Mirai, FCX Clarity… ¿Ha llegado ya el combustible del futuro?
Los coches movidos con pila de combustible podrían ser la alternativa a otro tipo de combustibles, más comunes y que van llegando al mercado para acabar con la supremacía de los combustibles de origen fósil, eliminando la emisión de gases contaminantes y permitiendo un ahorro al repostar
Durante años, estamos viendo como llegan alternativas a los combustibles fósiles. Desde los Gases Licuados del Petróleo, que no deja de ser una variante de estos, a las alternativas híbridas o totalmente eléctricas, las marcas están experimentando la manera de evitar que, por un lado, los gases contaminantes acaben estropeando la atmósfera y por otro, que consuman tanto.
La solución a este problema todavía está lejano, pero desde hace poco ha llegado una nueva alternativa para mover los coches que parece que tiene todos los números para convertirse en el combustible ideal para todos. Los coches impulsados con la pila de combustible utilizan un elemento muy común: el hidrógeno.
Este combustible permite que los residuos de su uso se convierta en agua, lo que asegura que no hay gases contaminantes tras su utilización. Las pruebas han acreditado que este agua incluso es potable, por lo que puede ser vertida en cualquier lugar sin riesgo de contaminación. La tecnología está ahí y, de hecho, hay varias marcas que han comenzado a comercializar modelos con este tipo de combustible.
El Toyota Mirai fue el primero en ser conocido mayoritariamente y se está vendiendo en varios mercados, como el estadounidense. Representó toda una revolución para todos y aunque su precio es bastante superior a un coche de características similares y motor diésel, es bastante atractivo.
Pero pese a todas sus ventajas, hay otros motivos que hacen que este tipo de combustible no sea todo lo popular que merece. Entre ellos, la dificultad de extraer el hidrógeno. Al precio de esta sustancia se une también la falta de lugares donde repostar. Aunque los puntos de recarga para coches eléctricos van aumentando y el gas para automoción está presente también en cada vez más estaciones de servicio, todavía no hay suficientes para que el parque de coches de este tipo se popularice.
La apuesta de la industria por este sistema será decisiva. Si consiguen que el público se anime a comprarlos, la solución estará al alcance de la mano. Pero todavía queda mucho camino que recorrer y muchos escollos que superar. ¿Tardaremos mucho en verlo? Posiblemente.
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