Mazda CX-3; el SUV más pequeño de la marca nipona

Si hace apenas un par de días conocíamos la noticia del lanzamiento en España del CX-9, ahora Mazda nos sorprende con el CX-3.

En esta ocasión hablamos del SUV más pequeño de la gama del fabricante nipón, que llegará a los concesionarios en la segunda mitad de 2015.

El CX-3 llega para luchar de tú a tú con modelos que se han convertido en auténticos superventas. Hablamos de los Nissan Juke, Peugeot 2008 o Mini Countryman. Además, dentro de pocos meses la lucha se ampliará con la llegada de nuevos contendientes como el Fiat 500X, que estos días se presenta internacionalmente en Italia.

No podemos dejar de admitir que el diseño exterior del CX-3 sigue las líneas que ya marcó en su momento el CX-5. Negar la evidencia sería de necios, aunque este hecho no implica malas noticicas. De hecho, el CX-5 es uno de los SUV medios más atractivos gracias a un diseño sin estridencias pero con un puntito dinámico. Para el CX-3 los señores de Mazda han decidido volver a aplicar la receta, dando como resultado el que, a mi juicio personal, es uno de los SUV pequeños más atrayentes del momento.

El frontal del CX-3 destaca por su deportividad, tomando rasgos directamente del MX-5, el pequeño roadster que hace apenas 3 meses se ha renovado por completo. Los faros, con un diseño muy afilado, destacan la «mirada» del vehículo, y combinados con dos pequeñas unidades verticales en la parte inferior del paragolpes componen una imagen fuerte y atractiva. Por supuesto, la parte central del morro queda presidida por la parrilla, de gran tamaño y formas angulares, plenamente reconocible y que se ha convertido en imagen de familia.

La línea lateral es, tal vez, la parte que más novedades incorpora. Se podría definir como una mezcla entre el Mazda 2 y el MX-5, puesto que si bien la caída del techo y la superficie acristalada nos puede recordar rápidamente al pequeño urbano japonés, los pliegues de la carrocería, así como una cintura muy alta y curva, nos recuerda fielmente al diseño lateral del Miata. La parte trasera aloja unos grupos ópticos de tamaño reducido muy estilosos, así como una luneta trasera que, si bien ofrece una imagen muy bonita, no tiene pinta de ofrecer la mejor visibilidad.

En el interior, el ambiente es muy similar al del Mazda 2. El salpicadero, presidido por una pantalla a color fija (ni abatible, ni escamoteable, ni ajustable), destaca por la ausencia de aristas, todo en el interior del Mazda CX-3 son líneas curvas y fluidas. La instrumentación, tomada directamente del Mazda 3, ofrece una imagen de lo más atractivo gracias a sus acabados metálicos. Es posible incorporar un Head-Up Display que nos ofrece información complementaria sin necesidad de desviar la vista de la carretera.

Los acabados, a simple vista, parecen buenos, así como los materiales empleados, si bien hasta que no podamos analizarlo en vivo no podremos reafirmar esta sensación. Sí que apreciamos que Mazda ha hecho un gran esfuerzo de un tiempo a esta parte para mejorar la imagen de sus interiores, algo que se plasma en este habitáculo en el que podemos encontrar acabados en cuero tanto en salpicadero como en puertas y asientos, así como molduras lacadas o metálicas que realzan la sensación de calidad.

En cuanto a motorizaciones, el CX-3 estará disponible con tres propulsores, dos gasolina y uno diésel. En cuanto a los gasolina, son los ya conocidos 2.0 SKYACTIV-G, disponible en dos niveles de potencia (120 y 165 CV), mientras que el diésel será el nuevo 1.5 SKYACTIV-D, que en el Mazda 2 ofrece 105 CV. Será posible acoplar todos los propulsores a transmisiones manuales o automáticas de 6 velocidades, estando disponible, en opción, un sistema de tracción total conectable.

Fuente | Mazda