Los fabricantes chinos piden a su gobierno una respuesta al incremento de aranceles en Europa

Como consecuencia del inminente incremento en los aranceles anunciado por la Unión Europea sobre los vehículos eléctricos importados desde China, los fabricantes de ese país asiático están exigiendo a su gobierno que implemente un arancel del 25% sobre los automóviles europeos con motores de combustión interna de gran tamaño. Una respuesta que de llevarse a cabo haría bastante daño a los grandes fabricantes alemanes fundamentalmente.

Según reportan los medios chinos, esta consideración fue discutida el martes pasado durante una reunión privada en Pekín entre el Ministerio de Comercio chino y representantes de seis fabricantes de automóviles europeos y cuatro chinos, además de diversas organizaciones industriales y de investigación.

Una reunión que, al parecer fue algo tensa, ya que un representante comercial chino llegó a acusar a la Unión Europea de utilizar la investigación como pretexto para apropiarse de secretos comerciales de los fabricantes chinos de vehículos eléctricos. Al parecer esta declaración está relacionada con el hecho de que la UE ha condicionado los aranceles especiales al nivel de subsidios identificados en la investigación. Si un fabricante chino ha recibido más dinero de su gobierno en concepto de I+D, la UE considera que esto le permite ofrecer sus vehículos a un precio más bajo, y por lo tanto el arancel de importación a la Unión Europea que se le aplicará será como consecuencia más alto.

Por otro lado, a aquellos fabricantes que no colaboren en la investigación con los organismos europeos se les aplicará el arancel máximo. Esto es lo que explica que a los vehículos de BYD, Geely o SAIC se les apliquen tarifas arancelarias muy diferentes, que en el caso de SAIC llega al 38.1 por ciento. El máximo.

Las consecuencias definitivas del incremento de los aranceles a la importación de vehículos eléctricos chinos todavía se desconocen

Para que nos hagamos una idea de lo que supondría una medida como la que proponen los fabricantes chinos, basta decir que según los medios de este país asiático alrededor de 250 mil automóviles con motores de combustión interna de más de 2.5 litros fueron exportados desde Europa hasta China en 2023. Unos datos que quizás sean algo optimistas, pero que no parece tampoco que vayan muy desencaminados si nos fijamos en que, hace tan solo unos días, la Oficina Federal de Estadística alemana anunció que 241 mil automóviles fueron exportados de Alemania a China en 2023 y el 90 por ciento de ellos contaban con motores de gasolina puros con una cilindrada de 1.5 a 3.0 litros. Este organismo no ha publicado, sin embargo, estadísticas concretas sobre el número de vehículos exportados con un motor de más de 2.5 litros.

Esta situación refleja las crecientes tensiones comerciales entre China y la UE, con posibles implicaciones significativas para la industria global del automóvil. La implementación de estos aranceles y las consiguientes contramedidas como represalia podría afectar las ventas y estrategias de mercado de los fabricantes europeos y chinos, así como influir en las decisiones políticas y económicas de ambas regiones.