Presentación y prueba Ford Fiesta 2018, eterna juventud

La nueva generación del Ford Fiesta está lista para su lanzamiento, renovándose por completo para seguir cosechando éxitos. Highmotor se ha desplazado hasta la maravillosa ciudad de Córdoba para atestiguar de primera mano la evolución del nuevo Fiesta.

Que el Fiesta es uno de los productos más importantes de Ford es algo que nadie se atreve a poner en duda a estas alturas. Y es que la impecable trayectoria de este urbano americano, nacido en la década de los 70, vive ahora una nueva etapa con la llegada de la octava generación, la más tecnológica y avanzada de la historia del modelo.

Diseño exterior

El nuevo Fiesta se ha presentado con un aspecto profundamente renovado, pero que mantiene la esencia del modelo anterior, sobre el que está basado. El aspecto externo del Fiesta no deja lugar a dudas, se trata de un urbano 100% diseñado para tal propósito, siendo también un modelo 100% Ford, plagado de detalles que lo identifican como un miembro más de la familia.

El frontal del Fiesta ha madurado sus líneas, manteniendo la parrilla de generoso tamaño, pero reduciendo el volumen de sus ópticas, más compactas y achatadas. Estas ópticas pueden contar con iluminación diurna LED y tecnología de proyección elipsoidal, pero a diferencia de otros modelos de la competencia como el VW Polo o el SEAT Ibiza, no es posible equipar un sistema de iluminación completa LED.

La imagen lateral es, posiblemente, la que menos se ha visto alterada respecto a su antecesor. Se mantienen las líneas suaves y dinámicas en sentido ascendente en una carrocería que estará disponible, de forma sorprendente, tanto en versión de tres como en versión de cinco puertas, algo cada vez más inusual.

Los pasos de rueda quedan perfectamente cubiertos por nuevas llantas que, dependiendo del acabado y la motorización escogida, varían entre 15 y 17 pulgadas de diámetro. Como detalle llamativo, el pequeño tamaño de los espejos retrovisores exteriores, algo que en determinadas situaciones puede resultar un problema.

La parte trasera es, posiblemente, donde los cambios son más evidentes. Los grupos ópticos pasan a situarse en posición horizontal, abandonando la disposición vertical que el Fiesta adoptó a principios de los años 2000. De esta manera, la zaga del Fiesta se ve más madura, más seria, algo que puede no agradar a todos los usuarios.

Se han instalado dos pequeños reflectores en los laterales del paragolpes trasero con el fin de mejorar la sensación de anchura del conjunto, lo que unido a la salida de escape vista -según versiones- da como resultado una estampa más deportiva y dinámica. El nuevo Fiesta tiene una longitud de 4.04 metros de largo, en línea con un segmento que no para de crecer.

Diseño interior

Si por algo se distingue la nueva generación del Fiesta es por un interior 100% remozado, que simboliza un gran paso adelante respecto a su antecesor. De hecho, se puede afirmar sin lugar
a dudas que el nuevo Fiesta cuenta con uno de los mejores interiores de su segmento, por encima de otros rivales de la talla del Peugeot 208 o el Citroën C3.

El habitáculo del nuevo Fiesta rompe con las líneas de sus antecesores, distanciándose también de los trazos de sus hermanos mayores, dando lugar a un habitáculo mucho más ergonómico y atractivo a la vista. Las líneas maestras del salpicadero tienden a la horizontalidad, con la gran pantalla del sistema Ford SYNC 3 como piedra angular.

La calidad de construcción del interior del Fiesta ha dado un salto hacia arriba. Y es que ahora nos encontramos con materiales acolchados en buena parte del salpicadero, utilizando plásticos duros en recubrimientos inferiores, siempre con ajustes precisos, sin ruidos parásitos ni remates deficientes.

Las molduras decorativas tienen más peso que nunca, y dependiendo de la terminación escogida disfrutaremos de remates en color tanto en salpicadero como en puertas con el fin de adecuar el ambiente interior a la personalidad del vehículo, algo que se traslada también a elementos como el pomo de la palanca de cambios o la tapicería de los asientos.

