Los grupos Renault y PSA abandonan las mecánicas diésel
Los dos gigantes europeos de la automoción ya han tomado la decisión: desde 2025 no habrá oferta de coches equipados con motores alimentados por gasóleo
No es un secreto ni una sorpresa que la industria de la automoción haya condenado a la extinción a los motores de gasóleo en aras de la electrificación como alternativa más efectiva de cara a mejorar la eficiencia en el gasto de carburantes y, a la vez, de cara a poder ofrecer mecánicas que luzcan distintivos supuestamente, si no más ecológicos, al menos, cuyo impacto se reduce respecto de las mecánicas tradicionales.
Por eso, tras la cascada de constructores que ya han anunciado en los últimos años el abandono del desarrollo de nuevos motores diésel, la adscripción a esta tendencia dos de los más grandes grupos automovilísticos, más aún cuando se concrete la fusión entre PSA y FCA, no es sino una muestra más de que, aunque haya o se tenga motivos para comprar un coche diésel, este trámite será cada vez más complicado hasta que, posiblemente, sea imposible ante la inexistencia de coches que recurran al consumo de gasóleo para su funcionamiento.
Una despedida progresiva y gradual
De esta forma y con el Groupe Renault centrado en la nueva era electrificada de la industria de la automoción, con las miras puestas en nuevos modelos, como puede ser desde su marca subsidiaria de bajo coste sumándose a la tendencia del mercado por ofrecer un SUV eléctrico, el Dacia Spring, o nuevas generaciones de iconos y referentes fuera y dentro de la marca del rombo, como es el Renault Mégane en un futuro próximo como coche 100 por 100 eléctrico, con el timón comandado por un Luca de Meo convencido de que el devenir de la marca debe soltar lastre para poder tomar una velocidad de crucero lo más próxima a un balance próximo al neutral en las emisiones de dióxido de carbono, a todas luces, rentable para las empresas que ahora dirige.
Sus vecinos de PSA tampoco mantendrán su catálogo de mecánicas diésel, lo cual restringe, de nuevo, a una oferta basada en los motores de gasolina, apoyados o no en sistemas electrificados, pero, sobre todo, los que se basen en esquemas de propulsión y almacenamiento de la energía eléctrica como única y exclusiva fuente de alimentación.
Sea como fuere, a tenor de las declaraciones hechas por parte de responsables de ambos consorcios, lo que ha quedado patente es que, tanto el grupo Renault como PSA dejarán de vender, progresivamente, modelos que recurran a los motores dCI, por una parte, y a los BlueHDI, de otra, no habrá más dinero ni tiempo para el desarrollo de nuevos motores alimentados por gasóleo, de hecho, la hoja de ruta pasa por la reducción de su disponibilidad hasta que, en 2025, las mecánicas diésel definitivamente desaparezcan de los concesionarios de todas las marcas de los dos grupos.
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