Mercedes Test Day 2019: ponemos a prueba a las últimas novedades de la firma de la estrella
Como viene siendo habitual, Mercedes ha vuelto a organizar el Mercedes Test Day en Lalín, donde hemos podido poner a prueba a sus últimas novedades.
Una de las citas más excitantes y esperadas del año es, sin duda alguna, el Mercedes Test Day organizado por la firma de la estrella. Este evento nos permite conocer en primicia a las últimas novedades de Mercedes que han ido tomando forma a lo largo del año, con el objetivo de que apreciemos con lujo de detalles las innovaciones y mejoras a las que la marca ha sometido a su elenco de vehículos. Con esta premisa, nos hemos acercado hasta el Pazo de Bendoiro para ponernos al volante de algunos de los vehículos más deseados de Mercedes, estando algunos de estos custodiados por la denominación AMG presente en su zaga.
Nombres tan ilustres como G 63 AMG, AMG GT S o CLS 53 AMG han sido los encargados de dar vida a algunos de los protagonistas presentes en la cita con la firma germana. Sin embargo, Mercedes también ha permitido que las variantes más comedidas estén presentes en el Test Day 2019, motivo por el que también hemos podido volver a ponernos al volante del innovador y revolucionario Clase A.
Mercedes-AMG G 63: un icono que no pasa de moda
Si pensamos en un vehículo que no ha padecido ante el paso del tiempo y que ha conseguido mantener intacta su esencia es, sin duda alguna, el Mercedes Clase G. Con los años hemos sido participes de cómo la firma alemana adaptaba a uno de sus retoños más longevos a las tecnologías e innovaciones del momento, algo que ha sucedido con su última generación.
Sin embargo, aún queda un aditivo que puede permitir que está suculenta fórmula sea aún más atractiva: las siglas AMG. El Clase G también ha sucumbido ante los encantos del departamento deportivo de Mercedes, lo que ha dado lugar al Mercedes-AMG G 63, un modelo que no ha pasado desapercibido en el Test Day y al que no hemos podido resistirnos.
Una vez que hemos conseguido superar la considerable altura que ofrece el todoterreno de Mercedes, nos encontramos con un atractivo y acogedor habitáculo. En él, apreciamos las últimas tecnologías de la marca, las cuales han sido sazonadas por diferentes elementos deportivos como el volante achatado por la parte baja o la fibra de carbono que se instauran por cortesía del apellido AMG presente en esta unidad.
Su V8 biturbo nos saluda con entusiasmo y una serie de gorgoteos que nos insinúan el nivel de diversión que nos puede ofrecer el Clase G. Una vez en marcha, lo primero que nos llama la atención es su dinámica entre curva y curva, la cual ha sido mejorada considerablemente respecto a la generación previa. Esta sensación se acentúa gracias a una dirección mucho más precisa, que casa a la perfección con las prestaciones del motor.
El propulsor empuja con contundencia y los 585 CV que desarrolla el V8 se hacen notar rápidamente, provocando que el Mercedes-AMG G 63 alcance altas velocidades en muy poco tiempo pese a su envergadura. Esto también es posible gracias a los 850 Nm de par que el 4×4 germano entrega a partir de 2.500 vueltas, lo que permite un empuje constante. Pese a que esta variante está más enfocada hacia la deportividad, también debemos destacar su clara capacidad off-road, uno de los aspectos más atractivos del Clase G.
Mercedes-AMG CLS 53: cuando precisión y versatilidad se dan la mano
Uno de los platos fuertes de este Mercedes Test Day fue el CLS 53, la variante deportiva de esta tercera generación del coupé de cuatro puertas por excelencia. Es cierto que en otras entregas del CLS, Mercedes nos permitió disfrutar de variantes con el dorsal 55 y 63, pero esta nueva generación con el número 53 a sus espaldas, más comedida en una primera instancia, nos ofrece un alto nivel de prestaciones que conseguirá que nos olvidemos rápidamente de los anteriores modelos.
La firma de la estrella ha mantenido intactos los principios para concebir al CLS: elegancia y deportividad. Estos rasgos, más acentuado en la variante AMG, se encuentran arropados por una serie de elementos que nos permitirán percatarnos de que no estamos ante un vehículo normal y corriente. El imponente frontal y la cuádruple salida de escape son dos componentes imprescindibles en el Mercedes-AMG CLS 53 y los cuales adelantan un nuevo carácter.
Pero este carácter no solo se reafirma con una estética más agresiva, sino también con una mecánica acorde con los modelos AMG. En las entrañas de la versión 53 del Mercedes CLS, nos encontramos con un propulsor de seis cilindros en línea y 3.0 litros capaz de generar 457 CV de potencia y 770 Nm de par, unas cifras alcanzables gracias a la microhibridación, una innovadora tecnología protagonizada por un motor de combustión y una batería de 48 voltios.
