Mercedes GLK 220 CDI 170 CV AMG, prueba (Diseño exterior, interior y maletero)
Seguimos con nuestra opinión y prueba sobre el Mercedes GLK 220 CDI de 170 CV con caja de cambios automática 7G-Tronic y tracción 4×2. En esta segunda parte analizamos el diseño exterior AMG, el espacio interior, acabados y los huecos y maletero de este GLK.
Seguimos con nuestro protagonista en la sección de pruebas estos días, se trata del Mercedes GLK equipado con el motor diesel 220 CDI de 170 CV y caja de cambios automática 7G-Tronic de siete relaciones y tracción 4×2.
En la primera parte hemos hablado sobre este propulsor, un viejo conocido en la gama Mercedes, y además hemos analizado el consumo o el comportamiento entre otros detalles. Ahora en la segunda parte toca hablar del diseño exterior y analizar el interior, incluyendo el maletero.
Diseño exterior renovado
Pese a que el Mercedes GLK es un coche veterano dentro de la gama de Mercedes, en 2012 ha sufrido un lavado de cara (facelift) que lo ha puesto al día en cuanto a diseño. Las tradicionales formas rectas que siempre han destacado en el GLK se suavizan en los faros donde aparecen formas más redondeadas en consonancia con la nueva imagen de la marca.
El frontal destaca por nuevos faros con tecnología LED y bixenon (que prácticamente son de serie en todas las versiones) y por la nueva parrilla de nuevo con formas más redondeadas que la anterior. El cromado delantero es fruto del Pack AMG y en la parte inferior de las defensas volvemos a encontrarnos con luces LED que hacen las veces de luces diurnas.
En la línea lateral se notan menos los cambios, destacan en nuestra unidad los cristales tintados y sobretodo las llantas de 20 pulgadas AMG. Mientras que en la zaga de nuevo aparecen nuevos faros, con tecnología LED y el Pack AMG le aporta la doble salida cuadrada del escape.
Interior espacioso y de calidad
Por dentro los cambios en el GLK con respecto a la anterior generación son menores, apenas el diseño central del salpicadero y los aireadores, pero las líneas principales en el diseño del salpicadero siguen siendo las mismas.
Destaca por acabados, plásticos blandos y agradables al tacto, además de unos ajustes muy correctos. De momento la pantalla del navegador o sistema multimedia va integrada, no como en los nuevos lanzamientos de la marca que va en una posición más exterior.
La postura de conducción es alta, como buen SUV, con unos asientos que en el caso de nuestra unidad eran deportivos (Pack AMG) y de cuero microperforado (afortunamente). Los asientos destacan por la sujeción y el reglaje es semieléctrico (un detalle mejorable, puestos ya que es un extra podían ser completamente eléctricos). Es una postura muy cómoda con sensación de espacio y una buena visibilidad.
En las plazas traseras el Mercedes GLK vuelve a destacar por amplitud, hay espacio suficiente para cabeza para una persona de estatura media (1,75 m) y espacio también suficiente para las piernas, más que una berlina media. La plaza central es más incómoda puesto que el tren central es elevado y el respaldo más duro. También dispone de salidas de aire traseras y de una guantera en el reposabrazos y varios posavasos.
Huecos y maletero
En el apartado de huecos, destaca la guantera principal que es de un tamaño correcto y las guanteras de las puertas delanteras que también tienen un buen tamaño. Mientras que las guanteras en las puertas traseras no son muy grandes. En el tren central hay dos posavasos y un hueco grande para dejar nuestras cosas, además del cofre central.
El maletero tiene portón eléctrico y una capacidad de 450 litros. Si lo comparamos con sus rivales, el Audi Q3 tiene una capacidad de 460 litros y el nuevo BMW X3 tiene un maletero de 550 litros, es decir, el GLK tiene el maletero más pequeño que sus rivales alemanes.
Eso sí, las formas del maletero son regulares y es muy utilizable, además de que queda a una buena altura para cargar, pese a que debajo esconde una rueda de emergencia (para rodar un máximo de 200 km).
En la tercera parte de la prueba analizaremos el equipamiento, los elementos de seguridad presentes de serie en un Mercedes GLK, así como los precios y nuestra opinión sobre el coche.
Fotos | R. Rodriguez
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