Goodyear acude a Ginebra con el Golden Sahara II restaurado, el primer prototipo en incorporar conducción autónoma
El Golden Sahara II se presenta como el primer prototipo en incluir conducción autónoma, un sistema que se completó con los neumático iluminados de Goodyear.
Muchas de las tecnologías actuales son consideradas como proezas alcanzadas en estos tiempos, pero la realidad es que estas empezaron a desarrollarse a mediados de los 50, como la conducción autónoma. Esta innovación que está llegando paulatinamente a los vehículos más punteros del siglo XXI vio la luz en 1956 de la mano de Goodyear. Fue la marca de neumáticos la encargada de dar los primeros pasos en este sector con el Golden Sahara II, un prototipo de lo más pintoresco que adelantaba un futuro prometedor y que ha querido demostrárnoslo de primera mano con su presencia en esta edición del Salón de Ginebra.
Goodyear ha llevado a cabo la restauración de dicho vehículo junto con Klairmont Kollections, quien ha puesto su empeño para dar vida de nuevo al Golden Sahara. Con esta premisa, nos encontramos con un vehículo no solo revolucionario para incluso nuestra época, sino también con uno que ha sido capaz de anticipar con sumo acierto los pasos que tomaría el sector automovilístico 63 años más tarde de su nacimiento.
Su desarrollo se llevó a cabo en los años 50 por Jim Street y George Barris, un aclamado diseñador de coches personalizados. Ambos pretendían ofrecer un vehículo capaz de unificar importantes novedades al mismo tiempo, algo que consiguieron al implantar no solo la conducción autónoma, sino también otros sistemas de los que gozamos en los coches actuales como la frenada automática.
El Golden Sahara II incorporaba diferentes sensores capaces de detectar obstáculos en su perímetro más cercano. Al mismo tiempo, presentaba otras innovaciones como un volante tipo mando de avión extraíble, televisión, teléfono y apertura automática del portón; pero, sin duda alguna, uno de los aspectos más llamativos fueron sus neumáticos.
Estos fueron fabricados por Goodyear y contaban como principal atractivo la función de iluminarse junto a los intermitentes. Para conseguir dicho efecto, la firma de neumáticos recurrió al Neothane, una forma translúcida de caucho sintético que permitía a sus espectadores apreciar la luz de su interior cuando esta comenzaba a funcionar. Otro de sus principales objetivos era el de mejorar la visibilidad en condiciones climáticas adversas y cuando el conductor accionaba el freno, permitiendo así a los demás usuarios anticiparse a las reacciones del Golden Sahara.
Es así como Goodyear quiso ayudar a un vehículo tan revolucionario a proseguir con esa senda que aún tienen establecida algunas marcas actuales. Teniendo en cuenta que el Golden Sahara II fue precursor en la conducción autónoma y que se ha convertido en una tecnología muy tangible, no sería descabellado considerar que en algún momento pudiésemos ser participes de la presencia de los neumáticos iluminados en nuestro vehículo personal.
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