Con esta variante, Mercedes ha querido darle al apellido AMG un segundo enfoque, en el que la versatilidad hace acto de presencia. Esto se debe a que los ingenieros germanos han conseguido ofrecer un equilibrio perfecto entre confort y deportividad, dos rasgos que dicen adiós a la brutalidad de los V8 biturbo para recibir con los brazos abiertos a un esquema mecánico más comedido pero que no renuncia a la diversión.
En una primera instancia, nos encontramos con un CLS dócil y tranquilo que busca dar prioridad a la comodidad en los modos de conducción más suaves. Sin embargo, cuando accionamos el modo Sport+ nos encontramos con una segunda cara provocada por el número 53, y la cual nos permite exprimir al máximo el lado deportivo del coupé de cuatro puertas. Al mismo tiempo, unos más discretos petardeos que en los modelos de mayor calibre hacen acto de presencia, buscando sazonar el conjunto del Mercedes-AMG CLS 53.
Es cierto que su entrega de potencia no es tan descomunal como la esperada en un modelo con el 63 sobre su zaga, pero este CLS se presenta como un coche muy adecuado para aquellos que no busquen unas sensaciones desmesuradas pero sí un punto picante y juguetón. Estos atributos se ven acentuados por el comportamiento dinámico del CLS, un modelo que, pese a su innegable condición de berlina, se siente muy cómodo entre curvas reviradas gracias a su dirección precisa y a un tarado de la suspensión firme pero no incómodo debido a los diferentes reglajes que ofrece el coupé de cuatro puertas.
Mercedes-AMG GT S: rey de reyes
Por último pero no por ello menos importante debemos destacar a la joya de la corona de la firma germana, el AMG GT S. Este superdeportivo ya lleva el tiempo suficiente en el mercado como para considerarlo un viejo amigo, pero la constante mejora y renovación a la que se somete, mantienen vivo su carisma y encanto, dos rasgos que salen a relucir aún más en esta variante S.
Estéticamente nos encontramos con un imponente frontal encargado de custodiar al V8 biturbo que da vida al Mercedes-AMG GT S, una tarea que también le ha sido encomendada a la nueva parrilla panamericana que ahora lucen los modelos más irreverentes de la firma. Una zaga muy corta y redondeada se encarga de proporcionar músculo y agresividad al conjunto, dos características presentes en todo momento en el superdeportivo.
El habitáculo, muy enfocado hacia el conductor, nos aguarda con un volante rematado en alcántara y una consola central repleta de botones con los que rápidamente nos familiarizaremos. En una primer momento podemos tener la sensación de que estamos ante un interior un poco obsoleto, pero es algo que Mercedes ya ha solventado con la renovación de la familia GT.
Una vez que hemos asimilado todos y cada uno de los mandos del AMG GT S, es hora de pulsar el botón de encendido y dar rienda suelta al inmenso corazón que se esconde en sus entrañas. Un abusivo y ensordecedor bramido emana de las salidas de escape del superdeportivo germano, anticipándonos el nivel de diversión y de disfrute que nos espera a sus mandos.
Con los neumáticos aún fríos y con el modo confort activado, el Mercedes-AMG GT S nos saluda con brutalidad y energía, dejándonos claro el segmento en el que se inscribe. Sin embargo y pese a su nivel de potencia, el vástago más radical de la firma de la estrella también presenta un lado tranquilo y apaciguado, y el cual nos permite viajar con suma parsimonia y sin miedo a sus prestaciones.
Pero qué diantres…¡estamos ante un superdeportivo de más de 500 CV! Dejamos que el gigantesco V8 se adecue a la gélida mañana con la que nos recibió Lalín y accionamos el modo Sport+ para descubrir sus mejores virtudes. Pedal a fondo y el AMG GT S nos pega con diligencia al asiento. Las curvas encargadas de concebir a las carreteras de las inmediaciones del municipio gallego desaparecen a un ritmo desenfrenado y con una precisión digna de un modelo del calibre del Mercedes-AMG GT S.
Su caja de cambios de siete relaciones y doble embrague es uno de los aspectos que más nos ha llamado la atención del superdeportivo. Esto es debido a unos cambios instantáneos y prácticamente imperceptibles, buscando resaltar aún más la condición del AMG GT S. Los 522 CV de potencia y los 670 Nm de par -entregados a tan solo 1.800 rpm- provocan sensaciones de escándalo junto a un dinamismo intachable y que tan solo se ve reducido cuando la brutalidad del V8 biturbo de 4.0 litros sale a relucir.
Deja un comentario