El Cupra e-Racer se desnuda para mostrarnos todos sus componentes mecánicos y su funcionamiento

Como buenos amantes del motor, seguro que somos muchos los que hemos sentido una inmensa curiosidad sobre cómo funciona el corazón de nuestro coche, una curiosidad que se ha acentuado con la llegada de los vehículos eléctricos. Cupra, la nueva marca que se encarga de custodiar en su seno a las variantes deportivas de los modelos de SEAT, ha querido saciar nuestra ansia por el conocimiento con el e-Racer, su modelo eléctrico de competición. Para ello, la firma española ha desnudado por completo al e-Racer, con la intención de mostrar su fisionomía interna y poder apreciar todos y cada uno de los componentes que dan vida a este vehículo puramente eléctrico y listo para correr.

Detrás del agresivo aspecto que muestra el Cupra e-Racer nos encontramos con un esquema mecánico que no desmerece en ningún momento al conjunto aerodinámico que se aprecia a simple vista. Este ha sido desarrollado para ofrecer un perfecto equilibrio sobre el asfalto, donde deportividad y precisión se dan la mano para abarcar la pista con la mayor brevedad posible.

En una primera instancia nos encontramos con uno de los componentes esenciales del Cupra e-Racer: su batería. Esta declara un peso sobre la báscula de 450 kilos, una cifra que supone una tercera parte del peso total del coche. Como explicar Xavier Serra, responsable de ingeniería de Cupra, buscaron una posición para la batería «lo más baja posible para lograr un centro de gravedad más próximo al suelo y favorecer la dinámica del coche.»

A su vez, esta se encuentra compuesta por 23 paneles con un total de 6.072 pilas, una potencia que equivale a 9.000 móviles conectados a la vez. Para complementar a la batería nos encontramos con cuatro motores verdes posicionados en el eje trasero, y los cuales son capaces de generar un total de 680 CV de potencia. Pese a la inmensidad de potencia con la que el e-Racer obsequia a sus pilotos, Serra afirma que el conjunto mecánico del Cupra e-Racer es mucho más sencillo de tratar que el de un motor de combustión de similares prestaciones.

Con esta premisa, el primer vástago eléctrico de Cupra es capaz de alcanzar los 100 km/h en 3,2 segundos y una velocidad máxima de 270 km/h, unas prestaciones posibles también a la presencia de una sola marcha. Otro importante aliciente del e-Racer para obtener un rendimiento máximo es que la energía no la pierde, sino que la transforma. Esto es posible gracias a un sistema de recuperación de energía, y el cual se encarga de aprovechar la potencia en la frenada y en la desaceleración.

Por último pero no por ello menos importante, nos encontramos con un impresionante control de temperatura, que se encuentra formado por un sistema de refrigeración incorporado en el radiador capaz de refrigerar todos los componentes mecánicos en tan solo 20 minutos. De esta forma, Cupra no solo nos quiere demostrar su última tecnología para el mundo de la competición, sino también diversos elementos que serán claves en los futuros vehículos de calle híbridos y eléctricos que desarrollará la firma española.