Google ha tenido muchos problemas durante el desarrollo de sus coches autónomos, pero ahora ha comenzado a trabajar junto a FCA y utiliza como base uno de sus modelos, para conseguir avanzar en este tipo de vehículos junto a los ingenieros de la compañía de automoción
Movilidad autónoma, la batalla que, como el Cid Campeador, Marchionne puede ganar después de muerto
Sergio Marchionne puede convertirse en el Cid Campeador de la industria del automóvil si hace ganar la batalla de la movilidad futura al grupo FCA.
Cuenta la leyenda que el Cid Campeador ganó su última batalla cabalgando a lomos de Babieca al frente de sus tropas cargando contra los Almoravides de Ben Yusuf que cercaban Valencia pese a haber muerto a causa de heridas. La sorpresa de las tropas árabes que le consideraban muerto tras atravesarle con una flecha en la batalla del día anterior, hizo que estas se dispersaran, mientras que el ánimo que esto supuso para los soldados del Cid hizo que sus tropas lucharan con mayor brío y salvaran a la ciudad del sitio que esta sufría. Algo similar es lo que puede conseguir Sergio Marchionne con el Grupo FCA en la batalla por la movilidad futura que actualmente afronta la industria del automóvil.
La estrategia seguida por Sergio Marchionne al frente del Grupo Fiat Chrysler (FCA) ha evitado que el consorcio italo-americano invirtiera ingentes cantidades monetarias en el I+D para el desarrollo de la tecnología necesaria para afrontar los importantes cambios que la nueva modalidad va a suponer en la industria del automóvil. Así, al contrario que la gran mayoría de los fabricantes, FCA se ha dedicado durante los últimos años a orientar todo su esfuerzo inversor a sanear sus cuentas y a erradicar por completo sus deudas, alcanzando con ello una situación financiera especialmente envidiable de cara al futuro que nos aguarda.
Pese a ser el séptimo mayor fabricante de automóviles del mundo, los presupuestos que FCA destina a I+D son mínimos, y más aún los destinados a la investigación en materia de conducción autónoma, el caballo de batalla en la industria del automóvil para al menos las dos próximas décadas. Pero pese a ello, cuando un taxi sin conductor de Waymo, la empresa de servicios de movilidad autónoma del grupo Alphabet (Google) recoja a su primer cliente este próximo otoño, el vehículo que llegará a la puerta de este será un modelo de FCA, concretamente la Chrysler Pacifica. Todo un contrasentido, ¿no les parece?
Conducción autónoma: un servicio que puede llegar a FCA de forma externa
Muchos son los analistas del sector del automóvil que han vaticinado un negro futuro para FCA por su frugal y nimia capacidad de inversión en el desarrollo de la conducción autónoma, especialmente si tenemos en cuenta que de cara al futuro son muchos los que también inciden que esta carrera por el desarrollo de la conducción autónoma puede acabar por canibalizar el negocio de muchos de los fabricantes de automóviles actuales.
La prioridad principal de Marchionne fue reducir la deuda de la compañía, sin invertir en I+D si era necesarioPara evitarlo, grupos automovilísticos como Volkswagen o General Motors acometen actualmente planes financieros ciertamente ambiciosos de cara a electrificar sus distintas gamas de vehículos. Modelos con los que afrontar la creación de flotas de vehículos autónomos con las que ofrecer servicios de movilidad a la carta para los consumidores. Pero Marchionne siguió en FCA una senda completamente diferente durante los 14 años que permaneció al frente. Senda durante la cual el fabricante italoamericano ha ido sucesivamente “matando” algunas líneas de producto y hasta marcas enteras (Lancia), destinando todos sus esfuerzos a reducir la deuda de la compañía.
Y durante ese arduo camino, a Marchionne le dio incluso tiempo a denostar al único automóvil eléctrico lanzado por FCA, el Fiat 500e, un modelo “caro” para la cuenta de resultados de la compañía ya que cada unidad comercializada le suponía afrontar costes cercanos a los 20.000 euros, pese al pequeño tamaño del coche.
