La CE ya tiene sus primeras dudas acerca de la fiabilidad de los test WLTC de emisiones y consumos: surgen por las posibles trampas de algunos fabricantes.
La falta de ingenieros pone en dificultades a Volkswagen para cumplir con los estándares WLTP
El elevado número de ingenieros que ha abandonado la marca está provocando serios problemas a Volkswagen para poder cumplir en septiembre con los stándares WLTP
Desde septiembre de 2015, inicio del escándalo del dieselgate y tras la asunción por parte de Volkswagen de su culpabilidad en este tema, numerosos ingenieros especialistas en motores han ido abandonando progresivamente el grupo, provocando una importante merma en la capacidad del mismo para trabajar en los nuevos modelos y generaciones de motores que cumplan con las estrictas emisiones WLTP.
Según ha manifestado el nuevo CEO de Volkswagen, Herbert Diess, el grupo Volkswagen “ha perdido la experiencia en el desarrollo del motor”, y lo ha hecho en un momento especialmente difícil, en el que “obtener motores certificados para su uso en carretera se ha vuelto mucho más difícil”, especialmente ahora que están sometidos al nuevo procedimiento de prueba de vehículos ligeros armonizados a nivel mundial (los test WLTP) que entrarán en vigor este próximo mes de septiembre.
Esta situación explica el reciente fichaje de Markus Duesmann, experto en desarrollo de motores procedente del Grupo BMW para tratar de superar el problema. Un problema que el Grupo Volkswagen ya ha reconocido tener, tras anunciar hace unos días que los retrasos acumulados en la certificación vial de sus motores va a provocar importantes cuellos de botella en sus cadenas de producción para determinados modelos en este próximo trimestre (agosto-octubre). “Al verse afectada la utilización de la capacidad de nuestras plantas, habrá días de cierre de las mismas durante este período”, ha reconocido Diess.
Y aunque los directivos de la marca se afanan actualmente en mantener sus compromisos de entrega, cumplirlos con normalidad será bastante difícil. Según el director financiero del consorcio alemán, “la resolución de estos cuellos de botella le costarán al grupo más de 1.000 millones de euros”.
En junio, el grupo Volkswagen advirtió que la producción de casi un cuarto de millón de automóviles sufrirá retrasos motivados por la aplicación en septiembre de la nueva normativa WLTP, razón por la cual se ha visto forzada a alquilar campas donde poder almacenar los vehículos que no puede vender hasta introducir en ellos las modificaciones necesarias para poder hacerlo.
La introducción de las pruebas WLTP hace que superar los test de emisiones y consumos sea a la vez que más difícil, también más lento y laborioso para cada modelo, pues ahora no vale con una única prueba genérica para cada modelo, sino que se realiza una específica para cada modelo en función tanto de la medida de los neumáticos que monta o puede montar como de si lleva o no el aire acondicionado encendido durante la misma, entre otros muchos detalles.
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