El nuevo motor diésel biturbo de Opel se incorpora al Insignia que llegará a Frankfurt

En el Salón de Frankfurt vamos a tener ocasión de ver el nuevo Opel Insignia, pero unos días antes de esa presentación tan esperada sabemos que un nuevo motor se incorpora a la familia del abanderado de la marca alemana. La producción del Insignia Counry Tourer ya ha comenzado y la marca ha incorporado un nuevo motor diésel de 2.0 litros biturbo, que podrá ser adaptado a todas las variantes del modelo, Grand Sport, Sports Tourer y Country Tourer, a partir de su utilización en esta versión.

Este motor ofrece una potencia de 210 CV a las 4.000 rpm y un considerable par motor de 480 Nm a partir de solo 1.500 rpm, gracias a la turbo compresión secuencial de dos etapas. El consumo registrado del Opel Insignia Grand Sport 2.0 BiTurbo, por ejemplo, se cifra en 8,7 litros por cada 100 km recorridos por ciudad, aunque en extraurbano se queda en 5,7 litros por cada 100 km, ofreciendo un consumo combinado de 6,9 litros. Las emisiones ofrecen registros de 183 gr/km.

La potencia y el par motor permiten una aceleración de 0 a 100 km/h de 7,9 segundos, lanzándo el coche a una velocidad máxima de 233 Km/h. El uso de una caja de cambios automática de ocho velocidades y de la tracción integral de alta tecnología con reparto vectorial del par motor. El rendimiento de este nuevo motor es superior al del propulsor de 2.0 litros y un único turbocompresor, que es el que marcaba el tope de gama hasta ahora y que ofrece una potencia de 170 CV.

Además, el motor recién incorporado a la gama Insignia cumple con los requisitos Euro 6.2, todavía más exigentes que la norma en vigor actualmente y que entrará en vigor en otoño de 2018, por lo que se adelanta a los cambios que exige la Unión Europea para los motores diésel, situados en el punto de mira de las instituciones desde el estallido del diéselgate hace dos años.

Para mejorar la calidad de las emisiones, el motor 2.0 BiTurbo incluye un sistema llamado Reducción Selectiva de Catalización (SCR), que mediante la inyección de AdBlue elimina la presencia de óxido de nitrógeno, convirtiéndolo en nitrógeno y vapor de agua, haciendo que la mayor parte de las emisiones pierdan sus efectos nocivos.