Mazda 3 2.0 DISI 151 CV i-Stop, prueba (Parte I)
Tal y como dice el título hemos probado el compacto japonés equipado con el motor gasolina de dos litros y 151 CV asociado a un cambio manual de seis marchas, un motor que ha sufrido algunos cambios para reducir las emisiones y consumos, incorporando ahora el sistema de arranque/parada con el que poder ahorrar combustible […]
Tal y como dice el título hemos probado el compacto japonés equipado con el motor gasolina de dos litros y 151 CV asociado a un cambio manual de seis marchas, un motor que ha sufrido algunos cambios para reducir las emisiones y consumos, incorporando ahora el sistema de arranque/parada con el que poder ahorrar combustible en el caótico tráfico urbano.
Si eres de los que te interesa el Mazda 3 pero crees que este motor no es racional o que sería la última opción a la hora de comprar un Mazda 3, te recomiendo que sigas leyendo la prueba porque este motor tiene mucho que ofrecer y en un coche las cifras de consumo no lo son todo. Y digo esto porque cuando me dispongo a probar este coche y veo el motor lo primero que me pasó por la cabeza es que no es un motor que fuera a destacar ni por potencia ni por consumo, pero al final me ha acabó sorprendiendo sobretodo por comportamiento.
Pero que en Europa acabe de llegar este nuevo sistema de arranque/parada no significa que Mazda no tenga experiencia en este tipo de sistemas, porque desde 2007 en Japón ya equipa el sistema Start&Stop unido a este motor gasolina. Y como decía al principio con los cambios que cuenta este motor, los japoneses han conseguido reducir un 14% el consumo de combustible.
Motor y prestaciones
Nada más recoger el Mazda 3 lo veo aparcado en el exterior en este color gris que lo hace pasar bastante desapercibido, nada más subirme y arrancarlo, gracias al botón, noto que es un propulsor bastante silencioso. A los pocos minutos de empezar a circular con él me voy percatando de lo que posteriormente será una máxima: su suave comportamiento.
Yo personalmente soy más amigo de los motores diesel, porque hago muchos kilómetros con el coche y reconozco que me gusta sentir la patada de un buen propulsor diesel, pero en este caso el motor 2.0 DISI de 151 CV me sorprendió por la suavidad de funcionamiento. Puesto que en ningún momento se muestra brusco y entrega la potencia de manera muy líneal. Desde las 2.000 r.p.m. el coche ya empieza a empujar, pero cuando sobrepasamos las 3.000 r.p.m. el motor se mueve con mayor soltura.
Precisamente es esta entrega de potencia la que parece que el coche tiene menos caballos de los prometidos, pero eso cambia en cuando lo subimos de vueltas y más concretamente cerca de las 4.000 rpm notamos como el motor cambia su suavidad por un empuje más firme y decidido, sacando a relucir su potencial, algo lógico si tenemos en cuenta que su par motor de 191 Nm lo entrega sobre las 4.500 r.p.m.
El funcionamiento del i-Stop no interfiere en ningún momento en la conducción, puesto que siempre que se dan los requisitos para que actúe el sistema (nivel de batería, climatizador encendido o no…) cuando llegamos a un semáforo ponemos punto puerto soltamos el embrague y automáticamente el coche se apaga.
Tan pronto como se pone verde pisamos de nuevo el embrague y el coche se enciende de manera rápida sin problemas, me ha gustado el sistema porque no condiciona la conducción y además podemos desconectarlo. O incluso, si en un semáforo no queremos que actúe basta con continuar con el embrague pisado para que no se apague. Sin duda es toda una ayuda para controlar el consumo urbano y para conseguir rebajar las cifras de consumo de este Mazda 3.
No me olvido de su caja de cambios de seis velocidades que encaja perfectamente con el motor, que tal y como pasa en el resto de los modelos Mazda, destaca por la precisión. Si practicamos una conducción tranquila no vamos a necesitar jugar demasiado con la caja de cambios, porque las seis marchas están escalonadas de manera bastante correcta.
Comportamiento
Cuando llegó el Mazda 3 se convirtió en todo un referente en su segmento en el apartado de comportamiento dinámico, puesto que su chasis y un esquema de suspensiones bastante bien ajustado hacían de él un modelo perfecto tanto para viajar como para meterlo por una carretera de curvas sinuosas y constantes cambios de apoyo.
Hoy en día tiene rivales que se han ido actualizando y la competencia en el mercado es mayor, como es el caso del Opel Astra que pudimos probar, y que destacaba por el ágil comportamiento, pero aún así el Mazda 3 sigue manteniendo el tipo en estos trazados y sigue conservando esa esa diversión al volante y deportividad de la que hace gala.
La dirección también ayuda con un tacto preciso, directo y además cuenta con un volante más bien pequeño que siempre contribuye a tener todo bajo control. Por último el equipo de frenos cumplen de forma correcta su función.
Consumo
Este no es el apartado donde destaque el Mazda 3 equipado con este motor gasolina de dos litros y 151 CV, puesto que se han hecho importantes mejoras y ha reducido un 14% en consumo en ciclo mixto, pero es un motor con bastante cilindrada y con esta potencia es imposible hacer milagros. En carretera el consumo rondó los 8 litros de medio, y es complicado bajarlo de los 7 litros a los 100 km. Mientras que en ciudad el consumo se dispara y supera con facilidad los 11 litros, en nuestro caso y tras recorrer unos 20 km por ciudad el consumo medio fue de 12,3 litros a los 100 km.
En la siguiente parte de la prueba nos centraremos en el diseño exterior y en su interior, donde veremos los pequeños retoques estéticos que ha sufrido el modelo y también veremos su interior, puesto de conducción y maletero.
Fotos | David Taboada
Deja un comentario