiniebla, sensor de lluvia y luces, arranque sin llave, climatizador bizona, sensores de parking, sistema de alerta de tráfico posterior, detección de ángulo muerto, asientos calefactados y respaldos de los asientos traseros reclinables en dos posiciones.

Las versiones S3 se escapan un poco de precio para contar con la pantalla multimedia ya de 9 pulgadas, tapicería de cuero, techo solar panorámico, navegador y cámara 360 grados; me parecen más equilibrados los S2. En cuanto al cambio automático, cuesta 1.500 euros más que el manual; pero su principal problema es que solo se asocia al acabado superior S3, lo que implica partir ya de un presupuesto de 31.000 euros.

Sí puede ser una opción interesante la tracción 4×4 AllGrip para quienes vayan a circular con cierta asiduidad fuera del asfalto. Se puede elegir desde el acabado S2, por un sobreprecio de 1.900 euros.

Si no vas a hacer campo más allá de pistas en buen estado, mi recomendación sería el S-Cross 1.4 T S2 de tracción delantera, que se queda en 24.745 euros financiando la compra… y equipar unos buenos neumáticos All Season si quieres garantizarte la movilidad en carreteras nevadas, con más seguridad incluso que el 4×4 con neumáticos de verano.

Interior del Suzuki S-Cross: a lo práctico

La renovación estética también afecta al interior del S-Cross, que luce un salpicadero de líneas más modernas y atractivas. Los materiales siguen siendo en su mayoría de plástico duro al tacto, pero ofrecen una sensación visual de calidad y durabilidad. Lo que no cambia es la practicidad que ofrece gracias, en gran medida, a un habitáculo muy bien aprovechado.

En cuanto al maletero, sus 430 litros son una cifra muy buena. Tiene formas regulares y aprovechables y el piso se puede colocar en distintas alturas; en el caso de las versiones más equipadas, la posibilidad de regular la inclinación del respaldo de los asientos traseros permite ganar algunos litros adicionales.

Una de las mejoras importantes es la del sistema multimedia, ahora con la pantalla por encima de las salidas de la climatización, en posición más elevada. Para las versiones S1 y S2 la pantalla es de 7 pulgadas, y de 9 pulgadas en el acabado superior S3, siempre con un software mejorado y con compatibilidad con Android Auto y Apple CarPlay, en este último caso de forma inalámbrica además de por cable.

Al volante del Suzuki S-Cross

Con la misma plataforma y sin cambios en el sistema de propulsión, el nuevo Suzuki S-Cross no presenta cambios significativos respecto al modelo al que sustituye. Estamos ante un SUV fácil y agradable de conducir, al que se le atragantan un poco las carreteras muy viradas si quieres ir deprisa.

Esto sucede, principalmente, porque la dirección filtra demasiado lo que sucede bajo las ruedas y la carrocería tiene una primera fase al iniciar los giros más cerrados en la que le cuesta un poco apoyarse; pero nunca tiene reacciones que comprometan la seguridad. A cambio, el S-Cross se muestra muy a gusto en autopistas o carreteras rápidas, donde permite viajar con un gran confort de marcha y con un bajo consumo.

El motor 1.4 Boosterjet de gasolina sigue siendo uno de los aspectos más destacados del S-Cross, por agrado de uso y por la relación entre prestaciones y consumos. El motor eléctrico de casi 14 CV del sistema de hibridación ligera aporta empuje adicional al acelerar, y se nota: puedes circular en marchas largas sin tener que utilizar mucho el cambio, que resulta muy suave en el paso entre marchas al mover la palanca, aunque el tacto podría ser más preciso.

Entre las cosas buenas de este motor, además de que suena muy poco y que resulta elástico y suave, está lo poco que consume… y que no es tan sensible al ritmo al que se circula, como sucede con otros motores de potencia similar pero con menos cilindrada y cilindros. Mantener consumos en el ordenador de viaje de entre 6,5 y 7 l/00 km no es complicado, sin necesidad de prestar mucha atención a la conducción. En ciudad el sistema MHEV también se deja notar, con un start-stop muy rápido y con el aporte en empuje del motor eléctrico al iniciar la marcha.

El sistema automático de tracción total, que Suzuki denomina AllGrip, es el mismo que en el modelo anterior, de tipo conectable mediante un embrague multidisco. Mediante un selector en la consola central, por detrás de la palanca de cambios, permite elegir entre los modos Auto, Sport, Snow y Lock. En el primero se comporta como un tracción delantera, y solo se conecta el eje trasero en caso de baja adherencia si se detecta que las ruedas delanteras pierden tracción.

En modo Lock se bloquea el reparto para que sea del 50/50 entre ambos ejes. En Sport favorece un reparto orientado a una conducción más dinámica, mientras que el modo Snow está configurado para mejorar la tracción sobre nieve o hielo. Funciona bien, pero hay que asumir una ligera pérdida de prestaciones y un aumento del consumo:  con la tracción total, el S-Cross acelera de 0 a 100 km/h en 10,2 segundos, frente a los 9,5 segundos de las versiones 4×2, mientras que el consumo homologado sube de 5,3 a 5,9 l/100 km.

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