Mazda 5 2.0 DISI i-Stop de 150 CV, prueba (Parte I)
Dejamos a un lado los urbanos y nos vamos a la prueba de un monovolumen familiar de siete plazas, se trata del Mazda 5, el modelo japonés hace poco que ha sido renovado contando ahora con un diseño exterior más elaborado, y nuevos motores en la gama entre los que destacan el 1.6 CRTD de […]
Dejamos a un lado los urbanos y nos vamos a la prueba de un monovolumen familiar de siete plazas, se trata del Mazda 5, el modelo japonés hace poco que ha sido renovado contando ahora con un diseño exterior más elaborado, y nuevos motores en la gama entre los que destacan el 1.6 CRTD de 115 CV.
Nosotros hemos probado el Mazda 5 con el motor gasolina más potente, se trata del dos litros DISI de 150 CV, un motor que dispone del sistema de arranque/parada, con el que podemos ahorrar combustible sobretodo en ciudad. Hace poco tuvimos una toma de contacto con la versión diesel de 115 CV, un bloque que nos pareció una opción racional y muy válida para mover a este monovolumen.
Centrándonos en este motor gasolina, es un viejo conocido de la marca y ya lo hemos probado en otros modelos, como el Mazda 3. Destaca sobretodo por su suave funcionamiento, aunque tiene como punto débil los consumos.
Motor y prestaciones
Lo más destacable de este propulsor es su respuesta progresiva y su suave funcionamiento, desde las 3.000 r.p.m. empieza a empujar de forma progresiva, pero no será hasta las 3.500-4.000 r.p.m. cuando notamos la fuerza del motor, el cual necesitaremos llevar alto de vueltas para poder exprimir todos sus caballos.
A cambio tenemos un comportamiento tranquilo y suave, algo que pocos motores turbo actuales ofrecen, que combinado con la precisa caja de cambios de seis relaciones, hacen que la conducción de este monovolumen sea muy tranquila. Precisamente el cambio de los Mazda es algo muy característico, puesto que la precisión es ya una seña de indentidad de la marca.
Las prestaciones del Mazda 5 con este motor de 150 CV, son correctas, pero no debemos olvidar que estamos al volante de un monovolumen. Acelera de 0 a 100 km/h en 11 segundos y tiene una velocidad máxima de 194 km/h, es decir, unas cifras bastante discretas pero aceptables en un monovolumen.
Comportamiento
Para tratarse de un monovolumen con siete plazas, destaca por el ágil comportamiento, puesto que las suspensiones tienen un tarado más bien firme que mantienen en el camino correcto al Mazda 5, siendo un modelo que no acusa demasiado los balanceos típicos de este tipo de vehículos. Al mismo tiempo es muy cómodo para viajar, sobretodo por el espacio interior, la buena insonorización y la baja rumorosidad del motor.
En ciudad es donde más aprovecharemos el sistema Start&Stop, el cual funciona muy bien, arrancando con suavidad y rapidez el coche. En carretera es donde disfrutamos al máximo de este monovolumen, donde como ya hemos visto se comporta de manera más ágil que lo que nos podemos encontrar dentro del segmento, pero deberemos jugar con el cambio a la hora de realizar adelantamientos puesto que hasta rondar las 4.000 vueltas no notaremos sus 150 CV.
La dirección es típicamente de monovolumen, podría ser algo más directa para completar el conjunto puesto que no nos transmite suficiente información sobre lo que pasa en las ruedas. Además el equipo de frenos redondea el conjunto con una eficacia correcta.
Consumo
Pese a contar con el sistema de Start&Stop, el apartado de consumos no es una baza de este motor gasolina, puesto que mantiene unas cifras algo elevadas que se traducen en un consumo medio en carretera de 8,5 litros a los 100 km. Mientras que en ciudad podemos rondar tranquilamente los 11 litros a los 100 km.
No debemos olvidar que estamos ante un motor de dos litros de inyección directa y que desarrolla una potencia de 150 CV, además de tratarse de un monovolumen, por lo tanto es normal este rango de consumos.
En la segunda parte de la prueba nos centraremos en el diseño exterior, que se ha renovado, el espacio interior y la calidad de este Mazda 5.
Fotos | Equipo de pruebas
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