Mercedes ya ha dado la señal para comenzar a producir el nuevo Clase A. Esta generación del compacto se fabricará íntegramente en la planta de Rastatt.
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Contacto Mercedes-Benz Clase A: la perfección de la especie
El benjamín de Mercedes, el Clase A, se renueva por completo para demostrar que puede competir por un liderazgo, el de los compactos premium, más que reñido.
El segmento de los compactos es, tradicionalmente en nuestro país, uno de los más importantes y relevantes tanto a nivel de popularidad como a nivel de ventas.
Uno de los grandes gallos del corral, el Mercedes Clase A, ha visto nacer a su cuarta generación en lo que supone una renovación completa que centra sus esfuerzos en pulir sus defectos.
Tras más de 5 años en el mercado, la actual generación del Mercedes-Benz Clase A se ha convertido, por derecho propio, en uno de los modelos más representativos de la firma de la estrella. El creador de la tendencia «Algo está pasando en Mercedes» se renueva con una nueva generación que presume de calidad y de tecnología.
Un diseño continuista y atractivo, ¿por qué cambiar lo que funciona?
La nueva generación del Clase A llega a nuestro país apenas un par de meses después de su primera presentación pública. El objetivo de los responsables de la marca con el Clase A es claro: repetir el éxito de su antecesor. Ya desde el primer golpe de vista encontramos un vehículo que claramente se identifica como un Mercedes.
El nuevo Clase A es más largo, más ancho y más bajo. Ahora mide 4.42 metros de largo, una longitud mayor que se hace patente en unas proporciones más equilibradas. El frontal recuerda fuertemente al estrenado también recientemente por el nuevo CLS, de forma que los grupos ópticos son más pequeños y afilados y la parrilla más grande.
Dependiendo del acabado encontramos molduras decorativas más o menos grandes en el paragolpes, así como diferentes acabados para el enrejado de las entradas de aire de las parrillas superior e inferior. En nuestro país, los faros con tecnología LED son de serie desde el acabado de acceso.
La vista lateral es, posiblemente, la más conservadora de todas. La forma de las ventanillas es básicamente la misma que la del Clase A que se ha vendido hasta ahora, aunque Mercedes afirma que se ha mejorado la visibilidad desde el interior. Dos líneas de tensión bien marcadas recorren el lateral, dotando de músculo al diseño.
La zaga queda mejor resuelta con unos grupos ópticos más grandes, en forma de lágrima horizontal, que se prolongan también por parte del portón del maletero. El paragolpes vuelve de nuevo a integrar una moldura inferior con aspecto de difusor, así como unas supuestas salidas de escape.
La verdadera revolución: su habitáculo
Si por algo se le criticó a la anterior generación del Clase A fue por un habitáculo con una calidad de construcción que no se adecuaba a los estándares de una marca como Mercedes-Benz. El uso de algunos plásticos y los ajustes de algunas piezas no eran los que se esperaban de un modelo cuyo logo es una estrella.
La marca fue consciente, y desde el primer momento ha trabajado para que esta nueva generación mejore sustancialmente a la anterior. El resultado salta a la vista: la mejora es más que evidente, y ahora el Clase A puede luchar con ciertas garantías con unos rivales cada vez mejor preparados.
A nivel visual los cambios son espectaculares: el Clase A presume ahora de uno de los salpicaderos más avanzados de la industria, con líneas fluidas y futuristas que juegan con los volúmenes. La instrumentación y el sistema de entretenimiento se funden en un único módulo de pantallas sin ningún tipo de visera con aspecto flotante, los aireadores parecen estar suspendidos y los botones, pequeños y refinados, aportan estética y calidad al conjunto.
A nivel táctil y de construcción, la mejora es de nuevo más que notable. Los materiales utilizados son de mejor factura en la inmensa mayoría de los revestimientos, estando además mejor ajustados entre sí. El salpicadero está rematado entero en materiales blandos a excepción de las partes más inferiores.
