Mokka Opel Coches Eléctricos Pruebas SUV
Probamos el nuevo Opel Mokka, cambio radical
Mantiene el nombre de la anterior generación, aunque pierde la “X”, unos centímetros de longitud, algunos kilos de peso y añade una variante eléctrica. Ya está disponible el nuevo crossover desde 21.000 euros.†
La denominación del modelo es conocida, pero poco tiene que ver con la anterior generación. En primer lugar, porque el proyecto precedente venía de la etapa General Motors, mientras que el actual fue desarrollado por PSA, ahora Stellantis. En realidad, se trata de un producto completamente diferente, si bien enmarcado en el conjunto de los SUV del segmento B que está teniendo enorme tirón en Europa, pues acapara un 18 por ciento del total de ventas en el Viejo Continente. No en vano, las anteriores ediciones del Mokka y Mokka X lograron acumular más de un millón de unidades vendidas en total desde el año 2012.
Siguiendo la estela de los últimos productos del grupo en este segmento, se ha desarrollado sobre la plataforma CMP multienergía, capaz de albergar motores de gasolina, diésel o eléctrico sin necesidad de cambiar de línea de producción en su montaje, al igual que ocurre con otros modelos como el Citroën C4, DS3 Crossback o Peugeot 2008, con quienes comparte la mayoría de sus órganos mecánicos.
Más pequeño
Dado que la marca cuenta con dos modelos inscritos en el mismo segmento, pues el Opel Crossland también compite en la misma categoría, aunque es ligeramente más grande y con una orientación más familiar, el nuevo Mokka ha derivado hacia un concepto un poco más urbano y también más original.
Mide de 4,15 metros de longitud, 1,79 de anchura y añade la nueva firma frontal de diseño de la marca alemana, inspirada en su parte delantera en el Opel Manta de los años 70, denominada Opel Vizor. Este conjunto integra la parrilla, los faros LED y el rediseñado “Blitz”, el logotipo del rayo, en un solo elemento, mientras que el nombre del modelo aparece por primera vez en el centro del portón trasero. En materia de aerodinámica presenta un coeficiente de penetración (Cx) de 0,32, lo que contribuye a mejorar la eficiencia y a rebajar el nivel de ruido.
Las nuevas proporciones hacen perder algo de espacio interior respecto al anterior Mokka, que contaba con una carrocería casi monovolumen. Esta plataforma permite bastante espacio con unas dimensiones exteriores contenidas, pero es cierto que en todos los modelos que hemos probado, los largueros laterales dificultan la entrada o salida del coche, pues resultan muy voluminosos.
En este caso, también la fuerte caída del techo hacia la zaga, que proporciona un aspecto muy moderno y dinámico, complica un poco el acceso a las plazas traseras. Una vez dentro, aunque no sobra espacio para personas de talla media, no se va mal. Eso sí las ventanillas traseras no son muy grandes y se cierran mucho en su parte inferior.
En cuanto al maletero, ofrece 350 litros (ampliable a 1.105 con los respaldos abatidos), que se reducen a 310 en el caso de las versiones alimentadas por energía eléctrica. Cuenta con un piso configurable a dos alturas, lo que permite guardar fácilmente los cables de carga, separados del equipaje, llevar pequeños bultos sin que se muevan o mejorar la capacidad de carga para transportar objetos más grandes.
Interior moderno y funcional
Llama la atención el interior del Mokka, muy moderno y práctico, en el que se ha incorporado el Opel Pure Panel, un amplio cuadro de instrumentos con pantallas digitales que se extienden desde el puesto de conducción hasta la consola central. Dependiendo del nivel de acabado pueden ser de hasta 12 y 10 pulgadas respectivamente (7 pulgadas en las versiones básicas). Como en el resto de modelos que comparten esta plataforma, la configuración del cuadro de instrumentos se puede modificar en diferentes perfiles: cuadrantes, conductor, ordenador de a bordo o navegación, en función de las preferencias del conductor.
Con la intención de mejorar el acceso a las funciones más utilizadas, como climatización, volumen de sonido, etc., sin necesidad de pasar por diferentes menús de la pantalla, se mantienen también los mandos físicos habituales en Opel, más rápidos e intuitivos.
Destaca también la posición al volante, más baja de lo habitual para un SUV, con asientos que recogen muy bien el cuerpo y permiten viajar cómodo durante mucho tiempo. No tienen certificación AGR, pero son ergonómicos y con la firmeza ideal para sentarse y viajar a gusto.
