Karlmann King, el SUV radical más caro del mercado, con todos los lujos

Si has visto el Rolls Royce Cullinam, el Lamborghini Urus o el Bentley Bentayga, supongo que pensarás que ya has visto los SUV más lujosos y caros del mercado. Y, desde luego, se trata de unos SUV de alta gama y un precio que va acorde con esa categoría. Pero hay quien opina que se puede ir un poco más allá y ha pensado en desarrollar un todoterreno más lujoso, más radical y con una imagen más impactante. Si ver el Karlmann King, descubrirás por qué se considera el rey de los SUV.

El precio de salida de este modelo casi único arranca en un millón de dólares, pero si se comienza a poner extras y se quiere con todas las opciones puede llegar hasta los 3,8 millones de dólares. Este modelo se ha fabricado sobre la plataforma de un Ford F 550, un pick-up formidable ya de entrada, pero el fabricante ha querido hacerlo todavía más espectacular. La carrocería ha sido diseñada por el italiano Luciano D’Ambrosio, quien ha definido este estilo como «diseño de diamantes» por sus atrevidos ángulos.

Los paragolpes, los faros, los arcos de rueda, las formas laterales y en general todo el diseño recuerdan a un avión stealth. Una imagen que viene reforzada por un intenso color negro que eleva la sensación de poder que emana del vehículo. Los pasajeros de la parte trasera solo pueden acceder a través de una puerta, pero a cambio cuentan con una gran selección de comodidades, que van desde una cafetera y una nevera a incluir una PS4 para pasar el rato durante los trayectos.

El motor que mueve a esta bestia sobre ruedas es un bloque V10 de 6.0 litros de origen Ford que es capaz de generar 420 CV de potencia. La transmisión automática de seis velocidades permite que este SUV alcance los 225 km/h. Y ojo porque la imagen de resistencia puede ser superior porque también se sirve con protección contra balas. En este caso aumenta el peso y la velocidad máxima se reduce hasta los 140 km/h, más que suficiente para irse con prisas si las cosas se tuercen. Sorprendente, ¿verdad?