Marchionne optó, en materia de movilidad eléctrica y autónoma, por darse tiempo y tomar la distancia necesaria para analizar la evolución tecnológica y ver qué pasaba antes de volcarse en el desarrollo de la misma dentro de FCA. Gracias a esta estrategia FCA ha alcanzado importantes acuerdos a posteriori con algunas de las empresas tecnológicas más avanzadas en la materia, como pueden ser Waymo, la filial de movilidad autónoma del gigantesco grupo Alphabet (al que pertenecen empresas como Google). Acuerdos como los 60.000 minivans híbridos Chrysler Pacífica que van a integrar la flota inicial con la que Waymo iniciará sus servicios en los Estados Unidos a finales de este mismo año 2018. Una asociación que va a permitir a FCA comprobar rápidamente si esta estrategia es más que una apuesta inteligente de su recientemente fallecido líder de cara a su futuro o un anticipo de la cuesta abajo que les conduciría a su desaparición .
Muchos analistas alaban la actuación y la planificación de Marchionne afirmando que “cuando se tienen limitaciones financieras o de otro tipo, es el momento de ser un poco más creativos que los demás” y eso es precisamente lo que hizo el exconsejero delegado de FCA. Crear una estrategia que “aunque ya se desconoce si se planteó realmente de esta manera, puede que podría llegar a la perfección para un grupo como FCA”, afirman los analistas.
Waymo, el mejor proveedor posible de tecnología autónoma
Y es que al actuar como proveedor directo de uno de los grandes innovadores en materia de conducción autónoma como es Waymo, FCA se ha colocado en una posición inmejorable para conseguir las licencias necesarias que le permitan acceder al software que sus vehículos precisarían incorporar, situación que les permitiría vender todo tipo de vehículos de conducción autónoma a los clientes del mercado de los particulares. De hecho, directivos de Waymo, como su CEO, John Krafcik, ya han comentado que la empresa prevé en el futuro compartir las ganancias del negocio de los taxis autónomos con sus socios de la industria de automoción. De hecho, Waymo ya mantiene acuerdos con BMW AG y otras empresas para ofrecer funciones autónomas limitadas (dirección automática, control de cambios de carril,…)
Acuerdos de los que también van a disfrutar a partir de 2019 marcas como Alfa Romeo, Jeep, RAM y Maserati y que van a permitir a los modelos de las mismas disfrutar de la misma tecnología de la que ya disponen algunos de sus rivales o incluso contar con ella antes que muchos de ellos. La diferencia es sustancial, porque para poder tener acceso a la misma, FCA no habrá tenido que invertir en el desarrollo de la misma las ingentes cantidades que muchos de ellos habrán gastado en I+D.
Inversión en Chrysler Pacifica Hybrid: la apuesta de Marchionne
Inteligentemente, donde sí que invirtió dinero Marchionne fue en el desarrollo de la nueva Chrysler Pacifica, el que va a ser el único minivan híbrido enchufable a la venta en los Estados Unidos. Un modelo que gracias a su planteamiento ha atraído desde el principio el interés de muchas de las empresas que están desarrollando la tecnología de los vehículos autónomos. Monovolumen dotado de un amplio espacio interior y puertas correderas automáticas, su concepto resulta más que idóneo para el transporte de pasajeros y su mecánica híbrida la dota de la capacidad y los sensores necesarios para alimentar su funcionamiento autónomo.
En enero de este año, Marchionne avisó de los importantes riesgos que muchas empresas del sector tendrán que afrontar durante la próxima década después de los fuertes esfuerzos de inversión que están realizando para financiar la electrificación de sus diferentes gamas. Si la apuesta no funciona como se espera, habrá grandes pérdidas que generarán grandes turbulencias empresariales. Y será entonces cuando la estrategia que ha seguido FCA obtendrá sus mayores beneficios, pues no en vano, mientras sus rivales deberán afrontar graves problemas de tesorería y capacidad de financiación FCA se encontrará con una posición financiera muy sólida y estable gracias al esfuerzo llevado a cabo durante los últimos años por sanear sus balances.
A Doña Jimena y al Rey de Castilla, Alfonso VI, el impulso de la estrategia planteada por el Cid antes de morir les sirvió para que Valencia continuara tres años más bajo poder cristiano. ¿Podrá el efecto de la estrategia desarrollada por Marchionne hacer que FCA realmente aguante el envite en el campo de batalla de la nueva movilidad?. Sólo el tiempo lo dirá.
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