Kia Sportage 2016, presentación y prueba en Barcelona

Gaby Esono     2 febrero 2016     9 min.
Kia Sportage 2016, presentación y prueba en Barcelona

Hace aproximadamente un año conocíamos de primera mano la renovación de uno de los modelos más conocidos de la marca coreana, el Kia Sorento. Ahora, nos desplazamos hasta Barcelona para conocer la nueva generación del Sportage, su hermano pequeño, que se actualiza por completo para conquistar de forma definitiva al mercado europeo.

Hace aproximadamente un año conocíamos de primera mano la renovación de uno de los modelos más conocidos de la marca coreana, el Kia Sorento.

Ahora, nos desplazamos hasta Barcelona para conocer la nueva generación del Sportage, su hermano pequeño, que se actualiza por completo para conquistar de forma definitiva al mercado europeo.

El Kia Sportage es el modelo más representativo de la firma coreana en Europa. Después de tres generaciones en el mercado, la primera lanzada en 1993, esta cuarta cuya comercialización comienza en marzo de 2016 (los concesionarios ya admiten pedidos) supone la consolidación definitiva de Kia como una alternativa más, después de haber sido una marca que llegó a Europa como ejemplo de fabricante low cost y que desde hace ya más de un lustro está trabajándose una imagen equiparable, cuanto menos, a la de las generalistas europeas más arraigadas.

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No es tarea fácil, desde luego, porque no hay que olvidar que en su catálogo aparecían hace no tanto tiempo modelos como el Shuma y el Opirus. El SUV compacto, sin embargo, siempre ha gozado un reconocimiento que, traducido en ventas, se resume en 3,5 millones de unidades vendidas en estas poco más de dos décadas, de las 450.000 se han matriculado en Europa.

Sin que se pueda decir que sea un pionero, lo cierto es que el Kia Sportage le lleva lustros de ventaja a la mayoría de los SUV del segmento C, que en poco tiempo han pasado de ser un nicho muy minoritario a contar con un espacio preferente en los concesionarios de la mayoría de las marcas, generalistas o no. Esto no parece preocupar en exceso a los responsables de la marca en España, que transmitieron durante la presentación un gran optimismo de cara al futuro, confiados en que las 15.000 unidades al año que esperan vender de la nueva edición de su modelo estrella les permitan afianzar su décima posición en nuestro mercado.

Diseño exterior

Quien tenga muy clara la silueta de la anterior generación del Kia Sportage podría pensar que el nuevo es poco más que un lavado de cara, la excusa para adoptar la parrilla “tiger-nose”, signo de identidad del actual lenguaje de diseño de la marca desarrollado por Peter Schreyer. Pero no. Aunque la línea lateral guarda conscientemente unas proporciones continuistas respecto a su predecesor, la carrocería mide ahora 4.480 mm de longitud (40 mm más que el anterior), y se le ha dado mayor protagonismo al voladizo delantero, ahora 20 mm más largo y se ha recortado en 10 mm el trasero, todo ello sobre una batalla que se ha llevado hasta los 2.670 mm, 30 mm más prolongada que antes.

El nuevo Sportage es 40 mm más largo, disfrutando de 30 mm más de distancia entre ejes

Más evidentes al ojo profano serán los cambios en el frontal, donde aparte de la propia parrilla, más baja y ancha, llaman la atención los faros de nuevo diseño (opcionamente pueden ser bixenón adaptativos), colocados más altos y que se prolongan por el lateral y la zona superior enlazando con un capó más definido, mientras la propia parrilla es más baja y ancha. Un resultado muy atractivo, y más si cabe en las versiones GT Line, que cuentan de serie con faros antiniebla de LED tipo “cubito de hielo” (se inspiran en los del pro_cee’d GT), llantas de aleación de 19 pulgadas y protector de bajos pintado en color aluminio –también en la parte inferior trasera, enmarcado por una doble salida de escape-.

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También ayudan a la mejor presencia del nuevo Kia Sportage otros detalles como los pasos de rueda más abultados (aunque la anchura se mantiene en 1.855 mm), y un spoiler trasero más evidente, así como unos estilizados pilotos unidos por una tira estrecha pero muy vistosa de noche.

Diseño interior

Si por fuera los cambios son evidentes, por dentro la mejora es incluso más notoria. La abundancia de materiales de tacto suave y muy buena presencia se combina con un diseño en el que el salpicadero da protagonismo al conductor. El debate sobre un mando centralizado o profusión de botones Kia lo solventa optando por esta última opción, cuya principal ventaja es que se accede a muchas de las principales funciones simplemente accionando una tecla.

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En este aspecto es donde se puede decir que la marca asiática ha echado el resto, porque el Kia Sportage puede incorporar casi cualquier tipo de componente de seguridad y confort de última generación. Desde el navegador TomTom integrado con pantalla táctil de 7 (con equipo de audio de 160 W) u 8 pulgadas (incluye sistema JBL con 8 altavoces), que la marca actualiza gratis durante los 7 años que dura la garantía del coche, al sistema de reconocimiento de señales de tráfico (SLIF), detección de ángulo muerto (BSD) con asistente de cambio de carril (LCA), o alerta de tráfico trasero (RCTA), entre otros.

