Noruega estudiará posibles cambios en los incentivos de los coches eléctricos
Esta semana se ha matriculado el vehículo eléctrico número 50.000 del país nórdico, tres años antes de lo que estaba previsto en la legislación que determina las ventajas de las que se benefician sus usuarios. El Ejecutivo ha iniciado las negociaciones para redefinir el programa creado en 2012.
Los cálculos se han cumplido. A principios de esta semana, un Tesla Model S 85D de color gris metalizado se convirtió en el vehículo eléctrico número 50.000 que se ha vendido en Noruega. La berlina del fabricante de Silicon Valley recibió la matrícula «EL 60000«. El primer automóvil de esta clase registrado en el país nórdico lució la «EL 10000», de ahí que no coincidan las cifras. La entrega de esta unidad supone una alegría para su propietario, pero también ha recrudecido la polémica que vive Noruega en torno a los generosos incentivos que su gobierno concede a los compradores y dueños de los coches eléctricos.
La legislación que los contempla, vigente desde 2012, preveía mantenerlos hasta 2017 o hasta que se matriculara el vehículo número 50.000. El segundo límite se ha alcanzado tres años antes de lo esperado. El ritmo de ventas se ha tornado tan elevado que la ministra de Economía noruega, Siv Jensen, ya ha anunciado que el Ejecutivo considerará en las próximas semanas modificar dichas ventajas fiscales. La decisión final se confirmará el mes que viene una vez se hayan debatido los presupuestos en el Parlamento.
Las elevadas ventas en Noruega del Tesla Model S, un vehículo no precisamente económico, han sido mal vistas por quienes desaprueban conservar las ventajas fiscales.
La ministra de Economía noruega reconoció en 2014 que los incentivos suponen pérdidas anuales para las arcas públicas de hasta 473 millones de euros.El programa de incentivos es objeto de críticas especialmente desde el año pasado. La culpa se atribuyó, en concreto, al Tesla Model S. El eléctrico californiano, cuyos precios en Noruega parten de los 65.000 euros, arrasa desde su introducción en el mercado noruego en 2013. Una fama que, según declaró en 2014 la responsable del Ministerio de Economía, cuesta a las arcas públicas pérdidas anuales que oscilan entre los 3.000 y 4.000 millones de coronas –352 y 473 millones de euros al cambio actual-.
Con 5,1 millones de habitantes, Noruega ya es conocida en el mundo entero como uno de los principales paraísos para los modelos eléctricos. Es el país que cuenta con la mayor cantidad de estos vehículos per cápita. Sus ventas representaron en 2014 un quinto del total de estos automóviles matriculados en Europa -19.767 de un total de 97.791 unidades, según datos de la ACEA-.
El Volkswagen e-Golf ocupa el segundo puesto entre los eléctricos más vendidos en Noruega.
Los dueños noruegos de coches eléctricos no pagan peajes ni al estacionar en aparcamientos públicos.El repertorio de beneficios asociados a su compra y uso resulta envidiable para muchos: están exentos de varios de los elevados impuestos que grava el Gobierno noruego, entre ellos el IVA, y sus conductores tienen permiso para circular por el carril bus -ralentizando así el tráfico a juicio de varios conductores de autobuses-, no pagar por estacionar en aparcamientos públicos, tampoco por los peajes ni por utilizar los puestos públicos de recarga de baterías.
En el Parlamento existe una desigual división de opiniones. Los detractores de este paradigma idílico para los vehículos eléctricos, como el portavoz del partido progresista, Gjermund Hagesæter, se enfrentan en ligera minoría a otros políticos favorables a mantener las ventajas, entre ellos la jefa del Comité de Transportes de este órgano, la conservadora Linda Hofstad Helleland.
Cinco coches eléctricos aparcados en una calle de Oslo. Foto: Wikipedia.
La asociación nacional de dueños de coches eléctricos aduce el 2 % que representan estos vehículos del parque noruego como motivo en contra de eliminar los beneficios.Los partidarios a continuar fomentando las ventas de estos vehículos ven, sin embargo, opciones para añadir matices a la legislación. Por ejemplo, que sean las autoridades locales y no el Gobierno central quienes decidan caso por caso aspectos como el estacionamiento gratuito o el empleo de los carriles de alta ocupación.
En el debate influye con fuerza la postura de la asociación de propietarios de coches eléctricos de Noruega -en noruego, la Norsk elbilforening-. Su secretaria general, Christina Bu, advirtió el año pasado que «aún es muy pronto» para retirar los incentivos fiscales debido a que la oferta de estos automóviles no puede competir en condiciones con la de modelos propulsados por motores de combustión.
La asociación señala, asimismo, que estos coches únicamente constituyen el 2 % del total que existen en Noruega, una cantidad muy marginal que no justificaría suprimir los beneficios. En un país en el que los impuestos que deben pagar los contribuyentes son muy superiores a los de otros países, preservar esta suerte de «alivio» para sus cuentas cobra una relevancia notable.
Vía | Asociación de dueños de coches eléctricos de Noruega, HybridCars y Reuters
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