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Mercedes Test Day 2017: conociendo a las estrellas más exclusivas
Como en ocasiones anteriores, hemos tenido la oportunidad de acudir al Mercedes Test Day. En dicho evento hemos podido poner a prueba a varios vehículos.
En estas fechas de frío y lluvia siempre intentamos buscar algún remedio eficaz, y nosotros hemos acudido a Mercedes para solventar este problema. En esta ocasión y, como viene siendo costumbre, hemos podido acudir al Mercedes Test Day. En dicho evento, hemos tenido la oportunidad de ponernos al volante de diferentes modelos de la marca y disfrutar de una agradable tarde con ellos.
Para cumplir con dicho cometido, nos desplazamos hasta Lalín, localidad de Galicia en la que se celebra año tras año este evento de Mercedes. Tras llegar allí, nos encontramos a nuestra disposición con una fila entera de vehículos de la marca, entre los cuales destacaba alguno en el que el apellido AMG hacia acto de presencia. Un Clase E cabrio, un inmaculado Clase X recién salido de la fábrica, un GLC 43 AMG…muchas eran las opciones para probar y cada cual más tentadora.
Mercedes Clase S 63 AMG 4Matic+
Cuando nos disponíamos a seleccionar uno de los vehículos a probar, un bramido atronador resonaba a nuestras espaldas. Se trataba de un flamante Mercedes Clase S 63 AMG, una de las berlinas de lujo por excelencia. Su imponente presencia me dejó atónito y, sin pensarlo dos veces, me puse al volante del buque insignia de la firma alemana.
Lo primero que llama la atención del S 63 es el equilibrio perfecto que presenta entre deportividad y elegancia. Es cierto que algunos elementos pueden ser más llamativos que los de un clase S estándar, como las cuatro salidas de escape que gobiernan la zaga del AMG o el imponente splitter delantero encabezado por dos poderosas tomas de aire; sin embargo, donde realmente se disfruta del S 63 AMG es en el interior.
Una vez sentado en el asiento, me tomo un tiempo para asimilar todos los mandos que han pasado en un momento a estar bajo mi control. Tras hacerme un poco con el interior, ya era hora de conocer al S 63 AMG más a fondo. Con una perversa intención, decido dejar la puerta del conductor abierta mientras me dispongo a accionar el botón Engine Start y un tosco y agresivo bramido nace desde la parte trasera.
El Clase S es un vehículo muy largo, pero desde dentro no te transmite tanto esa sensación, incluso se llega a sentir un coche mucho más ligero de lo que en realidad es. Su maniobrabilidad también me resultó sorprendente y esto también es gracias al imponente morro que se ve perfectamente desde el puesto del conductor. Tras conseguir salir de las primeras curvas de las inmediaciones del Pazo de Bendoiro, aparece una ancha carretera con poco tráfico, y se convierte en el momento perfecto para experimentar con el S 63 AMG.
Los primeros metros decido hacerlos a un ritmo tranquilo disfrutando de los cómodos asientos del Clase S y de su impresionante equipo de sonido firmado por Burmester. Algo que me llama la atención es la tranquilidad que se percibe en el interior del Clase S cuando circulamos en modo Confort, pero el AMG tiene dos caras. Tras unos minutos disfrutando de un agradable paseo a bordo del S 63, decido «engranar» el modo Sport + y ver de que es capaz esta poderosa berlina.
El Mercedes Clase S proporciona un equilibrio perfecto entre deportividad y elegancia
Ese sonido ronco y bruto del principio apareció de nuevo y se insinuaba con unos leves petardazos al reducir de marcha. Poco a poco, el gorgoteo del V8 biturbo se amplifica y una sonrisa de oreja a oreja se dibuja en mi cara. Encuentro una carretera secundaria en la que no hay ningún transeúnte y decido poner a prueba al S 63 AMG. Pedal a fondo y la brutalidad del V8 de 612 CV me deja pegado al asiento. Sus 900 Nm de par los entrega a partir de las 2.750 revoluciones, algo que otorga al Clase S prestaciones propias de un superdeportivo.
Por otra parte, el lujo forma parte del conjunto del Clase S y decido dedicar un rato a analizar la parte trasera, la cual está enfocada al confort de los pasajeros. Los asientos posteriores ofrecen una comodidad superior a los que se encuentran en la parte delantera. Unas considerables pantallas gobiernan dicha zona y la regulación de los asientos traseros permite colocarlos prácticamente en cualquier posición. Sin embargo, es hora de volver a tomar el puesto del piloto y buscarle las cosquillas al S 63.
