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Presentación y prueba Mercedes-Benz EQC 400 4Matic: el eléctrico que quiere cambiarlo todo
Nos hemos desplazado hasta Madrid para conocer en primicia al Mercedes-Benz EQC 400 4Matic, el primer 100% eléctrico de la firma con 406 CV y 760 Nm de par.
El Salón de Frankfurt 2019 nos ha mostrado un presente muy eléctrico, pero algunas marcas quisieron adelantarse. Mercedes-Benz fue capaz de vislumbrar con claridad el camino que iba a tomar el sector automovilístico, motivo por el que se aventuró a lanzar al primer miembro de la familia EQ, el EQC. Dicha denominación corresponde a un SUV 100% eléctrico encargado de marcar una nueva senda dentro de la firma de la estrella, algo que será posible gracias a una nueva estética y a una gama de motores que rehusan de la combustión.
Nosotros nos hemos desplazado hasta Madrid para conocerlo en primicia y responder a una pregunta: ¿realmente ya es el momento de este tipo de vehículos eléctricos? Gracias a una ruta por ciudad, autopista y carretera de montaña hemos podido encontrar una respuesta clara y concisa, pero antes de desvelarla vamos a realizar un análisis de sus principales novedades.
Estética futurista pero con esencia Mercedes
Vehículo eléctrico es sinónimo de modernidad, tecnología y avance, tres rasgos que no solo se perciben a través del apartado mecánico, sino también del estético. Mercedes-Benz ha sabido muy bien como jugar con esta baza y nos lo demuestran con el EQC, un vehículo que presenta rasgos comunes a sus demás hermanos de gama pero con una personalidad muy marcada.
El imponente frontal se encuentra gobernado por una parrilla negra y dos faros con forma de «C» capaces de arrojar grandes dosis de sofisticación. En el lateral unas llantas de 21 pulgadas continúan haciendo gala de esa evolución gracias a su diseño, el cual se encarga de beneficiar la aerodinámica del conjunto.
Podríamos considerar la zaga del EQC como la zona más conservadora gracias a unos pilotos unidos por una franja de luces LED. La defensa ha sido rematada en plástico negro, con el objetivo de dar constancia de ese espíritu SUV que demuestra que no es incompatible con un vehículo eléctrico.
Un habitáculo que quiere ir más allá
Bien, es cierto que Mercedes ha querido darle un toque más personal al interior del EQC, pero su habitáculo sigue presentando numerosos elementos en común con otros miembros de la firma. Esto no debemos contemplarlo como algo negativo, ya que una vez que nos hemos familiarizado con el habitáculo del SUV eléctrico, lo estaremos con el de un Clase E o un Clase S guardando las distancias.
Un volante de dimensiones muy contenidas y tacto agradable se encarga de recibirnos, pero rápidamente pasará desapercibido por culpa de las dos pantallas de 10,25 pulgadas que gobiernan el salpicadero. Estas se encargan de mostrar el sistema de infoentretenmineto y todo tipo de información relacionada con la conducción y el propio vehículo. Gracias al sistema MBUX, nos encontramos con un software rápido y fluido, aunque requiere de cierto periodo de adaptación para conocer su funcionamiento.
En general podemos encontrar buenos materiales en el habitáculo del eléctrico de Mercedes, siendo numerosas las zonas que se han recubierto con cuero. Sin embargo, también es sencillo apreciar ciertos plásticos duros y piezas con un ajuste endeble, algo que chirría en un coche que está rozando los 80.000 euros.
En lo que respecta a la habitabilidad, tenemos que tener en cuenta que el EQC comparte plataforma con el GLC, por lo que las dimensiones serán similares. Las plazas delanteras son cómodas y espaciosas, dos rasgos aplicables también a las posteriores, donde dos adultos entrarán cómodamente aunque la central sigue siendo algo angosta y cuyo uso es recomendable en trayectos cortos.
