Al conducir te puedes encontrar con un pinchazo o un reventón en cualquier momento y perder el control del coche, así que hay que saber reaccionar si ocurre.
Neumáticos de segunda mano: legal pero nada recomendable
Los neumáticos de segunda mano son una opción para poder conseguir el cambio de ruedas de manera económica, pero conlleva unos riesgos que hay que conocer.
Los neumáticos son uno de los elementos de seguridad más importantes en el coche. Ya lo hemos comentado en muchas ocasiones: se trata del único punto de contacto del coche con el firme, así que su integridad es fundamental para que no haya problemas a la hora de conducir con seguridad. Hay que revisar con cuidado el estado de los neumáticos y cambiarlos cuando sea necesario. Hoy en día hay muchos tipos de neumáticos, a distintos precios, así que es fácil encontrar unos que se ajusten al presupuesto del que disponemos.
Pero lo que hay que evitar es la compra de neumáticos de segunda mano. Sí, aunque parezca extraño, hay un mercado de venta de neumáticos de segunda mano, es totalmente legal y se puede conseguir un buen precio por esas ruedas ya utilizadas con anterioridad. Normalmente, suelen ser revisadas y puestas a la venta, pero esto siempre supone un serio riesgo para el usuario.
Legales, pero no seguros
La legalidad es indiscutible. Se puede vender un neumático de segunda mano, tanto si es un particular como un desguace o un taller. Eso sí, ha de garantizarse su estado, aunque eso es muy difícil de comprobar. Aunque se revisen con cuidado, hay que pensar que puede haberse pasado algún problema en la carcasa, que existan grietas que no se aprecien a simple vista o cualquier otra cosa que afecte al estado del neumático.
El precio de los neumáticos de segunda mano es sustancialmente menor, así que es muy atractivo a la hora de cambiar los viejos de nuestro coche. Pero hay que tener en cuenta varias cosas antes de realizar este cambio. Y lo más importante es que cuando se compra un neumático de segunda mano se está comprando un neumático viejo y gastado.
Esto es importante porque acorta sustancialmente su vida útil. Lo normal es cambiar los neumáticos después de los cuatro o cinco años después de la fecha de fabricación, para evitar que se cristalice la goma o se deteriore de cualquier otra manera. También hay que vigilar el desgaste del neumático y tener cuidado con los dibujos de las ruedas. Se recomienda que se haga cuando estos tengan una profundidad de 2 mm. Un neumático gastado puede necesitar ser cambiado en pocos meses.
Otro problema que podemos encontrar es que no sabemos qué ha pasado ese neumático. Desconocemos completamente si ha tenido una vida útil de meses o años, si ha sufrido algún tipo de golpe o un desgaste que no se perciba. La seguridad es importante y unos neumáticos de segunda mano, gastados y sin garantías reales, pueden ser muy baratos, pero desde luego, no son la opción más segura.
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