Miro el reloj y veo que apenas me quedan unos minutos con el S 63 AMG. Continúo con un ritmo alto y se presentan ante mi una serie de curvas sinuosas, perfectas para poner a prueba el nuevo sistema de tracción total denominado 4Matic +. El Clase S cuenta con un aplomo digno de admirar, los balanceos de la carrocería son ínfimos y apenas nos encontramos con insinuaciones de la zaga. Regreso al lugar de partida y me despido del S 63 AMG con un muy buen sabor de boca, pero otros modelos nos aguardaban.
En general, es un vehículo que me ha dejado una sensación muy buena. Combina a la perfección el lujo y la deportividad y sus prestaciones son sorprendentes pese a ser una gran berlina. El 0 a 100 Km/h sucede en menos de cuatro segundos, superando así a muchos deportivos más ligeros y pequeños que el clase S. Sin duda alguna, es un duro contrincante para el Audi A8 y BMW Serie 7.
Mercedes Clase A 180 gasolina
Tras despedirme del AMG decido decantarme por un vehículo que nunca antes había tenido el placer de conducir, un Clase A 180 gasolina. Cogí las llaves del compacto alemán y me dispuse a probarlo con mucha curiosidad. Nada más sentarme en el interior me percato de un elemento que me llama gratamente la atención, una palanca de cambios manual. Acciono el botón de encendido y un leve sonido emana del cuatro cilindros que se encuentra en su interior.
Salgo a la carretera y me dispongo a hacer algo similar a lo que efectué con el S 63 AMG. Primero decido acudir a sus prestaciones de confort y comodidades en general, por lo que presento una actitud tranquila a bordo del Clase A. Rápidamente, me percato de que el compacto de Mercedes cuenta con unas características que lo hacen un vehículo muy cómodo y, para un uso tanto urbano como de carretera, es una muy buena opción. Los asientos cuentan con cierto carácter deportivo gracias a una gran sujeción lateral, pero son lo suficientemente cómodos para contar con un equilibrio perfecto.
Sin embargo, hay algo que debo criticar del interior del Clase A, su sistema de infoentretenimiento. Es cierto que es algo que estará solventando en su cuarta generación, pero la unidad probada contaba con una pantalla central y un teclado numérico propio de los modelos más longevos de la marca. Aún así, esto se ve compensado con el diseño interior general y con el comportamiento que presenta el Clase A con la motorización gasolina de 122 CV.
Cuando se le pide potencia al Clase A 180 sorprende gratamente la respuesta del motor. El compacto cuenta con unos bajos muy buenos, de forma que la falta de potencia no se percibe prácticamente en ningún punto del tacómetro. Sin la necesidad de reducir ninguna marcha, el Clase A reacciona muy bien y realmente parece que otorga algo más de los 122 CV que declara la firma de la estrella. Por otra parte, el tacto de la palanca de cambios me resultó muy agradable, con unos recorridos cortos y precisos, gracias a esa dureza que presenta la transmisión.
El Clase A 180 se presenta como una de las opciones más lógicas
En curvas cuenta con un buen aplomo y sortearlas resulta una tarea sencilla gracias a una dirección muy precisa, la cual transmite a la perfección lo que sucede en la carretera y permite llevar al Clase A hacia donde nosotros queramos. La suspensión muestra un tarado firme pero sin llegar a resultar incómoda, sino que presenta una puesta a punto muy equilibrada. Considero que esta versión del Clase A es una de las más versátiles, ya que presenta unas aptitudes de un vehículo sosegado y apaciguado pero, al mismo tiempo, el 180 cuenta con un motor enérgico y divertido, que busca proporcionar una agradable estancia a bordo sean cuales sean tus gustos.
Mercedes AMG GT Roadster
Al igual que sucedió con el S 63 AMG, llegó el momento de despedirse del Clase A. Tras dedicar un tiempo a deliberar cual sería el siguiente modelo en pasar por las manos del equipo de pruebas de Highmotor, escucho un último bramido a escasos metros de la estancia. «El S 63 AMG» -pienso para mis adentros- sin embargo, me quedo atónito al ver asomarse por los resquicios de la entrada un prominente morro blanco encabezado por una gran estrella que gobierna la parrilla panamericana. El AMG GT Roadster hizo acto de presencia en el evento y, pese a que llevaba rodando toda la mañana por la zona, no había tenido la oportunidad de encontrarme con él cara a cara.
