Cierre permanente de la Gran Vía al tráfico, pronto será una avenida semipeatonal
La Gran Vía de Madrid estará cerrada al tráfico a partir de diciembre. En enero de 2018 comenzarán las obras para que la avenida aumente su zona peatonal.
Madrid está siendo el escenario de un sinfín de cambios en pos de reducir la contaminación atmosférica que sufre la ciudad madrileña actualmente. En el último año se han impuesto prohibiciones de todo tipo para los vehículos de combustión; recuérdense los intermitentes cierres de la almendra central o las limitaciones de velocidad. También una normativa para los taxis limitándolos a modelos ECO. La última de estas medidas anticipó el cierre al tráfico del centro de Madrid a partir del año que viene.
Unas semanas más tarde, el Ayuntamiento de Madrid nos ha hecho saber que la Gran Vía (incluida en la zona que donde ya iba a estar prohibido circular a partir de 2018) estará cerrada al tráfico privado a partir de diciembre. Un ligero adelanto de fechas, lo que sí es novedad es que a partir de enero comenzarán unas obras que harán de la arteria central madrileña un lugar más cómodo para los viandantes.
La medida anunciada por el Ayuntamiento de Madrid entrará en vigor el próximo mes de diciembre y será permanente (algo que no ocurrió el año pasado cuando se aplicó la misma iniciativa), mientras que el proyecto de remodelación arrancará a principios de 2018. El objetivo de las obras será que la Gran Vía pase de ofrecer tres carriles por sentido a ofrecer dos. Esto significa que las aceras podrán ampliar su espacio peatonal y que solo podrán circular por la calzada vehículos autorizados, bicicletas y transporte público. Esta será la imagen de la arteria madrileña tras la remodelación:
«La idea es empezar las obras de remodelación justo después de Navidades para mantener ya el funcionamiento de la Gran Vía en base a esa ampliación de aceras», aseguraba el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible del Ayuntamiento de Madrid, José Manual Calvo, en una entrevista a Onda Cero.
El cierre del tráfico privado en la Gran Vía traerá consigo un descenso brutal en el tránsito de su calzada. Actualmente circulan al día unos 50.000 vehículos, se calcula que a partir de enero dicha cifra se situé en unos 10.000. «Será una calle mucho más amable, muy verde, como desea la alcaldesa Manuela Carmena, con espacios para sentarse y disfrutar, y para dar prioridad a los peatones, los grandes olvidados», asegura Calvo.
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