Mercedes avanza en la electrificación de su gama: este año lanzará 10 modelos híbridos más

Mercedes sigue en su camino hacia la electrificación de su gama sin prisas pero sin pausas. Ahora ya hay bastantes modelos que incluyen un tren motriz híbrido, pero la marca quiere ir un poco más allá y está preparando varias sorpresas acerca de los futuros modelos híbridos a lo largo de este año. Aunque para el año 2022, que está mucho más cerca de lo que nos parece, Mercedes quiere tener toda su gama electrificada, pero a lo largo de este año quiere lanzar 10 modelos híbridos enchufables nuevos.

Por el momento, la electrificación ha llegado a los modelos de la Clase S, la Clase E y la Clase C, con motores tanto de gasolina como motores diésel, una combinación que parecía imposible hace solo unos años. Ahora, se está estudiando la posibilidad de incluir entre los modelos híbridos a coches de las clases GLC y GLE, los modelos SUV de la marca.

Nuevas variantes híbridas en Mercedes

No serán los únicos modelos de Mercedes que tendrán presencia en el catálogo de Mercedes. El Mercedes Clase A también contará con un tren híbrido, formado por un motor de cuatro cilindros de 1.3 litros y un motor eléctrico que añadirá a la potencia 90 CV. Este mismo tren motriz híbrido estará presente en el Mercedes Clase B y en el futuro Mercedes GLB, la versión SUV de esta gama.

A partir del año 2022 la oferta de vehículos electrificados de Mercedes estará dividida en tres segmentos: los híbridos ligeros, o Mild Hybrid, con electrificación de 48 voltios; los híbridos enchufables EQ Power y por último, los EQ 100% eléctricos. Eso sí, el motor de combustión todavía tiene un largo recorrido en el mercado, así que seguirá existiendo durante más tiempo del que quieren imponer desde determinadas instituciones.

Mercedes espera que en 2025 las ventas de sus vehículos híbridos y totalmente eléctricos representen un 40% de su ventas, mientras que los coches puramente eléctricos sean el 15 y el 25% de las ventas totales. Algo que todavía deja muy lejos ese 100% que los gobiernos europeos quieren para el año 2030, pero que ofrece unas buenas expectativas hacia la conversión del mercado.