Lo que no cabe en la sopa de letras es la importantísima mejora en cuanto al aislamiento sonoro y de vibraciones. Es otra de las áreas en las que Kia ha puesto especial mimo a la hora de desarrollar el nuevo Sportage y suma puntos a un habitáculo en el que se ha sabido sacar provecho del incremento de cotas y concede ahora más espacio para las piernas y para la cabeza tanto en las plazas delanteras como las traseras. Éstas, además, se pueden pedir con calefacción para las exteriores, un nuevo plus que hace bueno el lema de la marca (“El poder para sorprender”).

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La contrapartida llega cuando abrimos el portón del maletero (de accionamiento eléctrico según versiones) y nos encontramos con una cavidad de entre 503 y 491 litros (según equipe el kit antipinchazos o la rueda de repuesto opcional, respectivamente). Sin ser un mal registro, es sensiblemente inferior a los 564 litros que ofrecía el anterior modelo, aunque al menos en esta ocasión la superficie resultante al plegar el respaldo de los asientos posteriores (no se puede hacer desde atrás, por lo que hay que ir a un lado y otro del coche cada vez) sí es completamente diáfana, lo que permite declarar un volumen de entre 1.492 y 1.480 litros, en lugar de los 1.353 litros de la tercera generación.

Dinámica de conducción

La gama de motores del nuevo Kia Sportage se estructura en dos gasolina y tres diésel. De inyección directa, el 1.6 GDI atmosférico de gasolina de 132 CV de potencia ya conocido en el anterior representa la oferta básica, frente al 1.6 T-GDI sobrealimentado de 177 CV, que parte de la base mecánica del pro-cee’d GT y está asociado a la tracción total y al equipamiento GT Line, con la nueva caja de cambios DCT de doble embrague y 7 marchas como opción. Fue la primera de las unidades que tuve ocasión de probar y en carretera ofrece una buena respuesta, prestacional por defecto y casi temperamental cuando eliges el modo Sport a través de la tecla Drive Mode. El cambio DCT, de cambios rápidos y suaves, se ajusta como un guante a este propulsor, y se agradecen las levas del cambio para manejarlo.

El veterano motor 1.7 CRDi sigue siendo una de las opciones más recomendables de la gama

En cuanto a los diésel: el primero que probé fue el veterano pero resultón 1.7 CRDi de 117 CV, muy probablemente el que tendrá mayor demanda de toda la gama. De momento sólo está disponible con cambio manual y tracción delantera, y lo cierto es que es capaz de mover con mucha soltura los aproximadamente 1.500 kg que pesa esta versión. De hecho, por sensaciones y expectativas, resulta más satisfactorio que el nuevo diésel 2.0 CRDi de 184 CV y 400 NM con tracción total y cambio automático de 6 velocidades, cuyo funcionamiento es mucho más lento y menos refinado que el del DCT, y ello condiciona la percepción de un poderío que, probablemente, un cronómetro confirmaría de inmediato. Por debajo de éste, el Kia Sportage cuenta con otra versión más racional de este bloque, que entrega 136 CV y 373 NM.

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Lo que sí tienen en común todos ellos, tracción total o delantera, es un comportamiento hecho, por fin, a la medida de quienes no temen la llegada de las curvas. Una dirección de asistencia eléctrica pero buen tacto y guiado incita a afrontar los giros con decisión, mientras que los tarados de suspensión, apoyados sobre un elaborado multibrazo trasero, han dejado atrás ese compromiso extraño entre dureza en compresión y flexibilidad en extensión, para dotar a este SUV de un aplomo desconocido, y un dinamismo noble, con el que uno se anima a buscar los límites de adherencia con tranquilidad, siempre que no olvidemos que lo que tenemos entre manos no es un deportivo, sino un cómodo vehículo familiar.

De hecho, tampoco hay que dejarse llevar por su aspecto de todoterreno, ni por la tecla Lock de la consola central de las versiones con tracción total. Este sistema, desarrollado por el especialista Magna, analiza la diferencia de giro entre las ruedas delanteras y traseras para enviar par a estas últimas a través de un embrague multidisco cuando se detecta deslizamiento de las primeras. Si bien en condiciones de asfalto deslizante cumple con su función de mantener cierta capacidad de tracción, cuando uno se mete en el campo y una rueda pierde contacto con el suelo también pierde la posibilidad de avanzar.

Versiones y precio

El rango de precios del nuevo Kia Sportage va desde los 18.002€ del 1.6 GDi Basic con tracción delantera a los 34.860€ del 2.0 CRDi de 185 CV con tracción total y cambio automático, con el acabado GT Line, reservado para motor 1.6 T-GDi y los dos diésel de 2 litros. Salvo el 1.6 GDi y el 1.7 CRDi, el resto de motores se pueden adquirir con cambio manual o automático y con tracción delantera o total.

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El equipamiento incluye, desde el Basic, faros antiniebla, llantas de aleación de 16 pulgadas, elevalunas eléctricos delanteros y traseros, o aire acondicionado. El nivel de acabado Concept añade barras en el techo, luces diurnas de LED o volante y palanca de cambios en piel, mientras que el Drive incorpora además las llantas de 17 pulgadas, el climatizador bizona, el sistema de asistencia de mantenimiento de carril, reconocimiento de señales de tráfico, luces de carretera automáticas o el navegador con cámara trasera. Las versiones Emotion son las más lujosas, con elementos como los faros bixenón adaptativos, el navegador con pantalla de 8 pulgadas, o la tapicería de piel, mientras que para el GT Line, el más dinámico, además de detalles estéticos de la carrocería se reservan las llantas de 19 pulgadas, el volante multifunción deportivo o el techo solar panorámico.


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