La cuna del poderío americano: así ha sido la evolución del emblemático Dodge Viper en vídeo

Todas las zonas del mundo tienen un representante automovilístico por excelencia, el cual se encarga de exaltar los principales rasgos y características de su país. En el caso de Estados Unidos tenemos mucho dónde elegir, puesto que los muscle cars cubren una gran parta de la cultura automovilísticas de la que se nutre América pero, si nos fijamos en los superdeportivos, nos encontraremos con el Dodge Viper. Esto modelo ha sido un claro reflejo de la potencia bruta americana y hoy analizaremos su paso por el mundo gracias a este vídeo.

Fue en el año 1992 cuando la firma americana quiso plantarle cara al Chevrolet Corvette y demostrar a los europeos que por aquellas tierras también sabían hacer superdeportivos de verdad. Este modelo pretendía romper los esquemas en todos los sentidos y lo consiguió gracias a una imponente estética y a una mecánica que sobrepasaba las expectativas de un vehículo de altos vuelos en aquella época.

La primera generación del Dodge Viper contaba un diseño muy americano en el que el gran capó que gobernaba su silueta se encargaba de custodiar a un poderoso propulsor que tenía la tarea de transmitir toda su fuerza a la zaga, la cual era corta y albergaba un pequeño portón para acceder al maletero. Al mismo tiempo, su diseño atemporal le permitió hacerse un hueco rápidamente entre la competencia. Contaba en sus entrañas con un V10 de 8.0 litros capaz de rendir 400 CV, una cifra digna de marcas como Ferrari o Lamborghini.

Tras varias versiones de esta primera generación, las cuales se encargaban de añadir más potencia y mejoras en seguridad, no fue hasta el año 2003 que vimos al segundo Dodge Viper. Las diferencias eran considerables, puesto que 11 años separaban ambos modelos, pero el superdeportivo americano seguía desprendiendo esa esencia bruta y radical tan característica. En esta segunda generación nos encontramos con un diseño claramente más moderno y con un propulsor V10 de 8.3 litros y 500 CV.

Las novedades a nivel estético las encontramos en una aerodinámica mucho más actual y en un detalle que marcó aún más la personalidad del Viper, las salidas de escape laterales. Al igual que sucedió con el primer modelo, la compañía fue presentando poco a poco diferentes versiones del superdeportivo, hasta que en 2008 se lanzó al mercado la variante más radical, el Viper ACR. Estas siglas otorgaban al Dodge de una estética mucho más radical y, al mismo tiempo, de una puesta a punto a la altura.

El ACR se convirtió en el Dodge Viper más potente jamás construido, puesto la firma americana consiguió extraer de su propulsor hasta 600 CV de potencia, cifra que le permitió convertirse en el rey de los circuitos. Sin embargo, ese título se tambaleó cuando en 2013 Dodge presentó la tercera y última generación del Viper. En esta ocasión la compañía también se cercioró de que su superdeportivo no perdiese ni un ápice de identidad, por lo que sus silueta seguía siendo fiel a aquella que vimos a principios de los 90.

Su propulsor continuaba siendo el mismo bloque V10 que se encargó de darle vida a todos las generaciones anteriores, pero con una potencia de 640 CV. El ACR también quiso conquistarnos con este último modelo y, al igual que sucedió con el anterior, Dodge consiguió crear uno de los vehículo más eficaces en la pista. Esta versión desarrolla 645 CV de potencia y cuenta con un impresionante alerón en la zaga que se encarga de mantener al Viper más radical pegado al asfalto.

Sin duda alguna, este modelo ha marcado un antes y un después en la historia automovilística de América y, pese a que su producción está en declive y desconocemos si volveremos a ver una cuarta generación, el Dodge Viper se ha hecho un hueco en nuestros corazones.