Desde el 1 de septiembre todos los nuevos coches que lleguen al mercado tendrán que someterse obligatoriamente a pruebas en condiciones reales de conducción.
¿Siguen los fabricantes haciendo trampas en los consumos y emisiones? En la CE creen que sí
La CE ya tiene sus primeras dudas acerca de la fiabilidad de los test WLTC de emisiones y consumos: surgen por las posibles trampas de algunos fabricantes.
El próximo 1 de septiembre la nueva normativa de homologación de consumos y emisiones mediante las pruebas WLTP y RDE entrará en vigor en la Unión Europea y afectará a todos los vehículos que se vendan en su territorio. Una normativa que comenzó transitoriamente a aplicarse en septiembre de 2017 para todos los vehículos nuevos.
La normativa WLTP sustituye a la anterior NEDC y su principal consecuencia va a ser el incremento del consumo medio homologado que en muchos de los coches ya presentes en el mercado europeo del automóvil van a sufrir sus consumos medios homologados y sus emisiones. Lo mismo sucederá con la autonomía media de los vehículos eléctricos, que se verá reducida respecto de los actuales valores alcanzados.
Para los fabricantes de automóviles esto supone un problema, pues muchos de los modelos que actualmente declaran emisiones CO2 por debajo de los 95 g/km dejarán de estar por debajo del umbral que les permite eludir el pago del impuesto de matriculación, lo que va a encarecer su precio de adquisición de cara a los clientes en aproximadamente un 5 por ciento del valor actual del coche. Y lo mismo sucederá con muchos vehículos de las categorías superiores en el impuesto, los cuales, tras superar las pruebas WLTP pasarán a ocupar el siguiente peldaño de la escala de gravamen con el consiguiente aumento de su precio en un porcentaje similar.
Todos los modelos del mercado tienen que superar la prueba antes del 1 de enero de 2020, fecha que servirá de medida estándar de cara a futuros requisitos en materia de consumos y emisiones que se apliquen a las gamas y modelos de las distintas marcas. Así, en 2030, la media de consumos y emisiones que permitirá la UE deberá ser un 30 por ciento inferior a la alcanzada por el fabricante y sus modelos en 2020.
Y como dice el refrán, hecha la ley, hecha la trampa. Los fabricantes siempre hilan muy fino y más aún a largo plazo. Y es que, ante el temor de algunos a no ser capaces de superar las futuras limitaciones establecidas algunos fabricantes podrían estar “inflando” los resultados de sus modelos actuales, marcando unos resultados que se sitúan entre un 13 y un 15 por ciento por encima de los niveles de emisiones reales del modelo. Con ello, al establecer unos guarismos más altos en los resultados actuales, les sería más fácil superar los futuros test que fuerzan al alcanzar ese porcentaje de reducción.
En este sentido, la comisión europea ha detectado ya algunas actuaciones tendentes a ello de los fabricantes de automóviles a la hora de pasar las primeras pruebas WLTP. La desactivación durante las pruebas de distintas funciones del software del coche, como la que regula el funcionamiento del sistema Start/Stop o seguir determinadas estrategias a la hora de efectuar el cambio de marchas, permitiría a los fabricantes incrementar los consumos y emisiones de determinados modelos a la hora de superar las pruebas WLPT y RD.
Por ello, la Comisión Europea ha alertado a los distintos países miembros para que extremen el celo a la hora de establecer estos primeros niveles de emisiones y consumos homologados de los diferentes fabricantes. En una carta dirigida al Parlamento Europeo, los comisarios europeos alertan y llaman la atención de los distintos países sobre este hecho avisando de que ya se han recogido datos y “detectado que los fabricantes pueden usar la transición desde el antiguo ciclo de homologación europeo (NEDC) al nuevo test WLTP para inflar sus niveles de emsiones en 2020”. Según los comisarios, “incrementar las emisiones WLTP en 2020 podría dar como resultado emisiones de CO2 menos estrictas al elevar los resultados de referencia, distorsionando con ello un terreno de juego que ha de ser equilibrado entre el resto de fabricantes”.
Por todo ello, la comisión encargada propone que los nuevos estándares de emisiones y consumos se calculen acorde a los resultados obtenidos en las pruebas reales WLTP y no de los declarados por los fabricantes, así como avisa de la necesidad de vigilar de cerca el desarrollo y la correcta realización de las mismas, anunciando incluso la posible modificación del protocolo a seguir en las mismas si así fuera necesario.
Deja un comentario