Marchionne podría anunciar en junio que FCA dejará de producir vehículos diesel en 2022

Todo apunta a que los elevados costes a asumir para cumplir con las normativas de emisiones junto con la creciente eliminación gradual de la demanda de este tipo de vehículos en el mercado podrían provocar que el próximo mes de junio cuando el CEO del Grupo FCA (Fiat Chrysler Automotive) muestre sus planes de futuro para la corporación italoamericana podría anunciar el cese de la producción de vehículos diesel para pasajeros en las distintas marcas del grupo a partir de 2022.

Según informa el Financial Times, personas vinculadas a la estrategia del grupo italoamericano apuntaron la intención de Marchionne de introducir esa medida en el plan de futuro de FCA para los próximos cuatro años que se presentará el próximo mes de abril. FCA se une así a la cada vez mayor lista de fabricantes que ya han anunciado fechas de caducidad para su producción de vehículos de pasajeros dotados de motorizaciones diesel.

Por primera vez en los últimos diez años, el pasado mes de enero las ventas de vehículos de pasajeros con motores gasolina superaron a las de vehículos diesel, invirtiendo por completo la tendencia del mercado hacia los modelos de gasóleo que se produjo desde el lanzamiento de los diesel de inyección directa y turboalimentados a finales del pasado siglo. Años durante los cuales tanto los gobiernos de las naciones europeas como los fabricantes de automóviles se volcaron en favorecer la venta de este tipo de motorizaciones en el mercado con la vista puesta en lograr la entonces necesaria reducción de emisiones CO₂, lo mismo que ahora persiguen reducir las de partículas.

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Pero el escándalo provocado por el fraude en la medición de emisiones provocado por el grupo Volkswagen en 2015, al introducir en 11 millones de unidades diesel un software diseñado específicamente para engañar a los reguladores sobre los niveles de emisiones de los vehículos han provocado una corriente negativa tanto en los propios reguladores como sobre todo entre la población cuyo resultado aparte de la importante caída de ventas de vehículos diesel (un 8 por ciento menos de ventas en 2017 hasta dejar su participación en el mercado en un 43,8 por ciento según Jato Dynamics), también ha provocado el establecimiento de importantes restricciones a la libre circulación de los diesel así como a un recorte de incentivos tanto para su compra como para su uso.

En semejante tesitura la rentabilidad de las inversiones necesarias tanto para mejorar los motores diesel como los automóviles que los portan cada vez es menor por no decir que se ve directamente comprometida. Según distintas estimaciones industriales, el costo de acometer nuevos desarrollos en los diesel para que cumplan con las cada vez más exigentes normas europeas (algunas de cuyas grandes ciudades ya han anunciado que prohibirían su uso a partir de 2030) y americanas se ha incrementado ya en un 20 por ciento respecto del pasado, y es una cantidad que puede ir en aumento a medida que sigan descendiendo las ventas de estos modelos.

Esto hará que, previsiblemente en la estrategia de futuro de FCA cojan fuerza otro tipo de tecnologías, muy especialmente las relacionadas con los coches eléctricos, cuyos costos de producción se han reducido considerablemente y lo seguirán haciendo aún más dado que todos los fabricantes precisan introducirlos obligatoriamente en sus gamas si es que quieren cumplir con las estrictas normativas medioambientales impuestas por la UE.

El colapso en la demanda de los diesel y los crecientes costes de producción que supone seguir fabricando este tipo de motores después del escándalo de las emisiones harán que el Grupo FCA deje de producir vehículos de pasajeros con motores diesel a partir de 2022.