Ante el aumento de las temperaturas que padeceremos te ofrecemos unas recomendaciones a la hora de conducir durante la ola de calor Con la llegada del verano se alinean dos circunstancias de vital importancia para quienes piensan usar el coche en estos días. Por un lado la subida de las temperaturas y la proximidad de […]
¡Cuidado con el calor! Incrementa un 22% el riesgo de accidente
Conducir con temperaturas muy elevadas puede hacer que el riesgo de sufrir un accidente se incremente y se produzcan descuidos o averías que aumentan el riesgo.
Conducir en verano para ir hasta el lugar de vacaciones es siempre una delicia y estamos pensando en el final del trayecto, en esos merecidos días de descanso. Pero el calor que se experimenta en esos días estivales puede representar un riesgo considerable. Las altas temperaturas del verano pueden llevar a provocar serios problemas de salud que perjudiquen el día a día y afecten a nuestro estado general.
El calor provoca noches de insomnio, impide que durmamos bien, puede provocar fatiga e incluso calambres en las piernas. Una serie de cosas que pueden ser peligrosas si se va a coger un coche y conducir, sobre todo en un trayecto largo. Uno de los efectos más notables y que se sienten antes es la deshidratación, que provoca un estado de nervios, afecta a la concentración del conductor y disminuye los reflejos, haciendo que se tarde más en reaccionar ante cualquier incidente.
A más calor, más riesgo
El calor intenso puede provocar una falta de concentración y que el conductor deje de percibir mucha de la información que necesita para circular con seguridad. Por ejemplo, según el estudio realizado por Acierto.com, con una temperatura de 35º el conductor deja de ver hasta un 20% de las señales viales y el riesgo de cometer errores se incrementa hasta en un 30%.
Los ocupantes también sufren las consecuencias del calor. Estar más de 10 minutos al sol y con altas temperaturas puede ser muy grave para un menor de 4 años, un mayor de 65 años o cualquier persona con dolencias cardiovasculares, demencias o problemas de respiración. Para evitar cualquier riesgo, hay que mantener una temperatura adecuada en el habitáculo, bien con aire acondicionado, bien creando una corriente de aire con las ventanillas abiertas, si es posible.
Averías por el calor
Pero el calor no solo afecta al conductor, sino que el propio vehículo sufre por el calor esos días de verano. Las averías son más comunes en momentos de intenso calor. Las piezas pueden sufrir un desgaste mayor a causa de las altas temperaturas y pueden llegar a romperse en los momentos más inoportunos.
Otros elementos que sufren especialmente con el calor intenso son los manguitos, que pueden resecarse y partirse, o las ruedas, que se pueden recalentar y desgastar antes de lo previsto. En la medida de lo posible, hay que evitar trayectos largos en épocas de intenso calor, y antes de hacerlo, hay que revisar bien el coche para evitar esos problemas.
Revisión para conducir en verano
Antes de comenzar a conducir en verano hay que revisar bien el coche. El aire acondicionado necesita un cambio de filtros cada 15.000 kilómetros. Llevando al día las revisiones del coche y asegurándose de que todo funcione correctamente, es más difícil que ocurra algún accidente relacionado con el calor y las altas temperaturas.
En lo que respecta al conductor, este ha de evitar las comidas copiosas, porque una digestión pesada puede conllevar una pérdida de concentración y somnolencia. Y, sobre todo, mejor parar cada cierto tiempo para tomar algo de agua fresca para mantenerse hidratado.
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