Un grupo de científicos españoles desarrollan una batería de sodio y azufre revolucionaria
Estas baterías ofrecen grandes ventajas, empezando por su coste y durabilidad, pero todavía tienen algunas ligeras pegas que requieren algo más de trabajo de investigación.
Un equipo de investigadores de la Universidad de Córdoba ha desarrollado una batería innovadora que promete revolucionar el campo del almacenamiento de energía. Esta batería, basada en sodio y azufre, ha demostrado soportar más de 2 mil ciclos de carga completos, superando por mucho en ese apartado las capacidades de las baterías de iones de litio tradicionales.
Según explican estos investigadores, el azufre ha sido utilizado en la cátodo en sustitución de otros metales tóxicos habituales; mientras que el litio en el ánodo ha sido reemplazado por sodio, un elemento mucho más abundante, accesible y barato. Aunque bien es cierto que la combinación de sodio y azufre ya se había empleado en otras baterías, esas baterías tenían la pega de que solo funcionaban a temperaturas extremadamente altas, mientras que las desarrolladas por este equipo de científicos españoles pueden funcionar perfectamente a temperatura ambiente.
La incorporación de un marco metal-orgánico (MOF) basado en hierro en la cátodo es lo que diferencia a estas baterías de sodio y azufre de otras con la misma composición química, ya que esta estructura facilita el movimiento de los iones de sodio, permitiendo la carga y descarga repetida de la batería sin una degradación notable de su rendimiento.
En la vida real estas baterías supondrían un salto significativo
Para hacernos una idea de lo que esto supone, basta decir que si la batería de un vehículo eléctrico se carga de media un par de veces por semana, estas baterías capaces de soportar más de 2 mil ciclos de carga podrían tener una vida útil de casi 20 años. No obstante, no todo son ventajas y estos mismos investigadores reconocen que todavía hay algunos aspectos a mejorar, como el tiempo de recarga, que actualmente es de una hora.
No parece, por tanto, que vayamos a ver pronto estas baterías de sodio y azufre en ningún vehículo de producción en serie, pero no deja de ser un avance importante y un paso en la dirección correcta en la mejora de la tecnología de baterías que, tarde o temprano, acabará redundando en beneficio de los conductores de vehículos eléctricos.
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