Citroen Coches clásicos Historia Salón de París
El Citroën CX celebra su 40 aniversario
Sustituir al Citroën DS no era tarea fácil, pero el CX resultó ser todo un éxito. Presentado en el Salón del Automóvil de París de 1974, pronto destacó por sus grandes cualidades.
Las grandes dimensiones exteriores le aportaban una habitabilidad interior envidiable, también tenía un confort de marcha excelente gracias a la suspensión hidroneumática. El diseño de Robert Opron fue todo un acierto.
El Citroën CX celebra su 40 aniversario desde que fuera presentado en el Salón del Automóvil de París de 1974. La unidad que se podía ver era el CX 2000 que pronto destacaría por su confort, ergonomía y comportamiento en carretera.
Esas cualidades le llevaron a ganar varios premios que reconocían el gran trabajo realizado en el desarrollo del coche. Fue elegido «Coche del Año en Europa» en 1975, además de ser reconocido con el «Premio a la Seguridad» y el «Award Auto Style», por su estilo innovador.
Tenía la responsabilidad de suceder al mítico Citroën DS, tarea difícil, pero en poco tiempo se convirtió en todo un éxito para la marca francesa.
Fue diseñado por Robert Opron. Tenía la consigna de mejorar el confort de marcha y el aislamiento acústico, pero mantener la habitabilidad del DS conteniendo las dimensiones. Con un coeficiente de resistencia al aire de 0,35, muy bajo para la época, del que heredó el nombre que le identificaría. Todo gracias a un diseño aerodinámico de la carrocería de tipo Kammback.
Con unas dimensiones exteriores de 4,63 metros de longitud, lo que hacía que el interior fuera muy espacioso, fue el primer vehículo en la historia de Citroën en montar un motor diésel. Ofrecía así, una alternativa a los motores gasolina en plena crisis del petróleo de 1973, con propulsores que proporcionaban menor consumo, más eficiencia y con mayor agrado de conducción.
En los años posteriores a su estreno, Citroën siguió actualizando el CX introduciendo una versión familiar (Break) en 1975, una deportiva 2400 GTI con inyección electrónica en 1977 y la llegada de la serie Prestige, con una carrocería 28 centímetros más larga, en 1978.
Heredó del DS la suspensión hidroneumática con altura constante, que le proporcionaba una estabilidad en carretera envidiable. También, del SM de 1970, tomaba prestada la dirección asistida en función de la velocidad con retorno automático en línea recta.
Sus innovaciones le otorgaban una mayor facilidad de uso. Uno de esos elementos era el convertidor de par C-Matic, que suprimía el pedal del embrague proporcionando mayor comodidad y espacio al conductor.
Su diseño interior estaba hecho para el confort. Los asientos se parecían más a los sillones de casa que a los de un coche. El puesto de conducción era futurista y pensado para la comodidad del conductor, permitiéndole un fácil acceso a todos los mandos sin mayores distracciones.
En 1985 el Citroën CX equipó el sistema de frenos ABS, siendo el primer coche francés en montar este sistema. Se convirtió en todo un éxito comercial para la marca, ya que desde 1974 y hasta 1991, periodo en el que estuvo en producción, se vendieron más de 1,2 millones de unidades.
Fuente | Citroën
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