Además, la solidez que se percibe en el anclaje de las piezas es sensiblemente superior al que ofrecía la generación anterior, y la inmensa mayoría de los pequeños crujidos y ruidos parásitos que se escuchaban al presionar piezas del anterior Clase A han desaparecido. La iluminación ambiental es ahora parte fundamental del lenguaje interior del Clase A, extendiéndose por salpicadero, aireadores, puertas y asientos en más de 60 colores.
No todo es, no obstante, excepcional. El marco de las puertas sigue sin estar forrado en su parte interior, por lo que la chapa sigue estando a la vista, algo que en rivales como el Audi A3 o el Lexus CT no sucede. Ni siquiera un Mazda 3 tiene ese detalle a la vista. La moldura que recubre el pilar B es, además, de material plástico de apariencia frágil y barata.
También se abusa del plástico lacado en color negro brillante, un acabado que visualmente es muy bonito…el primer día. Las huellas se marcan enseguida y el polvo y la suciedad se hacen muy evidentes. Desgraciadamente, los fabricantes han apostado demasiado por este material.
Interiormente el espacio es superior en todas las cotas, sobre todo en la parte trasera. Además, el maletero crece 29 litros para alcanzar los 370 litros de capacidad total, contando además con una boca de carga mucho más regular y amplia.
La inteligencia artificial muestra sus posibilidades
Otro de los pilares fundamentales de la nueva generación del Clase A es la relación entre el vehículo y sus conductores. El nuevo Clase A estrena dentro de Mercedes el sistema MBUX, acrónimo de «Mercedes-Benz User eXperience». Se trata de un nuevo sistema multimedia con pantalla táctil que, además, es capaz de controlarse por voz mediante comandos naturales.
Es decir, no es necesario aprender ninguna fórmula para relacionarse con el sistema, ya que simplemente diciendo «Hola, Mercedes» el sistema se activa, reconociendo frases del estilo «tengo frío», «llama a mi hermana» o «llévame al Santiago Bernabéu». Realidad aumentada, sistemas de conectividad avanzados…todo al servicio del usuario.
El nuevo Clase A puede contar con dos pantallas de 10.25″ cada una para instrumentación y sistema multimedia, convirtiéndose en el líder en este aspecto. De serie, no obstante, ambas pantallas son de 7″. La calidad gráfica está fuera de toda duda gracias a un procesador desarrollado con el especialista NVIDIA.
No faltan, por supuesto, todo tipo de asistentes de seguridad ya vistos en modelos más grandes de Mercedes. Así, el nuevo Clase A se puede equipar con faros Multibeam LED (de serie son LED ya en España), sistema de cambio de carril activo o sistema de aparcamiento semiautomático que actúa tanto en caja de cambios como en dirección, en freno y en acelerador.
Clase A, con A de «ágil»
La agilidad es, posiblemente, la característica que mejor define el comportamiento de la nueva generación del Clase A, que mantiene intacto su rodar dinámico y divertido, mejorando no obstante la insonorización y la comodidad cuando queremos circular sin prisa.
El nuevo Clase A estrena un bastidor con diferentes esquemas de suspensión. Así, en el eje trasero sigue la línea de otros modelos del segmento, utilizando un eje de torsión para las versiones menos potentes y un sistema multibrazo para las versiones con más potencia, con llantas de 19″ o con amortiguación pilotada.
En una primera fase de lanzamiento serán dos los motores disponibles: un diésel (A180d) con 116 CV y un gasolina (A200) con 163 CV. Ambos son propulsores desarrollados por Renault, aunque puestos a punto por la marca alemana. Estará disponible una caja de cambios manual, así como una transmisión automática de doble embrague (7G-DCT) de siete relaciones.
En otoño llegará una versión de gasolina más potente denominada A250, con 224 CV. En nuestra toma de contacto hemos podido probar el A200, un motor que destaca por su suavidad y su buena respuesta. Sin ser explosivo, es un motor lleno en todo el régimen de revoluciones, silencioso y con un consumo contenido.
El Clase A ya está disponible en los concesionarios de la marca con un precio que arranca en los 31.400€ de la variante gasolina con cambio manual. La versión diésel sólo está disponible de momento con cambio automático, arrancando en los 32.700€.
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