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Ferrari 599 GTB Fiorano Stallone, otra de las nuevas creaciones de Mansory
Si hace poco veíamos a Mansory metiéndole mano a un germanobritánico, los italianos no iban ser menos. Y qué italiano. Retocar el Ferrari 599 GTB Fiorano es una noble tarea que debería estar al alcance de pocos, pocos que sepan medirse a la hora de tratar con una fiera así. Pero la filosofía Mansory no […]
Si hace poco veíamos a Mansory metiéndole mano a un germanobritánico, los italianos no iban ser menos. Y qué italiano. Retocar el Ferrari 599 GTB Fiorano es una noble tarea que debería estar al alcance de pocos, pocos que sepan medirse a la hora de tratar con una fiera así.
Pero la filosofía Mansory no entiende de nombres ni orígenes, quiere hacer prevalecer el lujo, los materiales exóticos y los apaños estético/aerodinámicos sobre cualquier otra cosa y esta vez no iba a ser menos.
Exteriormente llama la atención el kit aerodinámico en fibra de carbono que recubre la carrocería dándole un puntiagudo frontal -esencia F1 ¿no?- que culmina dos agrandadas tomas de aire que buena falta le harán al intercooler instalado. Pero los apéndices aerodinámicos y los pequeños faldones tampoco están ausentes para hacer de su coeficiente un número todavía menor, rematando el trabajo en la trasera un pequeño alerón que le da al eje trasero más agarre a altas velocidades. Pero la zaga nos llamará la atención por otro detalle también, el difusor original se ha sustituido por uno de mayor tamaño que aloja en su parte central un único pero grande en tamaño tubo de escape, un diseño similar al del Bugatti Veyron.
Subámonos al interior. Pasamos del blanco/gris carbono del exterior a un mundo de cueros blancos y rojos con el apellido Stallone bordado en el reposacabezas. Del mismo modo, el aluminio también se hace un hueco en algunas partes de este -desconocemos cuales-.
Pero pasemos a la acción. Llave en el contacto; presionamos el botón start/stop y dejemos que el bramido del V12 de 6 litros inunde nuestros oídos. Y no, no es el mismo de siempre; es el de un nuevo silenciador que dejará respirar a más potencia. En concreto 720 caballos, 100 más que de serie, obtenidos gracias a la sobrealimentación del motor que no sólo nos lanzarán hasta los 340 km/h, sino que nos harán sentir una aceleración brutal con sus 92 Nm de fuerza par máxima 92 Nm adicionales de fuerza par máxima que permiten hacer el 0-100 km/h en 2 décimas menos; un registro este último quizás un poco por encima de lo que cabría esperar.
De todos modos, suficiente como para maltratar un rato nuestros riñones y tomar las curvas pegados al asfalto gracias a los neumáticos SP Sport Maxx de Dunlop (los mismos que llevaba el SLR de Mansory también) con medidas 255/30 delante y 325/30 detrás montados en unas nuevas llantas de cinco radios dobles -similares o idénticas también a las del SLR-. Todo acoplado a un nuevo sistema de suspensiones que reduce el centro de gravedad del mismo en 30mm. Toda una máquina devora curvas.
Para seguir viéndolo en detalle, os dejo con unas cuantas imágenes más a continuación:
Vía | Serious Wheels
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