Insignia Opel Berlinas Pruebas
Presentación y prueba Opel Insignia 2018, apuntando a los Premium
Conocemos por primera vez a la segunda generación del Opel Insignia, un modelo que se ha renovado por completo y que promete un refinamiento nunca visto.
La nueva generación del modelo más representativo de Opel está a punto de aterrizar en nuestro mercado. Hablamos del Opel Insignia, que se ha renovado por completo.
Con esta nueva edición de la berlina alemana, la firma del rayo quiere enfrentarse de forma directa con los más refinados rivales de su segmento.
Diseño exterior
El renovado Insignia apunta directamente a los rivales más duros del segmento. Para batirse el cobre con ellos se presenta con numerosas armas. Una de ellas es el diseño, contando con una de las carrocerías mejor resueltas y más atractivas de los últimos años dentro de la marca del rayo.
La carrocería berlina del Insignia ahora se denomina Grand Sport, y ofrece, precisamente, grandes dosis de deportividad. Sus dimensiones están enfocadas aún más en el dinamismo, ya que es más largo (4.90 metros), más ancho (1.86 metros) y más bajo (1.45 metros), conformando así una imagen muy atractiva.
El frontal destaca sobre todo por su gran parrilla, coronada por el gran logo de la marca que cuenta con dos prolongaciones del rayo que lo conforma. Las unidades ópticas son ahora más pequeñas, integrando la iluminación diurna a través de dos tiras LED paralelas. El paragolpes se completa con molduras en ambos extremos que, además, acogen a las ópticas antiniebla.
La vista lateral cuenta con un gran atractivo gracias a las líneas fluidas y marcadas. Los pasos de rueda se llenan a la perfección con llantas de hasta 20 pulgadas, mientras que la superficie acristalada ofrece una buena visibilidad. La caída del techo es ahora más pronunciada, terminando en una luna trasera más tendida y ofreciendo una mayor sensación de dinamismo.
En la parte trasera contamos con el ya clásico portón, que da acceso a una gran boca de carga. Contamos de nuevo con pilotos más alargados que, además, cuentan con tecnología LED para algunas funciones. Las salidas de escape se mantienen vistas y ovaladas, de forma similar a la generación precedente.
Diseño interior
Si entramos en el habitáculo del Insignia Grand Sport rápidamente nos daremos cuenta de que la marca alemana ha hecho hincapié en un aumento de la calidad percibida allá donde pongamos tanto la vista como las manos. El salpicadero cuenta con un estilo similar al de las últimas creaciones de la marca, aunque con funciones ampliadas y una calidad de realización muy buena.
La mayoría de los revestimientos están acolchados, y solo en las partes inferiores de puertas y salpicadero encontraremos plásticos rígidos que, no obstante, están bien ajustados. La instrumentación es mixta, con una pantalla central e indicadores analógicos a los lados. Es muy similar a la que montaba el anterior Insignia.
La gran pantalla central nos sirve como centro de control, complementada con un climatizador con mandos en algunos casos algo pequeños y algunos botones bajo ella que controlan los sistemas sonoros. Una de las mayores novedades del nuevo Insignia es la llegada de un Head-Up Display (HUD) a color que, en este modelo, se proyecta directamente sobre el parabrisas.
Los asientos vuelven a ser una parte fundamental del habitáculo del Insignia. Con certificación AGR, los más completos pueden contar hasta con 16 vías de regulación, amén de masaje, ventilación y calefacción. Sin duda, se trata de asientos en los que el peso de los kilómetros se nota muy poco.
El espacio a bordo es muy bueno tanto en las filas delanteras como traseras, aunque es cierto que se ha perdido algo de espacio para la cabeza, compensado en parte con la menor altura de la banqueta de la segunda fila de asientos. El maletero, por su parte, cubica 490 litros, algunos menos que antes, pero suficientes para el planteamiento del vehículo.
Dinámica y motores
El nuevo Insignia se ha construido sobre una nueva plataforma denominada Epsilon 2, que trae consigo un sustancial aumento en la distancia entre ejes, así como una reducción muy notable del peso, algo que redunda en una mejor dinámica y en un consumo más ajustado. La carrocería es, además, un 9% más rígida que la de su antecesor.
La nueva generación de Insignia llega cargada de tecnología. Los asistentes a la conducción son más abundantes que nunca, con sistemas como el control de crucero adaptativo con función Stop&Go, asistente de aparcamiento con cámaras 360º, asistente conectado On Star con funciones ampliadas -reserva de restaurantes u hoteles, diagnosis remota del vehículo- o faros LED Intelillux con módulos de iluminación con gestión individual.
Mecánicamente el nuevo Insignia llega con tres opciones diésel y otras tres mecánicas de gasolina. Todas ellas, de cuatro cilindros, han sido especialmente optimizadas para este vehículo, refinando al máximo su rendimiento. En diésel contamos con el ya conocido 1.6 CDTI con 110 y 136 CV, situándose como tope el 2.0 CDTI de 170 CV.
En gasolina contamos con el nuevo 1.5 Turbo con 140 y 165 CV, un propulsor especialmente recomendable por su suavidad y rendimiento. Profunda evolución del 1.4 Turbo, el 1.5 mejora sus cifras manteniendo a raya los consumos. Por encima, y como tope de gama, el 2.0 Turbo de 265 CV. Están disponibles cajas de cambio manuales de seis velocidades y automáticas de seis y ocho relaciones, siendo ésta última novedad dentro de la marca.
Otra de las novedades más destacadas es la llegada de un sistema de tracción integral vectorial desarrollado por el especialista GKN. Es un sistema de tracción integral muy parecido al que utiliza el Ford Focus RS, con dos embragues controlados electrónicamente. Este sistema es capaz de gestionar de manera independiente el par enviado a cada rueda, mejorando el rendimiento dinámico del conjunto.
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