Honda CR-V 1.6 i-DTEC a prueba (Motor, prestaciones, comportamiento y consumo)
En Highmotor hemos puesto a prueba el Honda CR-V 1.6 i-DTEC de 120 CV, en esta primera parte analizaremos este bloque diésel con Earth Dreams Technology, sus prestaciones, comportamiento dinámico y las cifras consumos de este interesante SUV de Honda con tracción delantera.
Tras la llegada del nuevo Honda CR-V, el fabricante japonés equipa al renovado SUV con el motor 1.6 litros diésel i-DTEC de 120 CV con Earth Dreams Technology, presentado en el Salón de París 2012 y que mi compañero Javi ha podido probar en el Honda Civic. Ahora en Highmotor nos ponemos a los mandos del Honda CR-V 1.6 i-DTEC 120 CV y os lo contamos en esta prueba.
Motor y prestaciones
El propulsor del Honda CR-V que hemos probado es el primero de una generación que está siendo desarrollada bajo el nombre de Earth Dreams Technology, el 1.6 i-DTEC de 120 CV es el motor diésel más ligero de su categoría y sorprende por unas prestaciones atractivas y unas cifras de consumo/emisiones realmente bajas, la máxima expresión del downsizing.
Este motor 1.6 litros i-DTEC entrega esos 120 caballos a partir de las 4.000 rpm, y unos generosos 300 Nm de par máximo a partir de las 2.000 rpm. El Honda CR-V 1.6 i-DTEC es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 11,2 segundos y alcanzar los 182 km/h de velocidad máxima, en resumen, unas cifras aceptables para tratarse de un SUV de tamaño medio.
Este motor viene asociado únicamente a tracción delantera y transmisión manual de 6 velocidades, por lo que el Honda CR-V 1.6 de esta prueba tiene una vocación más urbana que el resto de versiones, tanto por prestaciones, por capacidades fuera del asfalto y por consumos, punto fuerte de este vehículo y que hemos comprobado en nuestra prueba.
Comportamiento
Al subirnos al Honda CR-V 1.6 i-DTEC y girar la llave, nos encontramos que es un propulsor ruidoso, en arranque en frío (esperado), pero también al ralentí en condiciones normales y ganando velocidad en las primeras marchas, un punto que se atribuye a los decibelios propios del bloque pero también a la insonorización del habitáculo.
Ya en marcha notamos que los niveles de ruido o rumorosidad se incrementan producto de la rodadura de los neumáticos, que se hace más notoria a velocidades medias-altas. Otro aspecto que notamos a las primeras de cambio es que los asientos delanteros resultan ligeramente duros y ofrecen poca retención lateral, son demasiado rectos.
A pesar de esto la posición de conducción es realmente buena, a la altura natural de un SUV medio, en este caso 1.685 mm, se suma la plataforma plana, además tenemos una visual óptima tanto del salpicadero, consola e instrumentación; y del entorno, la visibilidad delantera es bastante buena, con espejos laterales y retrovisor grandes.
Es un cliché, exigirle a un SUV en curva, el CR-V se porta muy bien, la dirección comunica lo necesario para mantener la trayectoria sin corregir demasiado y sin notar balanceos excesivos, todo dentro de lo esperado, a velocidades más bajas si se hace evidente que el Honda CR-V se vuelve un poco torpe, aunque siempre controlable y suave en movimientos.
Las suspensiones son más bien duras, lo que explica que el conjunto muestre este comportamiento en curva, un conjunto que retiene de manera correcta lo que ordenamos a la dirección. El primer punto negativo lo encontramos en la frenada, poco contundente, no obtenemos un feedback fiel en el pedal y la frenada resulta más larga de lo deseado.
El embrague resulta ligeramente largo en actuación, mientras que la palanca de cambios brinda la precisión suficiente para gestionar de manera rápida cualquiera de las 6 marchas, además, está situada en un lugar óptimo, como el tamaño del volante, perfecto, y realmente cómodo lo que aporta confianza para mover los casi 1.600 kilos del Honda CR-V.
El motor nos ha sorprendido, por peso, dimensiones y tipo de vehículo, sus 120 CV que han estado a la altura, a pocas vueltas no obtendremos nada, debemos ser pacientes, pero a partir de las 2.000 rpm si que notamos el empuje, aunque se note ligeramente áspero, el 1.6 i-DTEC cumple subiendo de vueltas y haciéndonos ganar par y velocidad de manera correcta.
En el modo ECO, con el que obtendremos un tacto algo más duro del acelerador, las prestaciones se mantienen en un punto adecuado, se siente cómo es más lento en reacciones pero manteniendo un comportamiento correcto, si pensamos en un perfil de conductor promedio, obtendrá unas prestaciones adecuadas y consumos más bajos, siguiente punto a analizar.
Consumos
El Honda CR-V 1.6 i-DTEC homologa un consumo medio de 4,5 litros por cada 100 km, a lo largo de nuestra prueba (prácticamente 700 km) el ordenador reflejó un consumo de 5,2 l/100km con una velocidad media de 50 km/h, una cifra obtenida en modo ECO, con un estilo de conducción normal, sin ser demasiado eficientes ni exigiendo demasiado al CR-V.
En una prueba específica en vía interurbana, M-40 en Madrid, a lo largo de un recorrido de 100 km (50 de ida y 50 de vuelta), el consumo fue de 4 litros con velocidad media de 88 km/h. En otra prueba específica (180 km), combinando autopista, vía interurbana y ciudad (velocidad media de 40 km/h) obtuvimos un consumo medio de 5 litros según el ordenador.
La última prueba, 50 km en ciudad con una velocidad media de 29 km/h, el Honda CR-V 1.6 i-DTEC requirió 8 litros, siempre según ordenador. Consideramos estas cifras como muy buenas, tomando en cuenta el tipo de coche y sus dimensiones, un consumo en torno a los 5 litros realmente sorprende, seguramente sin el modo ECO subiría medio litro.
Pero imaginando al usuario tipo, quizá una familia que emplee el Honda CR-V para viajes, no debe sorprender si el consumo medio en autopista se ubica entre 6 y 7 litros, una cifra que aún se encontraría dentro de límites aceptables. Cerramos la primera parte de la prueba del Honda CR-V 1.6 i-DTEC 120 CV, muy pronto la segunda parte.
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