El Peugeot 504, uno de los modelos más emblemáticos de la marca cumple 50 años

La historia del automóvil ha dejado con el paso de los años algunos de los modelos más emblemáticos de todos los tiempos y, en algunas ocasiones, estos vehículos hacen tanta mella que las propias marcas insisten en seguir creando sucesores. Dentro de este caso nos podemos encontrar con el Peugeot 504, un modelo que cumple 50 años desde su creación y, pese a su longevidad, la firma francesa pretende mantener intacta su esencia con los modelos contemporáneos.

Debemos remontarnos al Salón de Ginebra de 1968, año en el que Peugeot levantó el telón para dar a conocer a una de las berlinas por excelencia por aquel entonces, el 504. Este vehículo se encargaría de marcar un antes y un después en la historia de la marca del león, puesto que sería uno de los primeros modelos franceses en plantarle cara a los temidos Mercedes y BMW de la época. Esto fue algo que el 504 consiguió gracias a una gran combinación entre tecnología, confort y mecánica, una mezcla muy usual en los vehículos de Peugeot.

Lo más rompedor de esta nueva berlina francesa fue su diseño, puesto que el responsable detrás de la estética del 504 era ni más ni menos que Pinifarina. Uno de los elementos del Peugeot en los que más trabajó el diseñador italiano fue en los faros de este, puesto que se pretendía huir de la ya clásica óptica redondeada. En su lugar, recurrieron a un diseño trapezoidal, el cual recordaba a los ojos de una mujer.

De esta forma, el Peugeot 504 conseguía combinar todo lo bueno del diseño italiano junto a la tecnología y mecánica francesa, un juego de elementos que proporcionaba un resultado magnífico, el cual han ido heredando poco a poco las siguientes generaciones. Al mismo tiempo, otorgaba a sus clientes un conjunto de elementos de serie inauditos en otros vehículos de su categoría, tales como tapicería de cuero, frenos de disco, dirección asistida o cinturón de seguridad entre otros.

El nivel mecánico que ofrecía el Peugeot 504 también superó las expectativas de sus clientes, puesto era capaz de alcanzar velocidades superiores a los 160 Km/h y, al mismo tiempo, ofrecía una suspensión avanzada y moderna capaz de absorber todas las imperfecciones del terreno. En resumidas cuentas, la berlina francesa se presentó como el precursor de la filosofía que se emplea en los modelos actuales de Peugeot.

La gran relación calidad-precio de este modelo permitió a la marca producir más de 3,7 millones de unidades a nivel mundial y se convirtió en el primer vehículo de Peugeot en fabricarse en la planta de Vigo. La firma ha querido transmitir este mismo espíritu en sus modelos actuales, algo que pretenden demostrar con el nuevo 508, el cual se declara como un heredero absoluto del 504.