Los coches eléctricos generan muchas dudas en los usuarios y pueden hacer que algunas personas se piensen el comprar uno de los modelos eléctricos del mercado
Cómo se degrada la batería de un coche eléctrico y cómo incrementar su vida útil
Los datos que se recogen de los distintos servicios de coches eléctricos sirven para estudiar la duración de la batería y el ritmo de degradación de la misma
Una de las cosas más delicadas en los coches eléctricos es el estado de las baterías. Este esencial elemento es el encargado de almacenar la electricidad que hace funcionar al motor eléctrico y es fundamental que se mantenga en buen estado y que realice su función de manera eficiente a lo largo de toda su vida útil. Pero sabemos que las baterías, sean de los coches o de los dispositivos móviles, pierden efectividad con el paso del tiempo.
En el caso de los coches eléctricos e híbridos enchufables es algo en lo que se está trabajando y toda investigación necesita, antes que nada, información. Conocer la duración de las baterías y su ritmo de degradación es importante para mejorar el proceso de almacenaje de electricidad y evitar estas pérdidas de eficiencia.
La mayoría de datos se obtienen de manera extraoficial, con información ofrecida por las flotas de vehículos eléctricos en servicio. Los propietarios de estas flotas de coches eléctricos llevan años obteniendo información y hay empresas que la recopilan y permiten conocer bien estos datos para mejorar las baterías.
Más vida útil
Es importante saber que la vida media de las baterías se ha incrementado. La tecnología aplicada a las baterías más actuales permiten disfrutar de más capacidad durante más tiempo. Según los datos recopilados por la empresa de telemática de flotas Geotab, las baterías de los coches eléctricos pierden una capacidad de almacenamiento del 2,3% por año. A efectos prácticos, esto representa una autonomía de 37 kilómetros menos después de cinco años en un coche con autonomía de 320 km.
Este dato podría asegurar que las baterías durarían más que la vida útil del coche, aunque con mermas de capacidad. Hay flotas de Tesla que han podido funcionar durante 330.000 kilómetros con la misma batería y tras ese periodo de uso han perdido el 23% de capacidad. Es decir, de 418 a 320 kilómetros de autonomía, casi 100 km.
Cómo afecta la carga rápida
La carga frecuente no parece tener un efecto muy acentuado en la pérdida de capacidad de la batería, pero sí lo tienen otras variables como la temperatura y el uso de corriente continúa para la carga. La degradación de la batería puede acentuarse en lugares más cálidos, pero además el uso de cargadores rápidos, que utilizan corriente continúa para la carga, empeora la situación.
Cuando se utiliza esta tecnología con corriente continua la degradación es de un 10% en seis años, superior a la degradación que se produce cuando se realiza una carga lenta con corriente alterna de 120 o 240 voltios. Otro dato a tener en cuenta: la degradación no es lineal.
Esto quiere decir que puede haber una ligera degradación durante los primeros años y de repente, una vez se llega a un determinado número de años de uso, puede producirse una degradación rápida. Por ese motivo, desde Geotab aconsejan cargar la batería del coche eléctrico con un sistema de carga lento. También recomiendan mantener la carga de la batería entre un 20 y un 80% de la carga.
Con esto no se detendrá la pérdida de capacidad de la batería, pero se incrementará la vida útil de la misma. De todas maneras, la actual generación de coches eléctricos apenas tiene diez años, por lo que todavía hay que recopilar muchos datos sobre el funcionamiento y la duración de las baterías en condiciones de conducción real.
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