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Honda CR-Z, presentación en Amsterdam (parte I)
Amsterdam ha sido la ciudad elegida por la marca nipona para presentar su último modelo híbrido, orientado a un público diferente que el Honda Insight. Para los jóvenes amantes del motor es para quien Honda ha diseñado este coche que es una mezcla de realidad y futuro. Los valores de la ciudad holandesa y del […]
Amsterdam ha sido la ciudad elegida por la marca nipona para presentar su último modelo híbrido, orientado a un público diferente que el Honda Insight. Para los jóvenes amantes del motor es para quien Honda ha diseñado este coche que es una mezcla de realidad y futuro. Los valores de la ciudad holandesa y del coche coinciden plenamente: cosmopolita, tecnológica y moderna.
El Honda CR-Z también ha sido pensado para mujeres ejecutivas y hombres modernos para buscar atraer a la marca nuevos clientes e incrementar la cuota de mercado en los híbridos, claramente ocupado por Toyota y su Prius. Se añade así otro segmento más, el deportivo, que junto al segmento C (Insight) y el segmento B con el Jazz próximamente para arrebatar clientes a su rival más directo en la lucha ecológica. ¿Lo conseguirá con este modelo? Veamos sus características.
Diseño exterior
Unas líneas muy marcadas y agresivas, mezclando la deportividad con la eficiencia aerodinámica, para un consumo muy ajustado y menores emisiones es la premisa fundamental en la que se ha centrado la marca. El concepto lo pudimos ver con nuestros propios ojos en el Salón de Madrid de 2008 y poco ha cambiado desde entonces.
Su línea estética, alargada y que puede recordar a algún modelo anterior de Honda quedan presentes en todo momento. Apenas supera los 4 metros de longitud mientras que de altura se queda rozando los 1,4 metros y 2,01 de anchura. Es un coche pequeño, corto, pero con una distancia entre ejes de casi 2,5 metros, lo que le otorga un carácter muy deportivo.
El frontal es una parrilla que permite la entrada de aire para refrigeración del motor en forma de boca, con un faldón delantero que casi todas las marcas ya incluyen en sus modelos más deportivos. Lo diferente es que tiene una terminación en punta, ayudado por las formas en ángulo que hacen los faros, aunque no le permite bajar de 0,30 de coeficiente aerodinámico. No está mal para un coche de 4 metros. Menos, sería excelente. El techo es panorámico, no se puede abrir y únicamente se monta en la versión más alta, la GT plus.
Los pilares del parabrisas mirándolo por delante se difuminan perfectamente con los marcos de las puertas. Los espejos no salen de la carrocería directamente sino que tienen un soporte auxiliar que permiten mejorar la aerodinámica. Como en toda la gama de la marca, incluyen intermitentes. El tirador de la puerta recuerda a coches altamente deportivos. Aunque las llantas son de 16 pulgadas de serie, se pueden incorporar opcionalmente las de 17 pulgadas. Más no, por estética y por eficiencia en la conducción. Aun así, los neumáticos que monta no son eficientes.
El perfil es muy aerodinámico, terminando en un culo cortado para mejorar el flujo de aire. La forma no cambia nada, los híbridos son así. Por detrás no se ven tubos de escape, aunque en la conducción en modo sport (hablaremos de ello en la segunda parte), el sonido es puramente deportivo.
Diseño interior
Montarse en el habitáculo es acceder a un coche futurista, con mandos en color azul, similar al Honda Civic, aunque, para bien, la instrumentación está delante del conductor, no en la parte central del salpicadero. Los asientos de piel son óptimos, envuelven bastante el cuerpo y son cómodos. tanto al tacto como a la conducción. Cuando se abaten para acceder a plazas traseras, no recuperan su posición, sino que hay que volverla a establecer mediante las tres palancas de altura, respaldo y distancia al volante. Es un coupé de 2+2 plazas y en la parte trasera no cabe un adulto de 1,70 metros. Está destinado únicamente a niños.
La postura de conducción es agradable, una posición bastante baja pero incómoda para los brazos. En la parte izquierda para apoyar el codo queda muy arriba el borde del cristal y por la parte derecha no existe reposabrazos central, ni siquiera como opción. Los mandos son accesibles fácilmente para evitar distracciones. Dispone de bastantes espacios guardaobjetos, tanto con como sin tapa: salpicadero, bajo consola central, guantera, puertas…
Algo que vemos bajo de gama es su ausencia del climatizador bizona para cualquier versión (lógico para un coche que busca la eficiencia y menor consumo). Además, hay dos salidas de aire de las cuatro frontales que tiene en el habitáculo, que no pueden cerrarse, una de conductor y otra de pasajero, por lo que hay que ponerse de acuerdo en tema de climatización, algo que no será fácil.
El maletero tiene una capacidad de 225 litros para la versión sport y 215 litros para las otras. Es suficiente para dos personas normales, que son los que al fin y al cabo van a viajar en el coche, aunque puede verse limitado en ocasiones. Si abatimos los asientos obtendremos un maletero de una berlina media, unos 400 litros. Además, su cortina para ocultar la carga del mismo no se ajusta a la perfección, quedando huecos en los laterales que permite ver la misma. No es un aspecto destacable del coche ni mucho menos.
La versión que hemos probado se corresponde con la GT plus que entre otras cosas incorpora el techo panorámico y los asientos delanteros en piel con respecto de la versión GT y ésta con respecto a la versión sport equipa de serie entre otras, el control de crucero, auto encendido de luces y limpiaparabrisas, faros de xenon, subwoofer y radio de alta calidad, Bluetooth con mandos en el volante, asientos calefactables, sensor de parking trasero y restrovisores exteriores plegables eléctricamente. La diferencia de precio son, con respecto a la versión sport, un extra de 1.500 euros para la versión GT y de 3.300 euros para la GT plus.
Mañana veremos su comportamiento en carretera, ofreceremos datos del motor y precios. Segunda parte de la presentación.
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