El Ford Mustang se decanta hacia la total electrificación. ¿Es el fin de una era?

El Ford Mustang es todo un clásico en el mercado estadounidense y aunque ha sido la base para el lanzamiento del Ford Mustang Mach-E, el espíritu de su potente V8 se ha mantenido por el momento. Pero el mundo está cambiando y es el momento de dar un paso adelante y de cambiar la motorización e ir derivándolo hacia la movilidad eléctrica.

Este cambio se producirá, si todo va como esperan, con la octava generación del modelo. Esta nueva generación está prevista para el año 2029, así que el cambio no tardará en anunciarse. En el año 2024 el modelo llegará a sus primeros 60 años de existencia en el mercado. Por el momento, seguirá contando con su emblemático motor, pero por poco tiempo.

El Mustang Mach-E, un paso previo

La llegada del Mustang Mach-E marca un precedente, pero se trata de un SUV eléctrico, no un sustituto sostenible del sólido muscle car americano. Este modelo eléctrico va a recibir una carrocería coupé, que reforzará la oferta de este modelo. El deportivo, sin embargo, seguirá con su imponente forma y la potencia que lo ha convertido en un coche mítico.

En cuanto al futuro, se cree que irán implementándose nuevas versiones híbridas, híbridas enchufables y al final, una variante totalmente eléctrica. Para ello, se basarán en la plataforma GE2.2, que es la que estará presente en las próximas versiones electrificadas del Ford Explorer y el Ford Expedition.

Así que podemos pensar que los motores de combustión están relegados a esta séptima generación, que será la última en utilizar esta forma de tracción. La plataforma que se espera que utilizará en 2029 está pensada para vehículos totalmente eléctricos, así que no podrá equipar el motor de combustión interna.

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El Mustang ya ha tenido una versión eléctrica, aunque ha sido solo un vehiculo de exhibición. El Mustang Lithium mantenía la carrocería habitual del modelo, aunque en su interior utilizaba un motor con una potencia de 900 CV. Utilizaba una caja de cambios manual de nueve velocidades y un par máximo de 1.355 Nm, todo ello dirigido hacia las ruedas traseras.

El movimiento, aunque necesario, es bastante arriesgado. Los conductores estadounidenses valoran mucho este modelo. Su motor es emblemático y la potencia y sensaciones que aporta al conducir es algo muy importante para los usuarios. Así que hay que cambiar la idea de muchos conductores y convencerles que esas sensaciones también estarán presentes en el modelo eléctrico.