El verano es una estación de temperaturas extremas, por lo que es importante saber cómo bajar la temperatura del coche en caso de que lo aparquemos al sol. El verano es una gran estación para todos: buen tiempo, sol a raudales, piscina, playa… Sin embargo, todo lo que disfrutamos nosotros lo sufre nuestro coche, y […]
Llega otra ola de calor: así afecta a tu coche
Con la llegada de esta nueva ola de calor hay que protegerse bien, pero también hay que recordar que el coche puede sufrir también los efectos del calor.
Esta semana vamos a sufrir otra ola de calor, la segunda de este verano. Esto quiere decir que las temperaturas en varios lugares de nuestro país van a alcanzar, e incluso superar, los 40ºC. Una cifra muy elevada que puede causar más de un problema de salud. Te tenemos que recordar que extremes la precaución, que te protegas del sol y que te hidrates bien.
Pero también queremos recordarte que el problema de las altas temperaturas no solo se limitan a los efectos sobre la salud de las personas, sino también al buen funcionamiento de nuestro coche. Y no solo nos referimos a la temperatura que puede registrarse en el interior del mismo, que ya sabemos que puede ser muy elevada. El motor, los frenos y los neumáticos también sufren con el calor.
Los efectos del calor en el coche
Como hemos dicho, el calor no solo afecta al habitáculo. En esa zona, el aumento de calor es importante durante el verano, por el efecto del sol y de la temperatura general. Elementos como la tapicería, los plásticos del salpicadero y otras partes del interior sufren mucho por el calor y pueden llegar a estropearse.
Ya hemos hablado en otros artículos cómo evitar esto, pero hay que pensar en otros puntos del coche, que también sufren los efectos del calor. E incluso puede ser bastante más grave. El coche está preparado para funcionar con temperaturas extremas, tanto muy elevadas como muy bajas, gracias a las pruebas a las que se somete antes de pasar a producción.
Pero, aún así, al coche no le sienta bien estar con temperaturas muy altas. El aire caliente tiene menos oxígeno que el aire más frío, así que la combustión no es igual a 20ºC que a 35ºC. Esto provoca que el consumo sea mayor e incluso que si se produce esta mala combustión durante mucho tiempo, puede llegar a afectar al motor, los inyectores o cualquier otro elemento que participa en la explosión del combustible.
Además, a mayor temperatura ambiental, el aceite puede evaporarse a mayor velocidad y provocar que el depósito se vacíe con más frecuencia. No hay que olvidar llevar aceite de repuesto en el maletero, sobre todo si se trata de un coche con más de ocho años de antigüedad, ya que el riesgo de esto es mayor.
Los frenos también sufren por las altas temperaturas. Estas piezas funcionan a mucha temperatura, pero en verano se calientan más de lo habitual y pueden llevar a fallos de funcionamiento. Ante cualquier problema en el frenado, se ha de acudir al taller para que revisen los discos de freno y el líquido de frenos.
Los neumáticos son otro de los elementos que hay que controlar. Si están en perfecto estado, es más difícil que acusen el aumento de temperatura, pero si están un poco desgastados, pueden sufrir bastante. Las altas temperaturas que marcan el asfalto pueden llegar a estropear el neumático y hacer que el riesgo de reventón o desgaste sea mucho mayo.
Otros elementos como el alternador, que realiza un sobreesfuerzo por el uso del aire acondicionado, también pueden fallar, así que es aconsejable que también se revise. Hay que repasar también el líquido refrigerante, para que el motor no se caliente más de lo normal y no se pierda potencia en los momentos de más calor.
Es conveniente que antes del verano se realice una revisión, para evitar que el calor provoque averías inesperadas y que pueda ofrecer problemas durante las vacaciones. Para evitar los efectos del calor, es conveniente parar cada dos horas de vaije, dejando reposar al vehículo y sobre todo, estacionándolo a la sombra siempre que sea posible. Esto no solo sentará bien a los pasajeros, sino también al vehículo.
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