Las estaciones de recarga y los coches a batería se desarrollarán gracias a nosotros
En las últimas semanas el gran derrame de petróleo que está anegando el Golfo de México puso otra vez sobre la mesa la urgencia de sacar al mercado la mayor cantidad de coches eléctricos posibles (coches a baterías como bien alguien me apuntó), como si tuviera algo que ver entre sí el calentamiento global y […]
En las últimas semanas el gran derrame de petróleo que está anegando el Golfo de México puso otra vez sobre la mesa la urgencia de sacar al mercado la mayor cantidad de coches eléctricos posibles (coches a baterías como bien alguien me apuntó), como si tuviera algo que ver entre sí el calentamiento global y el derrame de petróleo. Como remate, algo en lo que pocos habíamos pensado; los coches a baterías y su infraestructura la pagaremos nosotros de nuestros bolsillos.
Mientras todos los gobiernos están aportando dinero para el establecimiento de empresas que ayuden a crear infraestructuras y subsidios para que la gente compre coches eléctricos, el dinero no sale más que de los impuestos que todos pagamos, al mismo tiempo que el coche a baterías todavía no ha madurado lo suficiente.
El tropel de coches eléctricos, casi inútiles en muchos casos por la corta autonomía a excepción de unos pocos, que están por llegar, nos está sacando igual o más dinero que los mismos impuestos que pagamos, cuando llenamos el depósito del coche con gasolina. Salvo unas pocas marcas, todos los demás están en una carrera atolondrada por ver quién saca primero el coche más bonito, menos contaminante y con baterías cada vez más caras.
Están por verse sus beneficios, si realmente funcionarán en la práctica como dicen, o no. Mientras tanto, me temo que seguiremos subsidiando al coche a baterías por muchos años más y teniendo al coche como un excelente medio de recaudación.
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