Ford Mondeo 2.2 TDCi 175 CV, prueba (parte I)
Cuando Ford me ofreció probar un nuevo Mondeo no podía decir que no por lo que significaba para mí este modelo: había sido pasajero de dos Ford Orion durante más de 15 años y de un Mondeo durante 6 y conductor por un año y medio más, con más de 75.000 kilómetros en esta última […]
Cuando Ford me ofreció probar un nuevo Mondeo no podía decir que no por lo que significaba para mí este modelo: había sido pasajero de dos Ford Orion durante más de 15 años y de un Mondeo durante 6 y conductor por un año y medio más, con más de 75.000 kilómetros en esta última etapa. Sin duda, iba a recordar momentos inolvidables de aquellos viejos tiempos.
En su día era un coche completo, que duró mucho -casi 10 años- y con la friolera de 250.000 kilómetros para un motor 2.0 16V de 138 CV. Volver a sentarme en la versión más renovada fue una sensación muy grata, con un cuadro de instrumentos totalmente avanzado tecnológicamente (comparado con mis recuerdos que indicaba poco más que el testigo de luces y puertas abiertas. Además, los asientos de cuero totalmente eléctricos con memoria y un volante multifunción donde se podía regular casi todo el ordenador de a bordo.
Decir antes que nada que el modelo en cuestión era el Titanium S (el más alto de gama) de 175 CV con carrocería de 5 puertas con un precio base de 32.635 euros, por lo que la diferencia entre la versión sin extras y con extras no llega a los 6.000 euros y tan sólo se le añadió cristales de privacidad, paquete Titanium S, navegador de 7» con Bluetooth y V2C, sensor de distancia y otras opciones más asequibles en precio.
Motor y prestaciones
El motor Duratorq TDCi de 2.2 litros de cilindrada desarrolla 175 CV y 400 Nm de par máximo entre 1.750 y 2.750 rpm. El consumo oficial va desde los 4,9 litros a los 100 en autopista hasta los 8,4 litros en ciudad y alcanza los 100 km por hora desde parado en 8,9 segundos hasta alcanzar su velocidad máxima a los 218 km/h ofreciendo potencia a las ruedas delanteras.
Dicho esto, la sensación a los mandos es excelente, ya que a muy bajas vueltas y con una marcha relativamente larga, se obtiene potencia suficiente para poder subir la velocidad sin reducir. La recuperación en 6ª a 60-65 km/h en llano es posible con un tiempo bastante aceptable. La conducción realmente nos ha sorprendido por lo agradable y dinámica que es, y es lo más destacable del modelo sin lugar a dudas. La suavidad a altas y bajas revoluciones en cualquier marcha es excelente, así como la caja de cambios de poco recorrido entre marchas (en versiones anteriores lo era aún más), que ayuda a una conducción deportiva cuando el cuerpo lo pida.
El comportamiento en carretera es excelente sin sensación de velocidad que en algunos casos puede llegar a ser peligroso, pero muy cómodo y aplomado con sensación de control hasta en las condiciones más extremas. No será necesario llevar el pedal hasta el fondo para darse cuenta que la respuesta tanto a bajo o alto régimen es más que aceptable y que contamos con un motor capaz de casi todo. Ford ha mejorado mucho sus motores, ha desarrollado buenos chasis y lo mejor de todo es que el precio es muy competitivo e incluso bajo depende de con qué modelo lo comparemos. Si haces muchos kilómetros a lo largo del año, sin duda incluye en la lista de candidatos este modelo porque lo merece.
En la gran ciudad, el motor no es excesivamente ruidoso para los peatones, y podríamos decir que se encuentra en la media de berlinas de sus competidores, tanto en vibraciones (casi inexistentes) como en sonoridad con la ventanilla bajada. Por autopista, se puede notar perfectamente la gran aerodinámica que tiene, por su poco ruido en el habitáculo que es capaz de producir incluso a altas velocidades, por lo que los viajes largos nunca serán una molestia y podremos ir incluso con la radio silenciada -que no apagada-.
En cuanto a los datos de consumo práctico, podemos decir que conseguimos reducir en 0,3 litros (4,6 litros a los 100) el consumo medio oficial manteniendo una velocidad constante de 120 km/h de marcador (112 km/h de media según el ordenador) aunque este consumo se vio alterado cuando pusimos en marcha el control de velocidad a 120 km/h que marcaba de media la misma velocidad que en el caso anterior pero con un gasto de 5,4 litros por cada 100 kilómetros con la orografía del terreno ligeramente en contra, pero que en ningún caso hubiese bajado de los 5 litros. Eso sí, cuando se le pisa en autopista y se le sube de vueltas, alcanza los 7 y 8 litros sin darse cuenta.
Al abrir el capó, observamos que los tapones que debemos tocar tienen un color diferente, amarillo en este caso. Pero por el contrario, no se ha incluido un sistema de muelles hidráulico que incluyen la casi totalidad de los modelos de la gama para sujeción del capó. Hay que seguir utilizando la barrita de toda la vida para que se sujete y además, no aparece coloreado el enganche en la parte superior (ver detalle). Espero que lo mejoren para futuras versiones.
Atentos a la siguiente parte que viene cargadita de equipamiento: interior y exterior.
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