Equipamiento de nivel
Dispone de cuatro niveles de terminación: Edition, GS Line, Business Elegance y Ultimate, con un correcto equipamiento de serie en el que se incluye el freno de estacionamiento eléctrico, alerta de fatiga, sensor anticolisión, control de crucero, asistente de mantenimiento de carril o sistema de reconocimiento de señales de tráfico. También puede contar con elementos como la cámara de visión trasera panorámica de 180 grados, el asistente de aparcamiento automático, el aviso de vehículos en el ángulo muerto o el sistema de iluminación adaptativa matricial IntelliLux LED con 14 segmentos de diodos independientes.
Entre la oferta de sistemas de información se encuentran los sistemas Multimedia Radio y Multimedia Navi, con pantalla táctil a color de 7 pulgadas, y el Multimedia Navi Pro como tope de gama, con pantalla táctil a color 10 pulgadas y sistema de carga para el móvil por inducción.
Ofrece tapicerías de estilo deportivo en tela, o Alcantara y cuero y puede incorporar asientos térmicos de piel con función de masaje para el conductor y volante calefactado en las versiones que no incorporan cambio automático.
Para todos los gustos
Los motores de gasolina y diésel se corresponden a configuraciones de tres y cuatro cilindros, ya del grupo PSA, con potencias que van desde los 74 kW (100 CV) hasta los 96 kW (130 CV) en el caso de los 1.2 Turbo de gasolina (con caja manual de 6 velocidades o automática de 8 con levas en el volante en el más potente), y de 80 kW (110 CV) en el caso del 1.5 diésel, asociado exclusivamente a la caja manual de seis velocidades. Este último promete un consumo combinado de 4,5 l/100 km y unas emisiones de 113 g/km.
Curiosamente, la versión más potente corresponde al eléctrico, que anuncia 100 kW (136 CV) y 260 Nm par máximo. Como en las otras variantes eléctricas del grupo se puede elegir entre tres modos de conducción: Eco, Normal y Sport, que limitan la potencia a 60, 80 y 100 kW y el par a 180, 220 y 260 Nm, respectivamente, y modifican los parámetros del acelerador y la dirección. Incorpora batería de iones de litio 50 kWh con 216 celdas y 18 módulos, capaz de ofrecer una autonomía de hasta 324 kilómetros en ciclo WLTP y dispone de sistema de frenada regenerativa con modo forzado “B”. Anuncia una aceleración de 0 a 50 km/h en 3,7 segundos; de 0 a 100 km/h en 9,0 segundos y una velocidad máxima limitada electrónicamente de 150 km/h.
Puede cargarse en un punto de alta potencia en corriente continua de 100 kW, mediante un enchufe doméstico tipo Schuko o bien con cargador en corriente alterna monofásica o trifásica a 11 kW. Si se recurre a una estación pública de 100 kW, puede efectuar la carga para recorrer 100 km en solo 12 minutos. Ese tiempo se eleva a 19 minutos si la carga se efectúa a 50 kW y a 90 minutos si la conexión es a 11 kW. Con esa potencia, la carga completa requeriría un máximo de 5,15 horas. Mediante un enchufe doméstico, tipo Green Up, a 3,7 kW, el tiempo de una recarga plena estaría en torno a 14 horas.
Opel ofrece una App que permite conocer, a través del teléfono móvil, el estado de carga, los puntos de suministro cercanos o activar el preacondicionamiento del habitáculo a distancia. Incluye también una garantía de ocho años o 160.000 km.
Muy agradable de conducir
Especialmente silenciosa y agradable la variante eléctrica, que ofrece una suavidad y un refinamiento destacable, además de proporcionar un comportamiento brillante. El bajo centro de gravedad, propiciado por la posición de las baterías bajo el piso del suelo (1.623 kg en orden de marcha), una suspensión firme y una dirección muy precisa e informativa, convierten a la variante eléctrica en un modelo apetecible de conducir en cualquier tipo de recorrido. Muy bajo nivel de ruido, a pesar de contar con neumáticos de invierno en las unidades de presentación.
En el caso del Mokka 1.2 Turbo 130 CV EAT8, ofrece buen rendimiento y no limita su autonomía en el tiempo. Lógicamente, tiene un sonido más elevado y ronco, al tratarse de una configuración de tres cilindros. Sus prestaciones son destacables, con una velocidad máxima de 200 km/h y una cifra de aceleración de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos. Promete un consumo de 5,9 l/100 km y se nota claramente más ligero, pues la versión automática no supera los 1.345 kg (278 kg menos que la versión eléctrica), lo que permite un comportamiento mucho más ágil y deportivo.
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