¿Qué tiene que ver la inteligencia emocional con los coches? Según Ford, mucho
Un estudio de Ford descubre la importancia que tiene la inteligencia emocional en el desarrollo de un vehículo, mejorando el rendimiento de sus ingenieros.
Según un nuevo estudio, la inteligencia emocional puede suponer hasta un 31 por ciento de la efectividad de un trabajador. Ford se ha tomado muy en serio este descubrimiento y quiere que los ingenieros que trabajan en el futuro de sus coches dominen esta habilidad. El fabricante de automóviles va a poner a disposición de sus empleados en Europa un curso de inteligencia emocional realizado por la Universidad RWTH de Aachen.
«Tradicionalmente, los ingenieros siempre han sido vistos como colaboradores individuales, centrados en las habilidades técnicas, los conocimientos y la imaginación. Al contrario de la percepción común, los ingenieros no trabajan solos. Lo hacen en equipos multidisciplinares con clientes diversos. La habilidad para trabajar con otros es un factor muy a tener en cuenta» asegura el profesor Richard Boyatzis de la universidad Case Western Reserve de Ohio.
Ford ha realizado un estudio donde se pone de manifiesto la importancia que tiene la inteligencia emocional en el desempeño laboral de sus ingenieros. Entre las conclusiones que se pueden extraer de esta investigación, destaca la posibilidad de predecir el grado de entusiasmo e implicación de los trabajadores en sus diferentes proyectos con tan solo saber cómo se comunican entre ellos.
«La inteligencia emocional busca identificar emociones en ti y en otros, y saber cómo manejarlas y gestionarlas. Buscamos ofrecer una mejor formación a nuestros ingenieros para que puedan reconocer sus propios sentimientos y leer los de otras personas, para que puedan gestionar mejor cuando una persona enfadada pueda ser una fuente potencial de problemas, una persona feliz esté más predispuesta a colaborar o una persona estresada quiera hablar» declara Rocío Luna, mediadora y coach de equipos de Formación y Consultoría de Ford Europa
En una industria (automóvil) donde la inteligencia artificial y los robots cada vez tienen mayor importancia, los fabricantes de coches pretenden que sus trabajadores desarrollen una serie de habilidades y capacidades que la inteligencia artificial no puede reproducir con total exactitud: entender, motivar e interactuar con seres humanos.
«En muchas escuelas de ingeniería y programas se otorga poca atención a la inteligencia emocional y social. Pero las compañías se enfrentan a una crisis de motivación, ya que tres de cada cuatro empleados aseguran no sentirse implicados en su trabajo. Nuestra investigación muestra lo importantes que son las emociones», añade el profesor Boyatzis de la universidad Case Western Reserve de Ohio.
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