Nuevos conflictos en la cúpula de Volkswagen
El presidente del consejo de vigliancia, Ferdinand Piëch, declaró a Der Spiegel que el consejero delegado de la marca, Martin Winterkorn, ya no forma parte de su lista de candidatos a sucederle. Pero el jefe ejecutivo ha ganado partidarios este fin de semana que pueden cambiar la situación.
Las altas esferas de Volkswagen viven una nueva pugna por la supervivencia de sus máximos exponentes en sus respectivos cargos. Obviando ciertas diferencias, la historia que describen los medios alemanes se asemeja al conflicto que estalló en 2006 entre el presidente del consejo de vigilancia de la alemana, Ferdinand Piëch -nieto del fundador de Porsche-, y su antiguo jefe ejecutivo Bernd Pischetsrieder. La batalla terminó con la salida de este último seis años antes del final de su contrato.
Desde 2007, dicho puesto lo ocupa Martin Winterkorn, hasta hace poco uno de los candidatos más probables a suceder al presidente, junto al que ha trabajado desde 1981 cuando Piëch era responsable de desarrollo técnico en Audi. El actual contrato del presidente vencerá en diciembre de 2016, mientras que el de Winterkorn seguirá vigente hasta abril de 2017. Pero, según publicó la revista alemana Der Spiegel este viernes, Winterkorn ya no cuenta con el apoyo de Piëch debido a varios motivos.
Piëch aseguró mantener distancias con Winterkorn y que su sucesor no pertenecerá a la familia Piëch-Porsche.Al ser interrogado acerca del futuro heredero del «trono» en Volkswagen, Piëch declaró a Der Spiegel que se ha distanciado de Winterkorn. La publicación germana corroboraba ese clima turbio a través de las sensaciones expresadas por otros ejecutivos de Volkswagen, quienes constataron que la de Piëch no constituye la única oposición dentro del consejo de vigilancia a la que se enfrenta Winterkorn.
El presidente de este órgano, así como otros de los veinte miembros que lo componen, se muestran insatisfechos por la incapacidad del jefe ejecutivo de recuperar las altas cifras de rentabilidad de las que otrora gozaba Volkswagen, de hallar un método eficaz para que despeguen las desastrosas cifras de ventas en Norteamérica y de avanzar con el proyecto de creación de una nueva división dedicada a vehículos de bajo coste para países emergentes.
El Passat nortamericano ha funcionado peor de lo esperado y la fábrica de Chattannoga lleva infrautilizándose más de un año.
Winterkorn tiene a su favor al comité de empresa y a los representantes de la Baja Sajonia en el consejo de vigilancia.El panorama aciago que Der Spiegel atribuía al futuro de Winterkorn empezó a cambiar el mismo viernes cuando el dirigente del comité de empresa de Volkswagen, Bernd Osterloh, se posicionó a su favor agregando que, si dependiera de los trabajadores, ampliarían la vigencia de su contrato más allá de 2016. Un respaldo que en el pasado se ha revelado importante al resolver estas luchas: el comité contribuyó a la destitución de Pischetsrieder hace nueve años.
Las perspectivas continuaron mejorando para Winterkorn horas más tarde. El consejero delegado sumó a sus partidarios la región de Baja Sajonia, que posee la quinta parte de los votos en el consejo de vigilancia de Volkswagen. Su responsable de economía, Olaf Lies, manifestó su aprecio hacia la labor desempeñada por Winterkorn en los últimos tiempos.
El sábado, el portavoz del gobierno regional, Michael Juerdens, transmitió que el primer ministro, Stephan Weil, se había disgustado al leer las críticas que vertió Piëch hacia Winterkorn. A pesar de este patente posicionamiento, tanto Lies como Weil matizaron que la administración de Baja Sajonia prefiere analizar «con calma» el desarrollo de los sucesos antes de emitir juicios más contundentes.
El comité empresa le da la espalda a Piëch nueve años después de apoyarlo en su conflicto con Pischetsrieder.
Con estos apoyos, Winterkorn superaría en votos a Piëch si se da un posible nuevo «golpe de Estado» en el consejo como en 2006.Dadas estas circunstancias, caben más probabilidades de que Piëch salga peor parado de este contexto que el propio Winterkorn. El presidente debe sustentar con pruebas feacientes que el jefe ejecutivo ha conducido a Volkswagen en una dirección verdaderamente negativa para la empresa. Y las propias reglas de votación del consejo de vigilancia irían en su contra si intenta echar a Winterkorn, ya que sus votos, unidos a los de los trabajadores y del land alemán, superan a los de Piëch.
Los hechos parecen augurar un final para esta disputa distinto al de otras previas igualmente protagonizadas por el carismático líder del consejo de Volkswagen, al que accedió en 2002. Una trifulca que restará atención a otro hito que los analistas del sector del automóvil predicen se producirá este año: la alemana le robará a Toyota la categoría de mayor fabricante de coches a escala mundial tras años a la zaga del nipón.
Vía | Automotive News y Der Spiegel
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