A prueba Kia XCeed 1.4 T-GDi 140 CV: el crossover que no teme a los europeos
En esta ocasión nos hemos puesto a los mandos del Kia XCeed 1.4 T-GDi, versión que esconde a un motor de cuatro cilindros y 140 CV asociado una caja DCT.
Durante años, la hegemonía de las marcas europeas ha estado complicándole el juego a los competidores procedentes de Asia, quienes han intentado arrebatarles el trono. Sin embargo, fue hace no mucho tiempo cuando Kia despertó de un letargo que podría haber resultado fatal y cuya contundente respuesta ha logrado reprimir a los titanes de este lado del charco. Una de sus mayores ofensivas ha sido la nueva familia Ceed, de la cual hemos podido catar a su punta en blanco, el XCeed.
Y es que durante una semana hemos estado conviviendo con el Kia Xceed en su variante 1.4 T-GDi con el objetivo de responder a una pregunta: ¿realmente la casa coreana está lista para plantarle cara a sus poderosos rivales europeos? Sin lugar a dudas, la fórmula de Kia convence a priori gracias a un diseño diferente, un abrumador arsenal tecnológico y una puesta a punto muy interesante pero, ¿habrá sido suficiente? Vamos a descubrirlo.
Elegancia, sutileza y músculo
Creo que ya va siendo hora de que enterremos el hacha de guerra con Kia, marca que ha dejado atrás ese anodino y agridulce lenguaje de diseño para hacer uso de unos cánones esbeltos y armoniosos. Esta evolución es palpable en el XCeed, modelo que hereda parte de la filosofía de diseño del Stinger y que recurre a una serie de patrones que, personalmente, pienso que cuajan francamente bien.
Y es que los diseñadores coreanos han sabido cómo combinar con gran maestría ese claro ADN crossover con pinceladas de deportividad. Dicho maridaje lo apreciamos rápidamente en el frontal, donde un afilado conjunto protagonizado por parrilla, faros y defensa se arrejunta con diferentes molduras en plástico negro que buscan representar ese aire campero con el que Kia ha dotado a su XCeed.
El lateral es para mí -y perdonad que involucre mi opinión personal en un apartado tan subjetivo- la zona más atractiva del crossover coreano. Gracias a unas lineas musculosas y muy marcadas, el XCeed cuenta con una imponente presencia sobre la carretera, aunque la pronunciada caída del pilar C es la que se encarga de engendrar ese aspecto más estilizado y propio de un coupé.
La zaga sigue recurriendo a ese mismo lenguaje en el que un diseño algo tosco se une con lineas suaves con gran acierto, lo que da lugar a unos pilotos posteriores finos y alargados y a una defensa más abrupta y desmesurada en la se inscribe una descarada salida de escape falsa; tirón de orejas para Kia.
Un habitáculo moderno y sin recelo alguno
Esa misma sensación de que Kia ha mejorado en el diseño de sus coches también se puede apreciar en el interior, donde ahora se respira una atmósfera de modernidad y tecnología, rasgos que trabajan codo con codo. Es cierto que la casa coreana no recurre a tantas florituras visuales como alguno de sus competidores, pero es algo que, personalmente, agradezco.
En una primera instancia nos toparemos con un volante completamente redondo de tacto agradable y que busca huir del dichoso achatamiento. Detrás de este se inscribe un cuadro de mandos completamente digital de 12,3 pulgadas que, si bien no ofrece tanta personalización como otros, es intuitivo, sencillo de utilizar y con una resolución y nivel de gráficos más que aceptables.
Gobernando el salpicadero nos encontramos con una generosa pantalla de 10,25 pulgadas que cuenta tanto con función táctil como con mandos físicos para acceder a diferentes menús. Al igual que sucede con la instrumentación digital, el manejo de esta resulta muy cómodo y fácil, y solo le puedo achacar una posición tal vez demasiado recta, lo que impide a veces vislumbrar con nitidez lo que nos muestra.
A este cuantioso arsenal tecnológico debemos sumarle una calidad de acabados muy digna, donde todo lo palpable resulta agradable al tacto. Esto también es posible gracias a que no son muchos los plásticos duros presentes en el habitáculo del XCeed, y los que encontramos cuentan con un ajuste correcto; sin alardes pero tampoco escucharemos crujir ciertas piezas.
En cuanto a lo que confort se refiere, Kia nos ofrece dos plazas delanteras anchas y cómodas que recogerán a cualquier persona sin importar su envergadura. No puedo decir lo mismo de la fila posterior, que si bien sigue ofreciendo un alto nivel de confort, la pronunciada caída del techo provoca que el espacio libre para la cabeza sea algo limitado, sobre todo para aquellos pasajeros de alta estatura.
Por último, nos encontramos con un maletero que declara 426 litros de capacidad, una cifra más que suficiente para acoger sin problemas todos los bártulos de cuatro ocupantes. Su entrada casi plana facilita la tarea de depositar objetos pese a una altura libre al suelo algo alta, pero si necesitamos más espacio siempre podremos abatir los asientos de la fila posterior para gozar de unos generosos 1.378 litros.
