Las ideas que dieron forma al MINI y que siguen totalmente en vigor
El MINI ha liderado el mercado de los pequeños coches urbanos y ha sido el banco de pruebas de muchas innovaciones que lo han convertido en el referente de este tipo de vehículos que han continuado siéndolo a lo largo de los año y tiene un futuro prometedor durante las próximas décadas
Aunque cuando se habla de un coche que marca historia todos pensamos que se trata de un superdeportivo de lujo, la realidad es que los que han marcado un antes y un después en la automoción han sido pequeños coches que se han convertido en referentes a lo largo de los años. Los coches que han sido considerados como importantes son los que han estado presentes en todo el mundo, en los garajes de muchos conductores.
Si en España el que marcó la pauta fue el 600, en Alemania ese lugar estuvo ocupado por el Beetle y en Reino Unido el lugar de oro lo ocupa el MINI. Lo que diferencia a este último del resto es que a día de hoy sigue siendo un referente de coche popular urbano y no solo en su país de origen, sino en casi todo el mundo.
El secreto de su éxito es que es un coche pequeño con grandes prestaciones y que ha sabido adaptarse a cada época. Vamos a hacer un repaso a alguna de esas pequeñas ideas que han dado forma a un gran coche. Para comenzar, siempre se ha dicho que el diseño del MINI nació donde nacen todas las buenas ideas: en una servilleta de papel.
Efectivamente, se sabe que el diseñador Alec Issigonis realizó el primer dibujo conceptual en la servilleta de un bar. Después pasó a la mesa del ingeniero Jack Daniels, quien dio forma a esa idea original. En la servilleta aparecía no solo el diseño, sino una serie de indicaciones acerca de cómo debía de ser el coche, incluyendo su compacto tamaño que debería permitir que cupiera en una caja de poco más de 3 x 1,2 x 1.2 metros.
En poco más de tres metros debía de haber espacio para cuatro personas y su equipaje. Para lograrlo se situaron las ruedas lo más cerca posible de los extremos, con el motor y el resto de elementos ocupando el menor espacio posible, de manera que el 80% del espacio está dedicado a los pasajeros.
La suspensión, adaptada al tamaño del coche y las llantas de diez pulgadas, cuando lo normal eran las quince pulgadas ayudaron a dotar todavía más espacio al interior. El espacio que quedaba para el motor era de 18 centímetros, así que los ingenieros tuvieron que pensar en cómo encajarlo para que cupiera y sacara todo el rendimiento posible.
Lo hicieron de manera transversal, colocando la caja de cambios debajo del carter. Esta configuración funcionó bien y todavía se utiliza hoy para los coches pequeños con tracción delantera. El espacio es vital en el MINI y hasta los extras que se entregaban al principio estaban pensados para potenciarlo. Las cestas de picnic que se ofrecían ocupaban muy poco espacio y estaban ubicadas en el espacio libre bajo los asientos.
La puerta del portaequipajes se diseñó para que fuera más fácil acceder a todo el espacio del maletero y también se diseñaron unas puertas laterales que permitían un mejor acceso al interior del coche. Todas estas innovaciones permitieron la llegada de un coche que continúa siendo el rey de los pequeños urbanos y la evolución de la tecnología ha permitido que se mejoren todas ellas y surjan nuevas.
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