El equipamiento tecnológico ha dado un gran salto adelante, haciendo del Fiesta uno de los utilitarios más interesantes del momento. No faltan, de serie, elementos ya comunes dentro del segmento como el sensor de luz, la batería de airbags para los ocupantes o el volante multifunción con ordenador de abordo.

Ahora, el nuevo Fiesta puede contar con una generosa batería de asistentes y sistemas electrónicos, como el mencionado Ford SYNC 3, un detector de peatones capaz de funcionar por la noche o un techo de cristal doble panorámico con apertura eléctrica, característica única en su segmento.

Acabados diferenciados y personalizados

Hablando de la personalidad del nuevo Fiesta, la marca americana ha apostado firmemente por la capacidad de construir un Fiesta único para cada cliente. Es por ello que ha desplegado todas sus armas, desarrollando una extensa gama con hasta cinco acabados, desde los accesibles Trend y Trend+ hasta el lujoso Vignale.

Los Trend y Trend+ son los acabados de acceso, e incluyen elementos como el sensor de luces, el volante multifunción, el avisador de cambio de carril, el aire acondicionado o los cinturones de seguridad de tres puntos con pretensores tanto delante como detrás.

Una de las grandes novedades de la gama es la incorporación de la variante Active, una versión que sólo estará disponible con carrocería de cinco puertas y que apuesta por una imagen aventurera, con protecciones plásticas en la carrocería, suspensión sobreelevada y tapicería textil exclusiva.

La variante Vignale se sitúa como la más elegante y equipada del conjunto. Destacan elementos como las llantas de aleación de 17″, el techo panorámico de cristal, la tapicería de cuero, el climatizador automático, los retrovisores con plegado eléctrico e iluminación LED exterior o el sistema de entrada y arranque sin llave «Ford Power».

No falta tampoco la variante ST-Line, destinada al público más dinámico, con una decoración deportiva tanto exterior como interior, acogiendo además cambios en el chasis, con una amortiguación más rígida que, además, sitúa la carrocería más cerca del suelo.

Una dinámica de conducción a la altura de los mejores

Por todos es conocido que el Fiesta siempre ha destacado por su dinamismo de conducción, y la nueva generación del urbano americano no es una excepción. La octava edición se construye basándose en la plataforma de la anterior generación, aunque pasando por un avanzado proceso de actualización que ha modificado una buena proporción de sus componentes.

El Fiesta sigue confiando en uno de los esquemas de suspensión más comunes del mercado, con columnas McPherson en el eje delantero y un eje torsional con ruedas tiradas en la parte trasera. Tanto la dirección como el equipo de frenos responden con precisión, dando lugar a un dinamismo inusitado sea cual sea la variante escogida. Destaca también la acción del control vectorial de par, un sistema que frena la rueda interior del viraje para mejorar la trayectoria.

Da igual el motor que elijamos, el chasis siempre va a estar muy por encima, demostrando su buen hacer tanto en ciudad, con una buena comodidad y un radio de giro muy correcto como en carretera, mostrando un aplomo muy notable. Cuando el trazado se retuerce, el Fiesta saca a relucir sus cualidades, recordándonos que la variante más potente, la ST, está a la vuelta de la esquina.

El nuevo Fiesta estará disponible con cuatro opciones de gasolina, iniciándose con un 1.1 Ti-VCT de 70 CV y continuando con el afamado 1.0 Ecoboost en tres niveles de potencia: 100, 125 y 140 CV. En diésel estará disponible únicamente el motor 1.5 TDCi en dos escalones de potencia: 85 y 120 CV. Todos los propulsores excepto el 1.1 de gasolina estarán equipados con cajas de cambio de 6 velocidades, tanto manuales como automáticas. Todo ello con un precio de salida que arranca en los 12.229€ descuentos incluidos.