Dinámico y directo como pocos
Sin lugar a dudas, el deportivo e imponente diseño del Kia XCeed resulta muy sugerente y nos invita a pensar que estamos ante un coche que escapa del típico comportamiento algo torpe de los SUV y crossovers. Es inevitable mostrarse algo escéptico ante este tipo de carrocerías, motivo por el que el coreano provocó en mí cierta incertidumbre los días previos a nuestro encuentro; nada más lejos de la realidad.
Antes de entrar en materia, permitidme que os presente al encargado de dar vida al Kia XCeed que me estuvo acompañando durante una semana. Se trata de un propulsor 1.4 T-GDi de cuatro cilindros sobrealimentado por turbo capaz de rendir 140 CV y 242 Nm de par, cifras gestionadas por medio de un cambio automático DCT de doble embrague y siete relaciones.
Dicho motor se presenta como una opción muy sensata al ofrecer unas prestaciones más que suficientes para desenvolvernos con éxito en cualquier ámbito. Los 242 Nm de par llegan en los primeros compases del tacómetro, a 1.500 rpm, provocando un no desmesurado empuje pero sí apreciable. Los 140 CV hacen acto de presencia a 6.000 rpm, generando una sensación general lineal y sin grandes picos de potencia, pero apta para cubrir trayectos tanto por autopista como por ciudad.
Mención aparte merece el cambio DCT, caja que cumple a las mil maravillas con una velocidad y una suavidad pasmosa. En ningún momento apreciaremos tirones entre transiciones o brusquedad, rasgos que también salen a relucir cuando hacemos uso del modo secuencial, el cual se gestiona mediante el propio selector de marchas. Sin lugar a dudas un extra muy a tener en cuenta si vamos a ser asiduos visitantes del mundo urbano.
Pero el Kia XCeed no me ha sorprendido por el buen hacer de su motor o por el fino ajuste de su caja automática, sino por su dinámica. Y es que el crossover coreano ha borrado de un plumazo todo escepticismo en mí tras poder experimentar todo tipo de carreteras a sus mandos. En autopista, el XCeed muestra un comportamiento que invita a recorrer cientos de kilómetros a sus lomos, sensación que transmite gracias a una suspensión no demasiado dura y a una suavidad general capaz de ensalzar el confort que ofrece.
En dicho terreno, el XCeed es capaz de obsequiarnos con unos consumos de 6,5 litros a velocidades legales, cifra que no destaca respecto a la que se puede obtener en sus rivales más directos pero que no resulta exagerada. En el mundo urbano, nos encontramos con un coche que, a priori, parece demasiado voluminoso, pero lo cierto es que es realmente sencillo callejear con él. Esto también es posible gracias a numerosas ayudas a la conducción, pero desluce por una escasa visibilidad trasera debido a una luna posterior escueta. No deberá sorprendernos que la media de consumo ascienda hasta los 8,2 litros cada 100 kilómetros en la urbe.
No en balde, es en las carreteras reviradas donde el crossover coreano saca ese lado que me ha permitido comprobar que su atrevida estética no solo es fruto de las modas que hoy en día dictan los cánones de diseño del sector automovilístico. Una dirección directa y precisa como pocas -no solo en su segmento, sino en general- nos permitirá saber en todo momento qué está ocurriendo en el asfalto, mientras que la suspensión cumple con creces gracias a un tarado muy equilibrado, ofreciendo confort y dinamismo a partes iguales.
Con esta premisa, el resultado final no me atrevo a tacharlo exactamente de deportivo, puesto que su motor flaquea a la hora de cubrir todos los requisitos que requiere dicho adjetivo. Sin embargo, sí que nos encontramos ante un coche que nos ofrecerá un comportamiento dinámico poco usual, una puesta a punto muy lograda y una tecnología que pocos fabricantes venden hoy en día a ese precio.
Conclusión
Es cierto que numerosas marcas se han encargado de masificar de forma incluso nociva el segmento de los SUV y de los crossovers, pero Kia se ha atrevido a ofrecer una fórmula diferente. Y es que el XCeed llega al mercado con una estética rompedora pese a sus claros dejes camperos, con un arsenal tecnológico muy generoso y con un comportamiento dinámico que se aleja drásticamente de lo que uno espera de un crossover.
A esto debemos sumarle unas calidades interiores más que aceptables y a una habitabilidad similar a la de cualquier compacto medio. Por supuesto, siguen existiendo alternativas muy interesantes en el mercado, pero el Kia XCeed se encarga de destacar como opción gracias a una relación calidad-precio difícil de superar.
Y es que podemos hacernos con un XCeed por 16.450 euros, cifra que asciende hasta los 25.566 euros en caso de que nos decantemos por una configuración exacta a la que porta la unidad de pruebas, es decir, acabado Emotion y motor 1.4 T-GDi de 140 CV asociado al cambio automático DCT.
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