Pese a no ser un desconocido en el mundo del motor, llama la atención por doquier y todo espectador que recibe su presencia se queda asombrado. Me hacen entrega de la ya clásica llave de Mercedes y me aproximo al AMG para hacerme cargo de su manejo. Entrar en el habitáculo no es una tarea sencilla, ya que cuenta con una talonera lateral bastante alta, pero una vez que superas este obstáculo el interior resulta muy acogedor y cómodo.
El AMG GT transmite sensaciones propias de los superdeportivos de antaño
Rápidamente llama la atención la posición de conducción que te ofrece el deportivo germano, en la que te encuentras muy bajo y encajado en su interior pero, como ya dije antes -y me reitero- es un vehículo cómodo, sobre todo cuando equipa los asientos menos radicales como es el caso de la unidad protagonista. El enorme morro está presente durante la experiencia a bordo, ya que se visualiza a la perfección el cofre donde se encuentra el poderoso V8 biturbo que da vida al AMG GT.
Pulso el botón mágico y su enérgico gorgoteo aparece en escena captando la atención de todos los presentes. Sin más dilación, emprendo la marcha con sumo cuidado al no estar aún acostumbrado a las grandes dimensiones del AMG. Una vez en la carretera, me llama la atención lo «juguetón» que se muestra el AMG GT, puesto que su parte trasera se insinúa con bastante facilidad animando al conductor a darle rienda suelta a los 476 CV que florecen de su corazón biturbo. Sin embargo, también muestra un carácter dócil, el cual aparece cuando nuestra conducción es acompañada del modo Confort y no buscamos la deportividad que es capaz de ofrecer el AMG GT.
Sin lugar a dudas, el habitáculo cuenta con unas características que invitan al conductor a quedarse en él, pero la mecánica aporta un aspecto muy versátil al AMG. Tras unos minutos yendo a ritmos tranquilos, decido accionar el modo Sport +, abrir los escapes, quitar la capota y disfrutar del concierto que iba a presenciar dirigido por el V8 biturbo que le da vida a varios AMG de la firma. Su respuesta es muy contundente y rápidamente te pega al asiento con ganas, algo que consigue gracias a la entrega de par tan repentina. A tan solo 1700 vueltas disponemos de todo el potencial del AMG GT y, pese a que sigue siendo un vehículo con tendencia a desplazar la zaga, es posible tenerlo bajo control y disfrutar de un agradable paseo.
La dirección es muy precisa y transmite con mucha nitidez todo lo que pasa bajo las ruedas. Por otra parte, desconcierta un poco que el frontal del vehículo se vea en todo su esplendor desde el puesto del piloto pero, una vez que nos habituamos a ello, ayuda mucho a dirigir el coche hacia donde lo queremos llevar. Su cambio automático de siete relaciones funciona a las mil maravillas; los cambios de marcha son prácticamente instantáneos y ofrece mucho juego gracias a las levas que incorpora tras el volante, las cuales cuentan con un tacto exquisito.
El AMG GT comienza a comerse las curvas a un ritmo propio de un superdeportivo y en ningún momento muestra signos de fatiga. Echo en falta un sonido algo más alto pese a la brutalidad que presenta este -algo que se puede solventar con la compra del GTS- aunque en ningún momento desentona con la filosofía del coche. Por otra parte, también cabe destacar la versatilidad del AMG GT Roadster ya que, pese a ser un coche descapotable, sigue contando con 165 litros de maletero bastante aprovechables.
Desde luego el AMG GT busca asemejarse todo lo posible a los deportivos de antaño, trasmitiendo muchas sensaciones gracias a su concepción bruta y tosca en cuanto a deportividad, pero fina y elegante en lo que respecta a diseño y confort. Pasan los minutos y el momento de despedirme del AMG GT está cada vez más cerca pero, sin duda alguna, me voy con un muy buen sabor de boca.
Como en ocasiones anteriores, el Mercedes Test Day resultó ser un evento muy entretenido donde pudimos disfrutar de diferentes productos de la marca. La jornada se presentó agradable y emocionante, pudiendo compaginar la experiencia con una localización tranquila y muy apropiada para poner a prueba a los vehículos de la firma de la estrella.
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