Mercedes-Benz también planea emplear baterías de estado sólido en sus futuros modelos eléctricos
Si las promesas finalmente se cumplen, las baterías de estado sólido acabarán de un plumazo con todas las pegas de las baterías que se emplean actualmente en los vehículos eléctricos.
Que el futuro de la movilidad eléctrica pasa por las baterías de estado sólido es algo que ya nadie pone en duda. Numerosos fabricantes están ya trabajando en el desarrollo de esta tecnología, en muchos casos apoyándose en compañías especializadas. Sin ir más lejos, hace tan solo unos pocos días nos hicimos eco aquí en HighMotor de una noticia que apuntaba a la posibilidad de que MG Motor sea el primer fabricante en poner en el mercado un vehículo con este tipo de baterías. Algo que podría ocurrir en cuestión de unos pocos meses, con la llegada del nuevo año.
Mercedes-Benz es otro de esos fabricantes que también tienen grandes esperanzas en poder utilizar pronto esta nueva tecnología de baterías en sus modelos eléctricos. El fabricante alemán firmó un acuerdo de desarrollo conjunto con la startup Factorial Energy, ubicada en Massachusetts, en 2021. Y tan solo un año después lideró una ronda de financiación a favor de esta misma compañía, que le llevó a invertir 200 millones de dólares.
Una apuesta de futuro que parece estar comenzando a dar sus frutos. Recientemente, Factorial Energy ha presentado en sociedad su batería de estado sólido, bautizada como Solstice, que promete ofrecer una densidad de energía de 450 watios hora por kilogramo. Lo que de ser cierto superaría de forma considerable la densidad energética -siempre por debajo de los 300 Wh/kg- que ofrecen las celdas con química de níquel-cobalto-manganeso que se emplean actualmente en muchos vehículos eléctricos.
¿Qué supondría el empleo de esta tecnología?
Integrada en un vehículo eléctrico, la batería Solstice de Factorial Energy permitiría ofrecer una autonomía hasta un 80 por ciento superior, por lo que no sería difícil que rondase los mil kilómetros con una sola carga. Una importante ventaja a la que se sumaría también su menor peso y, en consecuencia, la mejora de la eficiencia del vehículo.
Las baterías de estado sólido emplean un electrolito sólido en lugar del líquido o gel tradicional, lo que no solo aumenta la densidad energética y reduce la inflamabilidad, siendo mucho más seguras, sino que también permite cargas más rápidas. Estamos hablando, por tanto, de un vehículo con una autonomía que podría acercarse a los mil kilómetros, mucho más eficiente, con un riesgo casi nulo de incendio por un problema con la batería y que además necesita mucho menos tiempo para completar una recarga. Un sueño vaya, que esperemos que en no mucho tiempo se haga realidad.
Según Factorial Energy, el electrolito que han desarrollado sus ingenieros está basado en sulfuro, lo que ofrece un nivel de seguridad mucho más alto, siendo además capaz de operar a temperaturas de hasta 90 grados centrígrados. De este modo, se reducen las necesidades de refrigeración de la batería y, en consecuencia, los costes de producción del vehículo. Además, su proceso de recubrimiento seco permite minimizar el impacto ambiental durante el proceso de producción.
Fruto del nivel de colaboración alcanzado por ambas compañías, Mercedes-Benz ya está al parecer trabajando en la integración de estas revolucionarias baterías de estado sólido en sus futuros vehículos eléctricos. Lo que, sin lugar a dudas, daría a la firma alemana una ventaja competitiva considerable respecto a otros fabricantes. Por el momento, se desconoce sin embargo cuándo podría llegar al mercado el primer vehículo de Mercedes-Benz con batería de estado sólido.
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