La FIA se opone, de momento, a que los monoplazas de Fórmula 1 estén impulsados por energía completamente eléctrica.
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Llega el parabrisas a los monoplaza de alta competición: tecnología punta para la seguridad de los pilotos
Aunque los monoplazas de competición no tienen parabrisas y en la Fórmula 1 se equipa el sistema Halo, los coches de Indycar ya disponen de este elemento
Los coches monoplaza de alta competición, como la Fórmula 1 o la Indycar no tienen parabrisas. Los monoplazas de la categoría reina de la automoción no los usan porque en teoría, no los necesitan. La protección del piloto pasa por el casco y las distintas protecciones personales junto a otros elementos en la carrocería del vehículo. Pero ahora se ha dado un paso más para mejorar esa protección y en la primera carrera de esta nueva normalidad, celebrada en Texas, se ha presentado el primer monoplaza con parabrisas.
El parabrisas se utiliza como punto de resistencia estructural para el techo y sirve como apoyo para el despliegue del airbag del acompañante, por lo que en un monoplaza no es necesario, a priori. Sin embargo, su ausencia ha provocado serios daños a pilotos anteriormente, si golpea algún elemento contra el casco. Así que desde esta categoría se ha iniciado la instalación de este elemento en sus monoplazas.
Tecnología punta para mayor seguridad
La tecnología aeroespacial continúa aportando soluciones para la automoción, en este caso, para competición. En este caso se ha utilizado esta tecnología para crear un parabrisas fabricado con policarbonato laminado balístico. Este es obra de PPG, una empresa especializada en la fabricación de ventanillas para naves espaciales, así que saben con qué material trabajar y qué función ha de cumplir.
Este material no se puede ver en los coches de serie ya que es menos translúcido que el vidrio tradicional y se estropea con más facilidad. En el caso de los monoplaza de competición, están cubiertos con ocho láminas pegadas que se pueden ir retirando en boxes a medida que vayan perdiendo transparencia y se estropeen.
Además, cuenta con un sistema calefactor para evitar empañamientos y una lámina interior que impide el deslumbramiento. Su peso total es de 7,8 kilos y protege al piloto frente a objetos de hasta 1 kg que golpee el parabrisas a una velocidad de 350 k,. La visibilidad queda asegurada y los pilotos que han podido conducir estos coches dicen que se han sentido más protegidos.
El marco del parabrisas se ha realizado con cinco piezas de titanio impresas en 3D y que han sido soldadas y mecanizadas. Su peso es de 12,6 kg y es capaz de resistir una carga de 15.400 kg. El sistema recibe el nombre de Aeroscreen y se espera que llegue a otras categorías.
Desde hace un tiempo que los monoplazas de Fórmula 1 reciben otro sistema de protección que se llama Halo. Este puede proteger al piloto frente a impactos con otros coches o a piezas grandes, pero resulta ineficaz para objetos más pequeños, algo que sí puede contrarrestrar el Aeroscreen. Así que el futuro de Halo podría venir supeditado al éxito del nuevo parabrisas o incluso, a una nueva tecnología que recoja las mejores características de ambos sistemas.
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