FCA estafada por los suyos: sus propios negociadores y los del sindicato desviaron fondos

Los que se suponía eran férreos rivales en la mesa de negociación resultaron no serlo tanto. El FBI investiga el desvío durante los últimos seis años de varios millones de dólares del dinero de FCA destinado a la formación de sus trabajadores. Según parece la conspiración habría sido urdida por algunos directivos del Grupo automovilístico en connivencia con los responsables del sindicato United Automobile Workers para desviar fondos en su propio beneficio. Los directivos de FCA y de la UAW eran los responsables de las distintas mesas de negociación laboral establecidas entre el grupo Fiat Chrysler y la UAW.

Según comenta el propio Sergio Marchionne en una carta dirigida a todos los trabajadores del Grupo FCA en Norteamérica, FCA tuvo conocimiento de la malversación de fondos efectuada por sus directivos un mes antes del inicio de las negociaciones de los acuerdos laborales de 2015, momento en el cual los involucrados fueron rápidamente separados de toda posible negociación empresa-trabajadores.

La investigación iniciada por el FBI implica directamente al que fuera vicepresidente de Relaciones Laborales de FCA, Alphonse Iacobelli y al que fuera vicepresidente de la UAW, el General Holiefield, fallecido de un cáncer de páncreas en 2014, por lo que las acusaciones han recaído en su viuda, Mónica Morgan. Todos ellos, junto al contable de FCA, Jerome Durden, han sido acusados de conspiración y otros cargos por el FBI ante el gran jurado federal acusados de malversar millones de dólares de un centro de formación para los trabajadores de la empresa que en realidad fueron destinados a pagar lujosos viajes en avión privado, regalos, mejoras en sus respectivas viviendas, hipotecas, etc.

Iacobelli utilizó el dinero de una cuenta de la compañía para pagar un Ferrari 458 Spider de 350.000 dólares, dos bolígrafos Montblanc de oro de 35.700 dólares cada uno y suntuosos viajes de auténtico lujo. Igualmente, autorizó pagos de 1,2 millones de dólares a beneficio del General Holiefield y su mujer entre 2009 y 2013, entre los cuales se incluyen 262.219,11 dólares para el pago de la hipoteca de una casa, billetes de avión en primera clase a nombre de ambos y decenas de miles de dólares en efectivo transferidos a las distintas empresas que el General manejó en vida.

El FBI, junto con el Departamento de Estado de Trabajo, han iniciado una investigación por este asunto para comprobar hasta donde alcanzan estas «inversiones para construir relaciones» —tal cual eran consignadas en los libros de contabilidad— y las posibles implicaciones del mismo, dado que los contratos se negociaron en las mesas establecidas entre la empresa y el sindicato mientras se suponía que se buscaban los mejores intereses tanto para FCA como para sus trabajadores. De momento se desconoce la cuantía total de las malversaciones efectuadas y si pudiera haber más personas implicadas en esta trama.

Tanto el presidente del Grupo FCA como el actual presidente del sindicato UAW, Dennis Williams, han manifestado su consternación por este asunto. Cuando se tuvo conocimiento del problema los responsables fueron despedidos de inmediato. FCA y UAW han sido «víctimas de malversación por sus respectivos empleados» y manifiestan su absoluto desconocimiento de las actividades fraudulentas detalladas en la acusación del FBI hasta el momento en el que fueron informados del resultado de las investigaciones.

Según Marchionne, «la conspiración no ha afectado al actual proceso de negociación colectiva», dado que los responsables fueron separados mucho antes de iniciarse el mismo. La fusión de Chrysler con FCA se produjo en 2014, aunque ambas compañías mantenían importantes acuerdos de producción con anterioridad. Probablemente los procesos internos de fiscalización de las cuentas y resultados del grupo abiertos con motivo de la fusión fueron los que destaparon todo este asunto.