Por último hablaros del maletero, el cual declara una capacidad de 500 litros. Además de ser un espacio de carga más que considerable, nos encontramos con unas formas muy regulares que facilitan la introducción de nuestro equipaje o bolsas. A esto también ayuda la boca de carga, que en esta ocasión es completamente plana.
Dinámico y silencioso
No os voy a engañar, ya que cuando me puse a los mandos del Mercedes EQC tenía cierta intriga y desconfianza, sobre todo por su condición de eléctrico. Una de los aspectos más llamativos de este tipo de vehículos es el silencio atronador que percibimos tras pulsar el botón de encendido, y el cual tan solo se verá interrumpido por la radio, ruido aerodinámico o una conversación dentro del coche.
Pese a esto y pese a los 406 CV y 760 Nm de par que declara el EQC 400 4Matic, rápidamente nos percatamos de un buen aislamiento acústico, que ayuda a que el ruido de rodadura o aerodinámico no sea demasiado penetrante. Gracias a esto, su paso por el mundo urbano es suave y cómodo, aunque sus dimensiones más bien voluminosas puede que se conviertan en un inconveniente en determinadas circunstancias.
Pero es en la autopista donde el eléctrico alemán saca a relucir su mejor cara. Sin embargo y si no estamos aún acostumbrados a este tipo de mecánicas, será necesario cierto periodo de adaptación. Los frenos regenerativos presentan un tacto más esponjoso de lo habitual y la retención generada por el motor es mucho más notable que en un vehículo de combustión, aunque es cierto que esta se puede regular mediante las levas tras el volante y llegar a realizar lo que se denomina conducción con un solo pedal.
Se puede viajar con total despreocupación a 120 km/h por la autopista y con una comodidad pasmosa, la cual es posible, en parte, gracias al buen reglaje de la suspensión, capaz de controlar muy bien las inercias y ofrecer un confort sin precedentes. Sin embargo, la mecánica eléctrica se presenta como un arma de doble filo ya que, por un lado, nos permite aceleraciones instantáneas y muy radicales que nos pueden salvar de alguna situación peliaguda; pero al mismo tiempo su brutalidad nos puede coger desprevenidos.
En carretera revirada es un coche que sorprende por una agilidad que, en una primera instancia, no te esperas. Podremos realizar cambios de apoyo con gran precisión y las rectas se recorrerán en apenas segundos gracias a esa aceleración tan enérgica. También debemos destacar su bajo centro de gravedad, algo posible gracias a la situación de las baterías y que beneficia drásticamente su comportamiento dinámico, rasgo que se combina con una dirección comunicativa, pesada, pero poco precisa. En cuanto al equipo de frenos decir que es contundente para cualquier situación, aunque cuando realizamos una conducción más deportiva podemos experimentar cierta fatiga.
Conclusión
Las intenciones de Mercedes-Benz son muy claras: un futuro eléctrico e híbrido enchufable. El EQC ha sido el encargado de mostrar el camino que seguirá la casa que le da cobijo, pero ¿realmente es el momento de este tipo de vehículos eléctricos? Hasta la fecha hemos sido testigos de como esta mecánica se aplicaba en vehículos más bien destinados al mundo urbano, como los Smart, pero Mercedes ha querido ir más lejos.
El EQC declara una autonomía total de 416 kilómetros según el ciclo WLTP, y la marca asegura que el año que viene se presentará una red de cargadores inteligentes. Serán 400 puntos de carga con seis tomas cada uno -capaces de cargar la batería de un 10% a un 80% en 40 minutos- repartidos por toda Europa con el objetivo de permitir a los clientes de un modelo EQ recorrer largas distancias, un cometido que puede cumplir a la perfección el EQC, pero ¿qué pasa ahora?
Mercedes-Benz ha establecido un precio de partida para el EQC de 77.425 euros, una cifra que se antoja algo elevada para una clase de vehículo que aún tiene ciertas limitaciones. Sin embargo, una vez extendidos los puntos de carga y establecida una mayor autonomía, el SUV eléctrico de la firma será una gran opción para aquellos que quieran realizar largas travesías con una comodidad pasmosa y con un precio de repostaje significativamente más bajo.
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