Mazda Compactos Deportivos Pruebas
Mazda 3 MPS 260CV, prueba (parte II)
Mazda Performance Series (MPS) que de forma abreviada da nombre a los modelos más deportivos de la marca, se puede igualar al OPC de Opel, a la serie M de BMW o bien a las evoluciones más deportivas AMG de los modelos de Mercedes… y así podríamos seguir con Seat, Volkswagen, Audi y muchas más […]
Mazda Performance Series (MPS) que de forma abreviada da nombre a los modelos más deportivos de la marca, se puede igualar al OPC de Opel, a la serie M de BMW o bien a las evoluciones más deportivas AMG de los modelos de Mercedes… y así podríamos seguir con Seat, Volkswagen, Audi y muchas más marcas.
Sabiendo esto de base, podremos adivinar que el Mazda 3 MPS es una versión deportiva y exclusiva que viene con lo puesto sin poder modificar nada en interior o exterior, salvo el color y la pintura metalizada. En este aspecto es muy limitado, pero como veremos no hay nada que podamos echar en falta.
Diseño exterior
Poco puede ocultar la piel de este deportivo nada más observarlo. Encontrarlo en una carretera es difícil, pero no imposible… su agresiva parrilla delantera de color negro ya nos da una idea de lo que es y verlo por el espejo retrovisor impone. La entrada de aire del capó nos saca de dudas. En esta situación, sólo nos quedará admirarlo y envidiar al conductor disfrutar del gran motor que monta.
Ya sólo nos queda esperar que nos adelante por la izquierda, disfrutar de su conseguido lateral con las llantas de 18 pulgadas de serie, montando unas ruedas en medidas 225/40 realzados por los pasos de rueda que sobresalen de la carrocería. Los faldones laterales dan sensación de ir más pegado al suelo, similar a un coche de altas prestaciones. El efecto de fibra de carbono en el guarnecido y los intermitentes en los retrovisores no pasan desapercibidos.
La parte trasera es lo que mejor se puede admirar. Se ve cómo se va alejando, pero su gran alerón entra por nuestros ojos y se queda almacenado en el cerebro. Es algo espectacular, igual que los dos tubos de escape laterales, uno a cada lado, como los auténticos deportivos. De noche podremos percatarnos de sus pilotos tipo LED en la parte trasera y de los faros de xenón en la delantera. Nos ha dado tiempo a disfrutarlo por todos los lados y ahora la memoria es la que nos permitirá disfrutar de cada momento vivido. A los que lo hemos probado, también.
Los cambios con respecto al modelo anterior son más que notables. Sus medidas también varían, pero ligeramente. Mide 4,50 metros de largo, 1,77 de ancho y apenas 1,46 de alto con un peso de 1.455 kilos. Con respecto a otra versión menos deportiva, pesa 10 kilos menos y es relativamente más largo y ancho, reduciendo en 10 centímetros su altura.
La estructura reforzada de la carrocería incorpora el sistema avanzado de absorción y distribución de impactos de Mazda (MAIDAS), que permite dispersar eficientemente la energía de impacto. Estos refuerzos se han realizado principalmente en las zonas delanteras y traseras, además de ligeramente en la parte inferior de los asientos delanteros.
Diseño interior
Al abrir la puerta, la sensación de deportividad está presente. Los asientos tapizados en piel y tela que recogen en situaciones límite, son mayoritariamente negros aunque el color rojo se hace notar en ciertas partes. Estos colores son predominantes en todo el habitáculo, estando presentes en el volante, alfombrillas, reposacabezas, reposabrazos central y otros elementos en puertas y salpicadero, mezclándose en este último con colores plata. La plata también es protagonista en los pedales, ofreciendo un aire más deportivo.
Al mirar al cuadro de instrumentos lo que más salta a la vista es el logotipo MPS en la esfera de las revoluciones. La esfera de la velocidad es casi completa, a diferencia de otros Mazda que se queda a mitad de recorrido. Al presionar el botón de arranque y acelerar, el sonido que emana de los tubos de escape es bonito. Al subir de vueltas, un indicador de la presión del turbo hace lo propio de manera digital, en forma de gráfico de barras.
El conductor no tiene queja, la postura es más bien baja, sintiendo el suelo pero cómoda y amplia en todo momento. Las plazas traseras también lo son, en la medida que se trata de un 5 puertas, aunque 3 adultos irán algo apretados. Si son altos, lo pasarán mal con las piernas. El espacio es el normal en este tipo de coches.
No hay lugar a dudas que Mazda ha empleado materiales de calidad en el acabado. El tacto del volante de cuero es agradecido, la palanca de cambios también. Quizá se echa en falta algún dote más deportivo en la consola central, con las salidas de aire centrales (las laterales son esféricas con borde cromado) algo sosas. La posición del freno de mano, más cercano al asiento del pasajero que al del conductor como estamos acostumbrados, se hace rara, aunque evita molestias durante la conducción.
Otro de los puntos débiles es la visibilidad. El pilar donde se sujeta el parabrisas no permite una visibilidad completa, igual que el espacio entre las puertas delanteras y traseras le resta a la hora de hacer cambios de carril. Aunque ya lo comentaremos en el apartado de seguridad, la inclusión de la asistencia de cambio de carril en los retrovisores (RVM) mejora notablemente este defecto.
El maletero es de 340 litros y permite abatir los asientos traseros ampliándose hasta los 1.360 litros. Cuenta con detalles como enganches para bolsas o cualquier otro objeto con asas a ambos lados del mismo. Las guanteras en el habitáculo son abundantes, existiendo espacio en el resposabrazos central, delante del asiento del pasajero y tras él en forma de bolisllo. En las puertas también hay opción, igual que en la consola central. Por espacio no será…
El equipamiento que incorpora es muy abundante, muy superior a sus rivales, con un precio más que ajustado pero mañana lo veremos con más detalle.
Fotos | Javi Vicente
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